Luego de tres años consecutivos de caída en el consumo de leche, menores compras de la industria láctea a los productores del campo e incrementos en los precios al consumidor final, esta cadena productiva se declaró en graves problemas y el Ministerio de Comercio inició el julio pasado una investigación administrativa, pues se argumentó que parte de la crisis se originaba en la leche traída del exterior.

La investigación aún no ha terminado, pero mientras se llega a una conclusión definitiva, en septiembre, el Ministerio de Comercio decidió imponer derechos compensatorios provisionales a la importación de leche en polvo proveniente de Estados Unidos. Eso implicó imponer un gravamen ad valorem del 4,86 % durante cuatro meses, lo que se suma al arancel que ya paga ese producto, que es de 4,4 %.

Ante esta situación, Olga Lucía Lozano, exviceministra de Comercio Exterior y advisor del Consejo de Exportación de Lácteos de Estados Unidos en Colombia (USDEC), dice que entre el gremio hay preocupación porque la investigación parte de comparar la leche líquida con la que viene en polvo, y en su concepto, eso es como revolver peras con manzanas. Su argumento es que el precio de la leche en polvo es mucho más alto que el de la líquida, algo alrededor de los 5.000 pesos por mil gramos, mientras que esa misma cantidad en la versión líquida no supera los 2.000. “Son productos que no se sustituyen económicamente, por eso ahí hay un error técnico en la investigación del Ministerio”, sostiene.

Añade que en Colombia hay varias pulverizadoras de leche, pero que su producto no tiene las mismas propiedades del que se trae de Estados Unidos. La leche colombiana es más grasosa que la americana y, según la exfuncionaria, esto se da porque acá el precio de la leche privilegia el contenido graso de la misma. “Por razones nutricionales, el mercado global de los alimentos cada vez busca más productos con menos grasa. En consecuencia, la industria colombiana de alimentos, para mantenerse competitiva, adquiere una leche en polvo que al momento de adherirla a sus preparaciones tenga los menores contenidos en grasa”, precisa.

Los ganaderos se han manifestado contra las importaciones de leche en polvo.

Esta experta, quien fue una de las negociadoras del TLC entre Colombia y Estados Unidos, agrega que hay otro problema sanitario con la leche colombiana y es que esta trae residuos derivados de la alimentación de las vacas, los cuales tampoco están presentes en la leche estadounidense y cuya presencia afectaría las exportaciones de alimentos colombianos.

Las explicaciones

Ante la imposición del sobrearancel de 4,86 %, los abogados de la USDEC están tratando de explicar que los problemas de la cadena láctea nacional no se deben a la importación de la leche en polvo, sino al clima y a los cambios en las preferencias de los consumidores, que toman menos leche por temas de gusto o porque no tienen la capacidad económica, comportamiento que también se está viendo en el consumo de otras proteínas como los huevos y la carne.

Aunque el sobrearancel es una medida provisional, que está vigente hasta el 17 de enero, Lozano estima que solo hasta febrero va a haber alegatos porque la investigación va caminando lentamente. “Así el arancel va a morir el 17 de enero y de enero a febrero vamos a tener un lapso sin arancel; por allá en febrero o marzo habrá una decisión definitiva porque se desfasaron los términos de la investigación, dado que recientemente el Gobierno amplió los términos de esta”.

Precisa que la leche en polvo fue uno de los ítems que se negoció en el TLC mediante cupos y un arancel que va a descendiendo poco a poco hasta llegar a cero. Está previsto que el año entrante baje del 4,4 % actual a 2,2 % y que otra prueba de que este producto no está afectando el mercado local es que este año no se completó el cupo de importación. “Mi interpretación es que eso evidencia que sí ha habido un menor consumo en general de leche. Cuando se ve menor dinamismo de las importaciones y de la producción nacional, no se puede decir que la culpa es del sofá”, reitera la experta.

Igualmente, desestima los reclamos con respecto a que la leche importada de Estados Unidos representa una competencia desleal para la producida en Colombia, por los subsidios que recibe la actividad agropecuaria en el país del Norte. Explica que los subsidios existen en todas partes del mundo, pero que dentro de la normativa internacional los que son cuestionables son los que subsidian las exportaciones y eso no es lo que sucede con la leche en polvo estadounidense.

Se estima que el mercado de leche en polvo en el país es de unos 90 millones de dólares anuales y las importaciones equivalen a unas 50.000 toneladas.