El directorio ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) ha aprobado un desembolso para Ucrania de 1.400 millones de dólares en el marco de su Instrumento de Financiamiento Rápido (IFR) para ayudar al país a hacer frente a las necesidades urgentes de financiación y mitigar el impacto económico de la guerra.

Este desembolso en el marco del IFR, equivalente al 50 % de la cuota de Ucrania en el FMI, ayudará a hacer frente a necesidades urgentes de balanza de pagos derivadas de los efectos de la guerra en curso y proporcionará apoyo crucial a corto plazo; servirá, al mismo tiempo, para catalizar financiación de otros socios.

Las autoridades de Ucrania han cancelado el Acuerdo Stand-By y han expresado su intención de trabajar con el FMI para diseñar un programa económico adecuado que esté orientado a la rehabilitación y al crecimiento, cuando las condiciones lo permitan.

En este sentido, el Gobierno ucraniano tiene la intención de permanecer en estrecha consulta con el personal técnico del FMI mientras continúan formulando e implementando medidas eficaces de mitigación de crisis.

“La invasión militar rusa de Ucrania ha provocado una enorme crisis humanitaria y económica (...). Las necesidades de financiamiento son importantes, urgentes y podrían aumentar considerablemente a medida que la guerra continúe”, ha declarado la directora gerente y presidenta del directorio, Kristalina Georgieva.

La ayuda de FIM está destinada en un periodo de 'corto plazo'.

En su intervención, la economista búlgara ha destacado que la respuesta de emergencia de las autoridades de Ucrania “ha sido extraordinaria”, señalando que si bien se han impuesto límites a la retirada de efectivo, no se han limitado las transacciones sin uso de efectivo, mientras que la política fiscal se ha centrado en asegurar los pagos prioritarios. “Ucrania ha cumplido con todas sus obligaciones de deuda”, ha afirmado.

“Una vez que haya terminado la guerra y pueda realizarse una evaluación adecuada de los daños, es probable que se necesite un importante respaldo adicional para apoyar los esfuerzos de reconstrucción”, ha concluido.

Por otra parte, ¿cómo se explica que en un mundo globalizado en el que transcurre una cruenta guerra a América Latina no le esté yendo mal? Para la consultora británica Oxford Economics la explicación está en la posición única de Latinoamérica como gran exportador neto de materias primas, que además tiene pocos vínculos económicos directos con Rusia y Ucrania.

Al ser una región que vende petróleo, metales y alimentos al mundo, se beneficia de los precios altos de las materias primas, al tiempo que no tendría grandes disrupciones en sus exportaciones o importaciones totales, debido a su limitada relación comercial con Europa del Este. Esto haría que su crecimiento económico no sufra tanto por la disputa entre Rusia y Ucrania.

“Las reacciones de los mercados desde la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia han sido mixtas. Las materias primas sensibles a Rusia o Ucrania, como el trigo, el petróleo y el gas, se dispararon a máximos de varios años, lo que alimenta los temores de inflación, pero redujeron las expectativas de una normalización política impetuosa en las economías avanzadas”, advierten en Oxford Economics.

Aunque se espera que los grandes bancos centrales, como la Reserva Federal y el Banco Central Europeo, empiecen a subir sus tasas de interés para controlar la inflación, existe la posibilidad de que no lo hagan o lo hagan a paso más lento para poder contener los impactos de la guerra en Ucrania. Esto beneficiaría a los países emergentes como Colombia, que se afectarían con mayores tasas de interés externas, pues los inversionistas foráneos se irían de estos mercados para buscar unos con rendimientos más altos y, encima, más seguros.

*Con información de Europa Press.

Por ser una noticia de interés mundial, todo el contenido sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania será de libre acceso para nuestros lectores en todas las plataformas digitales de SEMANA.