En el contexto del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el sector financiero ha desarrollado los Objetivos de Finanzas Sostenibles (OFS) como una forma de contribuir a alcanzar estas metas. Entre los OFS, se destaca el objetivo de Finanzas por la Diversidad, que busca reducir en un 10 % la brecha en el acceso al crédito para grupos étnicos de aquí a 2030.

Para lograr este objetivo, es fundamental entender las dinámicas sociales y económicas de grupos como las poblaciones indígenas. Sin embargo, la falta de información financiera complica la evaluación del acceso y uso de productos y servicios financieros por parte de estas comunidades. Esto dificulta que las instituciones financieras identifiquen las necesidades específicas de estas poblaciones, limitando el desarrollo de estrategias efectivas para acercar los servicios bancarios a estos grupos.

Un enfoque viable para acercar la banca a las comunidades indígenas es reconocer sus dinámicas y conocimientos tradicionales, como también establecer canales de comunicación entre el sector financiero y las comunidades. Esto facilita una comprensión más profunda de las necesidades financieras en diversos contextos, promoviendo un aprendizaje bidireccional que puede ayudar a alcanzar objetivos comunes.

Para el sector financiero, implica la posibilidad de integrar en sus modelos de negocio conocimientos alternativos que aumenten su impacto en términos de diversidad, equidad e inclusión. | Foto: Esteban Vega La-Rotta / Publicaciones Semana

Las dinámicas económicas y financieras de los pueblos indígenas, estrechamente vinculadas a sus valores culturales y su conexión con la tierra, representan una diversidad que desafía los métodos convencionales de recolección de datos. La amplia variedad de contextos culturales, geográficos y sociales en los que se encuentran estas comunidades presenta un desafío significativo para una caracterización socioeconómica precisa. Factores como el acceso limitado a servicios básicos, la desconfianza hacia las instituciones externas, su ubicación en áreas remotas y la diversidad de lenguas contribuyen a la complejidad de esta tarea.

En este ámbito, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha avanzado en la recopilación de información y en la comprensión de las características socioeconómicas de algunos pueblos indígenas en varios países de América Latina. Entre los hallazgos más relevantes se encuentra la disparidad en los índices de pobreza extrema entre los pueblos indígenas y no indígenas en 2018 (medido en 3,20 dólares al día en términos de Paridad de Poder Adquisitivo en 2011), con Colombia mostrando la mayor brecha (24.8 %), reflejando una alta proporción de población indígena en situación de pobreza extrema.

Entre 2014 y 2018, aunque se redujo la pobreza extrema, Colombia siguió registrando los niveles más altos de pobreza tanto en comunidades indígenas como no indígenas, en comparación con los demás países analizados.

Una forma de superar la pobreza en los pueblos indígenas es a través del acceso al sistema financiero. Con acceso a servicios financieros como cuentas bancarias, créditos y seguros, las personas indígenas pueden iniciar actividades económicas, ahorrar para el futuro e invertir en el desarrollo de sus comunidades. Además, el acceso al sistema financiero puede fomentar la inclusión económica y social de las comunidades indígenas, contribuyendo significativamente a su empoderamiento y desarrollo sostenible, ayudando a romper el ciclo de pobreza y promoviendo un futuro más próspero y equitativo para estas poblaciones.

En el ámbito de la inclusión financiera, el BID también investigó las percepciones de tres pueblos indígenas sobre las cuentas de ahorro y los mecanismos de crédito que ofrece el sector financiero. Los participantes reconocieron la necesidad de estos productos financieros, pero también mostraron una tendencia hacia la autoexclusión y desconfianza hacia el sistema financiero. En general, menos del 30 % de los miembros de estas comunidades consideraron que no necesitaban estos productos.

Entre 2014 y 2018, aunque se redujo la pobreza extrema, Colombia siguió registrando los niveles más altos de pobreza tanto en comunidades indígenas como no indígenas, en comparación con los demás países analizados. | Foto: Getty Images

Ante las condiciones de pobreza de los indígenas en Colombia y su percepción del sistema financiero, el sector puede acercar la banca a estos grupos para satisfacer sus necesidades financieras. Es fundamental comprender las dinámicas sociales de los pueblos indígenas, basadas en principios de solidaridad, organización y adaptabilidad.

Esta comprensión puede ser el punto de partida para establecer canales de comunicación entre el sistema financiero y estas comunidades, facilitando un intercambio de conocimientos bidireccional que genere beneficios mutuos. Para los pueblos indígenas, esto representa una oportunidad de acceder a un sistema que les proporcione herramientas para mejorar su calidad de vida y reducir las brechas de pobreza. Para el sector financiero, implica la posibilidad de integrar en sus modelos de negocio conocimientos alternativos que aumenten su impacto en términos de diversidad, equidad e inclusión.

A partir del análisis de tres estudios de caso, se identifican fortalezas en las prácticas tradicionales de estos pueblos, que representan una oportunidad de aprendizaje para el sector financiero.

  • Solidaridad y reciprocidad.
  • Organización comunitaria.
  • Adaptación y resiliencia.

El aprovechamiento del conocimiento tradicional de los indígenas en las estrategias económicas abre un camino alternativo a la inclusión financiera, la diversidad y la sostenibilidad, y representa una valiosa oportunidad de aprendizaje que puede generar beneficios mutuos.

El acceso al sistema financiero puede fomentar la inclusión económica y social de las comunidades indígenas.

Por un lado, para las comunidades indígenas, esta integración ofrece la posibilidad de acceder a un sistema que brinde herramientas para mejorar su calidad de vida y superar las brechas de pobreza. Por otro lado, para el sector financiero, implica incorporar en sus modelos de negocio conocimientos alternativos que les permitan tener un impacto más significativo en diversidad, equidad e inclusión.

Establecer una colaboración donde ambas partes compartan conocimientos y desarrollen estrategias de integración es fundamental para allanar el camino hacia el logro de objetivos compartidos.