La inflación es uno de los fenómenos económicos que repercuten en los hogares colombianos y sector empresarial en general. El año pasado esta cifra cerró en 13.12% y para el primer trimestre de 2023, se encuentra en 13.34%. Estos valores han significados valores históricos en esta materia.
A partir de ello, el estudio Perfil del consumidor colombiano ante la presión inflacionaria actual realizado por Kantar planteó la repercusión que ha tenido la inflación en los hogares colombianos en el último año.
Por un lado, encontraron que los más impactados han sido aquellos categorizados en los niveles socioeconómicos (estratos) tres y cuatro, las cuales son familias pequeñas que tienen entre sus miembros a consumidores mayores a 50 años. Frente a los hogares en niveles inferiores, estos son más optimistas y han tenido una leve mejoría en sus finanzas.
Las ciudades más afectadas según el reporte son Bogotá, Medellín y Barranquilla, debido a que el 30% de sus poblaciones han experimentado deterioros en sus situaciones financieras. Otras ciudades, como Cali y Bucaramanga, han mantenido estable y en mejoría su economía respectivamente.
Para nadie es un secreto que la inflación repercute en las dinámicas económicas del presente. Sin embargo, y dependiendo su comportamiento, los expertos hacen sus predicciones sobre la volatilidad de este fenómeno en el futuro. En ese orden de ideas, el informe plantea las expectativas de los ciudadanos en esta materia.
En primer lugar, la investigación señala que los hogares de las categorías dos y tres buscan opciones más económicas en los productos de consumo frecuente, lo cual implica que modifiquen la marca o el proveedor. El resultado de esto ha sido satisfactorio, por lo cual esta población no tendría en sus planes volver a comprar marcas más costosas.
La otra cara de la moneda son los estratos sociales altos, los cuales no han tenido una situación económica comprometedora como los hogares anteriores. Como tal, no han hecho muchas modificaciones en sus compras, pero tampoco se confían y seguirán reduciendo costos en actividades de ocio en el futuro. Si bien su situación no los ha afectado en gran medida, han evitado cualquier complicación con la reducción de gastos en estas actividades.
La inflación conlleva al alza de precios en todas las categorías. Si esta sigue subiendo y, por consecuente, los productos también, la tendencia a nivel general de la población sería disminuir el consumo y dejar de comprar ciertos alimentos, tales como: cervezas, gaseosas, jugos en caja, maltas y bebidas lácteas.
Actualmente, ya hay presencia de una reducción en la compra de algunos de estos, por lo que en el futuro la tendencia puede mantenerse e inclusive subir.
Unos de los alimentos más afectados por este panorama han sido los aperitivos. En los últimos seis meses, han experimentado una reducción en sus volúmenes de compra. Sumado a ello, los precios han aumentado, lo cual ha generado que el sector esté insostenible.
La canasta de lácteos también se ha visto damnificado. Su volumen de venta en las cinco principales ciudades (Bogotá, Barranquilla, Medellín, Cali y Bucaramanga) se ha reducido en un 15%. Otro sector que está sufriendo una fuerte caída son los alimentos frescos, principalmente en las carnes de res y cerdo.
El reporte indica que los aumentos de precios en los alimentos seguirán siendo evidentes, por lo que el comportamiento de la canasta familiar continuará fluctuándose. Eso quiere decir que los sectores afectados mayormente por esto, tendrán que continuar bajo esa dinámica.