Tras varias rebajas entre 2020 y 2021, casi un tercio de las calificaciones soberanas de América Latina se encuentran en perspectiva negativa, lo que destaca los riesgos de nuevas rebajas, advirtió la calificadora Fitch Ratings.
Seis están en perspectiva negativa en comparación con siete que registraban esta situación a fines de 2019. El ritmo de las rebajas se redujo en 2021: Panamá, Perú, Surinam y Colombia, este último país perdió su estado de grado de inversión, en tanto que la perspectiva negativa de Panamá se mantuvo. La calificación de Surinam permanece en restricted default, mientras intenta resolver su incumplimiento de bonos externos con acreedores privados.
Con la reciente rebaja de la calificación de Colombia que perdió su grado de inversión, solo cinco soberanos lo mantienen. Panamá y Uruguay están calificados en el nivel de grado de inversión más bajo (de ‘BBB-’) y están en perspectiva negativa, destacando los riesgos de una mayor migración a la baja, señaló la calificadora.
Fitch Ratings espera que la mayoría de las economías en América Latina se desaceleren en 2022 luego de su reapertura económica y recuperación en 2021 del shock registrado por cuenta de la covid-19 en 2020.
“Esperamos que las condiciones externas sean menos favorables, ya que Estados Unidos y China (los dos socios comerciales más importantes de la región) tendrán una dinámica más lenta. La retirada de los estímulos fiscales y monetarios internos también moderará el crecimiento”, dijo la entidad en un análisis.
A su vez, señaló que la tasa de inflación está aumentando en varios países, “pero el endurecimiento monetario y la relajación de algunos factores transitorios (por ejemplo, efectos de base y perturbaciones de la oferta) deberían ayudar a aliviar las presiones sobre los precios en 2022″, anticipó.
Prevé que la consolidación fiscal gradual continuará en 2022 y calcula que el déficit fiscal en la región en 2021 seguirá bastante elevado en la región, con un promedio de cercano al 5 por ciento del PIB, “lo que refleja la necesidad en varios países de implementar medidas fiscales estructurales para estabilizar el aumento de la carga de la deuda”, señala.
Con tensiones sociales y elecciones en países como Brasil y Colombia, habrá un entorno que dificultará la consolidación fiscal rápida. “La liquidez externa adecuada, los precios favorables de las materias primas y los desequilibrios externos de moderados a bajos deberían ayudar a la mayoría de los países a navegar por un posible endurecimiento de las condiciones de financiación internacional tras el reciente inicio de la reducción gradual de la Fed de Estados Unidos”, dijo la calificadora.
¿Qué va a pasar con el petróleo y el gas?
A propósito de las expectativas favorables que tiene Fitch Ratings en torno a las materias primas, espera que las condiciones para las compañías de petróleo y gas en América Latina se estabilicen en 2022 después de una mejora “materialmente positiva” en 2021, principalmente como resultado de precios mundiales de la energía más altos de lo esperado.
Los precios del petróleo Brent hasta la primera semana de diciembre promediaron cerca de 70 dólares por barril, que representa más del 60 por ciento que el promedio de 2020, que fue de 43 dólares.
“Un aumento continuo en la producción en 2022 debería ser positivo para los emisores de la región, incluso si los precios tienden hacia la plataforma de precios a largo plazo de Fitch de 53 dólares por barril. Fitch asume que los precios del crudo Brent se mantendrán relativamente estables en 2022 antes de disminuir a aproximadamente a 60 dólares por barril en 2023, y una tendencia hacia 53 dólares por barril en el largo plazo”.
La calificadora pronostica que la producción agregada aumentará en toda la cartera calificada de América Latina en 2021 y 2022 en comparación con los niveles de 2019. “La producción de los emisores crecerá en conjunto en aproximadamente 200.000 y 400.000 barriles de petróleo equivalente por día en 2021 y 2022, respectivamente, en comparación con los niveles de 2019. La producción de pronóstico más alta y los niveles de precios moderados respaldan la perspectiva neutral del sector de Fitch”, puntualiza la calificadora.
Cuál es la visión en infraestructura y telecomunicaciones
En el caso de la infraestructura de transporte, la visión de Fitch en América Latina es más favorable, impulsada por la mejora de la perspectiva del sector para las carreteras de peaje y aeropuertos y la perspectiva neutral del sector para los puertos, con una recuperación sostenida en el entorno operativo en 2022. “La pandemia causó un impacto general en los volúmenes, con el grado del impacto variado según las clases de activos, y Fitch espera que la velocidad y la forma de la recuperación del sector continúen siendo diferentes”, dijo en un análisis.
Considera que la distribución de vacunas ampliamente disponibles, la facilidad de las restricciones de viaje y la recuperación económica temprana observada en América Latina han contribuido a que el tráfico regrese a niveles prepandémicos.
Por su parte, la perspectiva en el sector para las telecomunicaciones de América Latina se mantiene estable, ya que la conectividad digital es esencial a medida que los paradigmas de trabajo desde casa y de trabajo híbrido cobran mayor importancia.
“Las modestas disminuciones de los ingresos en 2020 se revirtieron en gran medida en 2021, y Fitch Ratings espera un impulso continuo a medida que continúa el crecimiento en la región. Fitch espera que la competencia se mantenga alta, lo que debería mantener el crecimiento del ARPU (promedio de ingresos por usuario) por debajo de la inflación”, dijo en un estudio.
Fitch advierte que, combinado con la reanudación del gasto de capital diferido, las inversiones en fibra y el despliegue de 5G, el flujo de caja agregado sea de neutral a negativo. Los operadores deben continuar expandiendo el uso compartido de infraestructura y desinvertir activos, mejorando su flexibilidad financiera. “La trayectoria de las calificaciones para el sector es estable luego de un puñado de rebajas y reestructuraciones principalmente impulsadas por soberanos en los últimos dos años. En 2021, tres emisores mejoraron principalmente debido al desapalancamiento, mientras que dos fueron rebajados, uno de los cuales se debió a una rebaja soberana. De las 22 entidades calificadas internacionalmente en la cartera, 18 tienen una perspectiva estable, tres tienen una perspectiva positiva / vigilancia y una tiene una perspectiva negativa”, puntualizó la calificadora.