De acuerdo con La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el crecimiento regional de América Latina en el 2023 será una tercera parte de la tasa del 2022. Se proyecta un crecimiento de 3,2 por ciento con una acentuación de la desaceleración en la región y en el Caribe.
Sin embargo, para Sergio Diaz-Granados, presidente del CAF, el escenario global actual es más alentador frente al del año pasado, con un panorama marcado por factores como: disminución de la inflación en Estados Unidos con una estabilización del 6 por ciento y estabilidad en las tasas de interés. Adicionalmente, se evidencia una baja en los precios del sector minero-energético.
“No hay un escenario catastrófico, pero sí hay unas alertas claras de disminución de la actividad económica”, señaló Diaz-Granados, pues se trata de factores internacionales que predicen un crecimiento económico muy moderado a nivel global. Y que en el caso de Latinoamérica, indican un bajo desarrollo económico debido a problemáticas como la pobreza y desigualdad.
El presidente del organismo multilateral, enfatizó en la necesidad de trabajar conjuntamente para superar las tasas de pobreza, las cuales han ocasionado que el 60 por ciento de los empleos sean informales en la región. Asimismo, la informalidad es otro de los elementos que limita la eficiencia económica y el desarrollo de la mediana empresa en los diferentes países de América Latina.
Son tasas de pobreza cercanas al 32 por ciento y de pobreza extrema del 13 por ciento, que acentúan, además, dificultades para superar problemas como la inseguridad alimentaria que afecta al 40 por ciento de la población latinoamericana. Ahora bien, para el presidente de la CAF, el principal desafío que atraviesa transversalmente estas problemáticas es el cambio climático, sobre el cual, advirtió, se debe prestar total atención.
“El cambio climático va a pasar grandes facturas económicas y Colombia no está exenta al estar entre los 20 países con mayor riesgo en esta materia”, añadió Diaz-Granados, quien señaló la importancia de adquirir compromisos en torno a la productividad agrícola, la transición energética y alianzas con gremios para avanzar en la construcción de una agenda sostenible nutrida por los diferentes países de la región.
Por último, el presidente de la CAF, destacó que para responder a estos desafíos, es vital un trabajo articulado con el sector privado, responsable de la activación de la economía regional y la generación de empleo. Asimismo, para él son metas que tienen que ir de la mano con los objetivos de desarrollo sostenible y las diversas políticas regionales de los Gobiernos de Latinoamérica y el Caribe.