El Banco Central Europeo (BCE) aumentó este jueves - 15 de diciembre - las tasas de interés en 0,50 puntos porcentuales y elevó sus previsiones de inflación al 6,3% en 2023, según un comunicado. El BCE optó por una vuelta de tuerca monetaria más moderada que los meses anteriores, al tiempo que manifestó su determinación de combatir la inflación.
La inflación ascenderá al 6,3% el próximo año, frente al 5,5% previsto anteriormente, antes de disminuir al 3,4% en 2024 y al 2,3% en 2025, cerca del 2% previsto a plazo. La economía de la zona del euro podría experimentar además una contracción en este trimestre y el próximo debido a la crisis energética.
La institución calcula que el crecimiento será moderado el próximo año, pero a más largo plazo deberá recuperarse, subraya.
Las proyecciones prevén un crecimiento de la economía del 0,5 % para 2023 y del 1,9 % para 2024. La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, justificó la reducción de la previsión de crecimiento por “la guerra contra Ucrania”, que alimenta el alza de los precios de la energía y de los alimentos.
Es de recordar que la Reserva Federal (Fed, banco central) aumentó - este miércoles 14 de diciembre- su tasa de referencia en medio punto porcentual como esperaba el mercado, pero reafirmó que continuará subiendo los tipos de interés y los llevará por encima de 5%.
Al término de una reunión de dos días de su Comité Monetario, el banco central estadounidense, que llevó sus tasas a 4,25-4,50% por decisión unánime, aumentó su pronóstico de inflación para 2023 a 3,1% contra 2,8% de su proyección anterior.
También redujo su previsión de crecimiento del PIB para la mayor potencia mundial el año próximo, a 0,5% frente a 1,2%, según el comunicado emitido al término de la cita.
Los aumentos de tasas apuntan a encarecer el crédito para consumo e inversión, y así enfriar la economía y reducir presión sobre los precios, en un contexto de inflación persistente en Estados Unidos.
Se trata de las tasas de referencia más altas desde 2007. Nuevos incrementos “serán apropiados”, precisó el organismo en su comunicado. Mientras en septiembre la institución preveía un nivel de 4,6% para la tasa de referencia al final del ciclo alcista, ahora maneja niveles superiores a 5%.
Esta moderación en los incrementos de tipos de interés marca el inicio de una nueva etapa en la lucha contra el flagelo de la inflación, una prioridad de la Fed que apunta a llevarla a un nivel de 2% anual, considerado sano para la economía.
El organismo venía subiendo en 0,75 puntos porcentuales sus tasas en las últimas cuatro reuniones de política monetaria, un incremento de una magnitud sin antecedentes desde 1994. A pesar de esta moderación, el banco central se muestra menos optimista que en septiembre sobre la trayectoria de la inflación.
Incluso, para 2022 espera un cierre en 5,6% frente a 5,4% hace tres meses. “Se necesitará mucha más evidencia para tener la confianza de que la inflación está en una senda sostenible a la baja”, explicó a reporteros el presidente de la Fed, Jerome Powell, poco después de terminada la reunión.
La Fed no menciona en su comunicado la posibilidad de una recesión el año próximo. El mercado teme ese escenario, en un contexto de fuerte subida de tasas que podría frenar demasiado la actividad económica. Pero Powell reiteró este miércoles que el país no necesariamente entrará en recesión. El banco central espera una tasa de desempleo de 4,6% en 2023 y 2024, frente a 3,7 % actualmente.
La inflación a 12 meses marcó 7,1% en noviembre, muy por debajo del 7,7 % de octubre, según el índice de precios al consumo (CPI por sus siglas en inglés) publicado el martes pasado antes del inicio de la reunión de la Fed.
Los efectos de la política de tasas tardan meses en verse. El consumo sigue sostenido y el mercado laboral goza de muy buena salud en Estados Unidos.
*Con información de la agencia AFP