Los dolores de cabeza en materia de costo de vida para los colombianos continúan, ya que durante este principio de año ha sido a causa de los precios de arriendos, alimentos y costos adicionales, sin tener en cuenta uno de los elementos clave en las vivencias del día a día, las tarifas de servicios.
Desde comienzos de año, el análisis de esta temática sufrió un cortocircuito luego de que el presidente Gustavo Petro, a través de un proyecto de ley, buscó tomar el control del servicio eléctrico y de sus tarifas, buscando regularlas y aislando de algunas de sus funciones a la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg).
Esto a causa de que un aumento mayor para los servicios eléctricos implicaría gastos que quizá no podrían ser costeados por el bolsillo de los colombianos; sin embargo, este proyecto de ley ha acabado por no proceder, además de haberse enfrentado a diversos debates, debido a que esta clase de medidas han sido aplicadas en otros contextos internacionales, con algunos resultados negativos y consecuentes.
Esto en un año como el que estamos viviendo implica mayores complicaciones, especialmente no solo por las coyunturas económicas, sino también por las situaciones externas que afectan a esta industria, como lo es el Fenómeno de El Niño que se aproxima al territorio nacional.
Ya de por sí, las difíciles coyunturas económicas presentes en el contexto nacional han generado un aumento de precio para la energía, con valores cercanos a los 533,7 pesos por kWh, con un aumento del 42,61 % frente al mes de enero, lo que sería según reportes de la empresa XM, los precios más altos desde el año 2016.
Por lo que el costo de energía no solo está aumentando para los consumidores, sino también para las empresas encargadas del manejo y suministro de este recurso clave, aunque las organizaciones señalan que a corto plazo las afectaciones económicas no afectarán los costos de las tarifas para los consumidores. Sin embargo, más complicaciones podrían avecinarse.
La subida de precios para estas tarifas puede estar relacionada con el costo que les implicaría a las empresas la compra de esta energía que se encuentra en Bolsa, y que ejercería un peso importante, a pesar de que la proporción es de un 80/20 entre la compra de contratos a largo plazo y el restante desde la Bolsa.
Siendo así, ¿por qué los cercanos a la industria, e incluso la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez asegura que las tarifas no se verán directamente afectadas? Debido a que la llegada de factores como el fenómeno de El Niño generaría mayores problemas para las empresas que tendrán que adquirir esta energía, que para quienes la adquieren en sus hogares.
Sin embargo, las afectaciones podrían llegar a largo plazo y en casos concretos, cuando el rezago de estos aumentos acaben siendo aplicados en las tarifas por parte de las empresas para así evitar pérdidas económicas.
De hecho, las empresas que ejercen una mayor compra de energía dentro en la Bolsa forman parte de un 35 % de la demanda total de energía en el ámbito nacional, por lo que implicaría que los usuarios de compañías entre las cuales resaltan Electrohuila, Electrocaquetá, Dispac y Enel Colombia, entre otras, obtendrán mayores afectaciones en sus tarifas y en el costo de este servicio para sus hogares.
Aún está por verse de manera concreta las afectaciones que sufrirá esta industria a corto plazo, pero el panorama sigue preocupando a los implicados más cercanos a este suministro.