El hueco fiscal en Colombia se cerró por un lado, pero en otro lugar se abrió un cráter. Esa es la sumatoria que está haciendo el exministro de Hacienda Mauricio Cárdenas, al expresar que si contabiliza el déficit fiscal del gobierno central, que está proyectado en 5,6 % del PIB para 2022, con el generado por el déficit que se produjo en el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), por los subsidios a los combustibles, la cifra estará cerca de 7 %. A este dato, Cárdenas lo catalogó como “un nivel excesivamente elevado”.

En las cuentas que ha expuesto el gobierno saliente se insiste en que, en materia fiscal, el déficit total del gobierno en 5,6 % del PIB exhibe una corrección de 1,5 puntos porcentuales frente al nivel de 2021, lo que significa que se cerró el hueco que se agrandó en pandemia, de manera más rápida de lo previsto.

Mauricio Cardenas, exministro de Hacienda

No obstante, para Cárdenas, la suma de los dos déficits mencionados da una cifra “insostenible”. Más aún, en un momento en el que el país tiene que pagar una deuda más costosa, por haber perdido el grado de inversión que le permitía acceder a créditos más baratos, además de la mezcla entre incrementos de tasas de interés a nivel global y tasa de cambio al alza.

En consecuencia, mientras en 2019 pagar los intereses de la deuda pública colombiana costaba 3 % del PIB, ahora cuesta 4 % del PIB. Si a ello se le agrega que Colombia solo genera unos ingresos totales del 16 % del PIB, la ecuación está realmente chueca, pues son mucho mayores los gastos.

Es bien sabido que el principio básico de un manejo sano de las finanzas, ya sea en un hogar o un Estado, es que se mantenga el equilibrio entre lo que ingresa y lo que se gasta. Si hay necesidad de acudir a la deuda, como lo hacen las naciones, debe ser algo que se pueda pagar sin romper la billetera.

Por esa razón, Cárdenas enfatizó en que su interés en poner en el visor el panorama del hueco fiscal real “no es incomodar al gobierno saliente ni ponerle palos de rueda al entrante”.

A postergar promesas de campaña

El fin de la advertencia es lograr que “la nueva administración sea consciente de que tendrá que postergar muchas de las promesas de campaña que signifiquen más gasto y darle prioridad a la reducción del déficit fiscal”.

Más, si en el país hay una ley de regla fiscal que establece metas concretas para el cierre del hueco fiscal, de las cuales no hay modo de salirse sin la debida autorización del comité de expertos encargado.

El palo no está para cucharas

Aunque el pronóstico de crecimiento de la economía en 2022 sigue en la senda ascendente y, de hecho, el Banco de la República acaba de subir su apuesta para el año, del 6,3 al 6,9 %, el panorama para 2023 no está despejado.

Las amenazas para el próximo año no solo están por el lado de las expectativas de inflación, que se mantuvieron al alza y pasaron de 8,6 a 9,2 % en este año, y para 2023 de 4,7 a 5,2 %; es decir, para el año entrante, el Emisor estima que la inflación seguirá por fuera del rango meta, lo que podría poner freno a la economía. También hay que tener en el visor lo que subraya Cárdenas: “Los capitales están saliendo de las economías emergentes”. Por lo tanto, agrega, “no estabilizar las finanzas públicas es exponernos a que eso nos ocurra de manera súbita”.

El exministro de Hacienda señaló que no se puede perder de vista que “la mejor política social en este momento es cuidar los empleos que se han recuperado. Eso no se logra ignorando la gravedad de la situación fiscal, sino aceptándola y enfrentándola”.