Una cifra voluminosa, que alcanzaría para darle educación de calidad a los niños y jóvenes colombianos, con los estandares de los países desarrollados, es la que se pierde, por cuenta de la evasión tributaria.
Así lo señaló el director de la Dian, Luis Carlos Reyes, al presentar la rendición de cuentas de lo hecho por la entidad desde 2022, cuando empezó la actual administración.
Un programa de medición de la brecha tributaria está entre lo que hay que resaltar de los resultados presentados. La evasión tributaria existe y hace mucho daño a la economía, pues impacta la competitividad de las empresas y, entre las personas, genera inequidades. No obstante, no se estaba midiendo para hacer el dibujo con más claridad y entrar así a perseguirla.
El no pago de impuestos de los obligados, no solo se ha mantenido, sino que ha crecido exponencialmente. Mientras en 2014, la plata que perdía la bolsa del Estado, porque se quedaba en garras de la evasión, era de 77,5 billones de pesos. En 2020, último año calculado con el programa de medición de la brecha tributaria, la cifra es de 108 billones de pesos.
“Implica que son dineros que no están sobre la mesa y vamos a buscarlos”, dijo el director de la Dian, durante la rendición de cuentas, en la que además se informó que empezarán a entrar en acción los empleados que están ingresando a la entidad, justamente para reforzar la tarea del control a la evasión de impuestos.
En la rendición de cuentas, el director de la Dian confirmó que dicho nivel de evasión, si bien incluye el cobro de la cartera vencida, esa cifra es pequeña e involucra deudas que entrarán en arbitraje, por lo que destacó la propuesta que ha sido presentada ante el Congreso de la República, de crear esa figura (el arbitraje).
Lo que realmente genera un impacto fuerte en las finanzas públicas es “la evasión pura y dura”, dijo. Es decir, la gente que utiliza técnicas para no pagar lo que está obligado, según sus ingresos, o la que, simplemente, no paga nada.
Según los datos presentados por Reyes, la evasión representa el 25 % de las obligaciones tributarias que deberían estar cumpliéndose. De esa manera, el costo de ese flagelo le cobra una factura a la nación, equivalente al 8 % del Producto Interno Bruto (PIB).
En ese sentido, aseguró el funcionario, la meta es que Colombia reduzca la evasión tributaria al nivel de los países de la OCDE. Solo para dar una idea de la titánica tarea que eso implicaría, en Reino Unido lo que deja de percibir la nación por el no pago de impuestos, es del 1 % del PIB.
Las inequidades que se generan con el no pago de impuestos son monumentales. Si bien, nadie va contento a pagar un tributo, se trata de una obligación de todo ciudadano que habita en un país en el cual genera sus ingresos.
Con esos recursos, el Estado debería poder promover el desarrollo de obras que generen bienestar y que deben ser financiadas con aporte de todos.
En la actualidad, en Colombia, los asalariados son contribuyentes por la derecha, es decir, de su sueldo mensual, les aplican un descuento que se denomina retención en la fuente. Luego de lo cual, en el segundo semestre de cada año, deben hacer la sumatoria de esos pagos, para establecer cuánto les falta para completar el pago del impuesto de renta (si así les resulta a pagar) o, por el contrario, les queda saldo a favor.
Lo cierto es que, mientras unos pagan, inclusive, con sus ingresos escasos, otros se hacen los de la vista gorda. Esa brecha tributaria es la que se pretende reducir en Colombia.