Desde hace algunos años, un número creciente de turistas ha denunciado algunas arbitrariedades y precios elevados, además de otros abusos por parte de los vendedores y algunos comercios que operan de manera formal e informal en la ciudad de Cartagena.
De acuerdo con varios testimonios recogidos en la época reciente, uno de los modos de operar de los estafadores se centra en, primero, prometer precios bajos, cortesías e incluso regalos, luego prestar su servicio y al final estafar al cliente con otros cobros adicionales al servicio, como propinas y otras arandelas, que pueden elevar una simple cuenta de un almuerzo a una millonada.
Mojarras de $ 150.000, limonadas a $ 70.000, cervezas a $ 45.000 y hasta botellas de agua por $ 15.000 son algunos de los irrisorios precios que cientos de turistas han denunciado a través de sus redes sociales. Incluso, algunos aseguran que los vendedores les ofrecen precios mucho más altos que los que tienen fijados, por el simple hecho de ser extranjeros.
Ante este panorama, un creador de contenido se dio a la tarea de exponer cómo operan realmente los vendedores con un hombre extranjero, pues aunque los turistas locales han denunciado estafas, los extranjeros son la población que más se ve afectada con esta práctica, pues no conocen los precios del país y pueden ser inducidos al error a la hora de pagar.
Así estafan en Cartagena: llegan 7 vendedores en menos de cinco minutos
Se trata del creador de contenido Zazza el italiano, que, como su nombre lo indica, proviene de la península itálica. De acuerdo con la descripción del video, el hombre intenta actuar frente a los vendedores como un viajero sin experiencia, que no sabe qué decir y que se deja llevar por la situación, pues esto es básicamente lo que le sucede a la mayoría de extranjeros.
El sujeto inicia caminando hasta la playa de Bocagrande, desde la playa Hollywood. En este lugar es abordado por un par de locales, quienes le preguntan algunos datos sobre él y luego le indican cómo llegar a su destino caminando. Aunque pareciera que el hecho de preguntar es gratis, para el turista no fue tan así, pues luego de recibir las indicaciones, uno de los hombres le pidió de inmediato una propina.
El primer gasto fue de $ 10.000, dinero que le pidieron como propina solo por preguntar. Luego fue abordado por una segunda persona antes de ingresar a la playa. Aunque este hombre le ofreció cerveza y alimentos, luego le pidió que cortara el video y, acto seguido, le ofreció cocaína y otro tipo de drogas.
Posterior a ese evento, el hombre ingresó a la playa y fue abordado por otro sujeto. Este le ofreció una cerveza y un asiento con una mesa y una sombrilla para que la pudiera degustar. Luego, fue abordado por dos mujeres que llegaron a realizarle una serie de masajes.
Aunque el sujeto insistió en que solo podía pagar un servicio, las dos mujeres empezaron a masajearlo. Al terminar el masaje, le presentaron la lista de precios:
- Masaje para pies $ 70.000
- Masaje cervical: $ 60.000
- Masaje completo: $ 200.000
- Masaje medio: $ 100.000
Es preciso aclarar que el masaje que recibió el hombre no tardó más de 10 minutos. Finalmente, decidió pagarles $ 40.000 a las mujeres por el masaje y siguió con su recorrido.
- Al intentar pagar la cerveza que pidió, los hombres le cobraron $ 10.000 por la bebida. Además, le pidieron una propina para otro personaje, que no atendió al creador de contenido.
- Luego, un vendedor se acercó a ofrecerle recuerdos y manillas. Le ofreció una réplica de la cédula de Pablo Escobar en un valor de $ 30.000. Este recuerdo podría costar realmente unos $ 5.000 en un mercado local.
En menos de cinco minutos, el hombre fue abordado por cerca de cinco vendedores. Uno de ellos fue un individuo que le ofreció un paseo en jetsky. Aseguró que el precio por paseo es de $ 180.000, por media hora. Una tarifa considerablemente costosa, teniendo en cuenta que la gasolina de estos vehículos no puede ser tan alta.
Ante la negativa del extranjero, el hombre decidió hacerle una contraoferta, asegurando que le podía dar un paseo en el vehículo acuático por $ 40.000. El creador de contenido accedió y se aventuró a dar un paseo de 10 minutos.
Cuando se encontraban en el trayecto en medio del mar, el conductor empezó a pedirle que le pagara $ 50.000 para hacerle un paseo más largo. Sin embargo, el hombre volvió a decir que no.
Es preciso recordar que el hombre que le ofreció el servicio fue distinto al hombre que condujo el vehículo. Luego de descender de este y finalizar el viaje, los hombres decidieron cobrarle doble vez, pidiéndole al hombre que cancelara en total $ 50.000, incluida la propina del piloto.
Finalmente, fue abordado por otras dos masajistas. Una de ellas, de hecho, aceptó que normalmente deben ser insistentes con los turistas para que estos accedan. “Claro, mi amor, porque es que aquí tenemos que trabajar”, comentó, agregando que los turistas normalmente no acceden hasta que son presionados.