Un recorte de las perspectivas de crecimiento de China para 2022 y 2023 es “muy probable”, le dijo el martes 13 de diciembre a la AFP la directora general del FMI, Kristalina Georvieva.
La titular del FMI señaló en una entrevista que el cambio de política ante la covid creará al comienzo “algunas dificultades” en el gigante asiático.
“Es muy probable que rebajemos nuestras previsiones de crecimiento para China, tanto para 2022 como para 2023. Las restricciones vinculadas a la covid pusieron un freno al crecimiento, pero la flexibilización (decidida por Pekín) creará algunas dificultades en los próximos meses”, sostuvo.
Al publicar su informe anual, el FMI estimó el crecimiento chino para 2022 en 3,2 % y en 4,4 % para 2023.
El FMI alertó varias veces sobre las consecuencias económicas de la política covid-cero de China. Pero el final de esta estrategia acarreará necesariamente “un aumento del número de infecciones con consecuencias sobre la buena marcha de la economía”, sostuvo Georgieva.
China deberá reorientar “el sistema de salud hacia el tratamiento más que al aislamiento”, insistió Georgieva.
La directora del Fondo sostuvo que en el segundo semestre de 2023 China “debería tener una mejora del crecimiento”.
China anuncia tranquilidad general frente a las restricciones por la covid-19
China anunció la semana pasada una tranquilidad general de las reglas sanitarias anticovid, abandonando la restrictiva estrategia contra el coronavirus que generó una histórica ola de protestas en todo el país.
El malestar por la política covid cero de China, que implica confinamientos repentinos, test continuos y cuarentenas incluso para personas no infectadas, desembocó en unas manifestaciones no vistas desde el movimiento pro democracia de 1989.
Las autoridades trataron de sofocar estas protestas, pero, al mismo tiempo, comenzaron a dar respuesta a las reivindicaciones, primero a nivel local y ahora a nivel nacional.
Las nuevas guías presentadas este miércoles por la Comisión Nacional de la Salud (CNS) indican que la magnitud y el alcance de las pruebas PCR (casi rutinarias bajo el covid cero) se reducirá. También, se minimizarán los confinamientos y la gente con casos de covid no graves podrán aislarse en casa en vez de ser enviados a instalaciones gubernamentales.
Además, la población no deberá mostrar un código sanitario verde en su teléfono para entrar en edificios y espacios públicos, excepto en “geriátricos, instituciones médicas, guarderías y centros de educación intermedia y superior”.
“Las personas infectadas asintomáticas y los casos leves que pueden aislarse en casa, generalmente se aislarán en casa”, lo que pone fin a la exigencia de hacer cuarentena en una instalación gubernamental, indican las nuevas reglas.
“Los test PCR masivos solo se llevarán a cabo en escuelas, hospitales, geriátricos y unidades de trabajo de alto riesgo. El alcance y la frecuencia de los test PCR se reducirá todavía más”, añaden.
Además, “las personas que viajen entre provincias no deben suministrar un resultado de un test en las 48 horas previas y no necesitan hacerse un test al llegar”.
China también acelerará la vacunación de la población anciana, visto durante mucho tiempo como uno de los principales obstáculos para relajar la política covid cero.
A finales del mes pasado emergieron por todo el país manifestaciones contra esta restrictiva política del Partido Comunista. Algunos pidieron más libertades políticas o incluso la dimisión del presidente Xi Jinping. Desde entonces, varias ciudades chinas echaron atrás algunas de las restricciones más molestas.
Por ejemplo, la capital Pekín, con muchos negocios ya totalmente reabiertos, dijo esta semana que los ciudadanos no deberían presentar un test negativo en las últimas 48 horas para acceder al transporte público.
Shanghái, que sufrió un duro confinamiento de dos meses este año, anunció medidas similares y permitirá a sus habitantes entrar a lugares abiertos como parques y atracciones turísticas sin presentar un test reciente.
*Con información de AFP