El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) firmó este jueves 9 de junio un acuerdo con socios regionales de desarrollo para poner a disposición US$50.000 millones hasta finales de 2026 para apoyar acciones climáticas ambiciosas en América Latina y el Caribe.

El acuerdo, anunciado en la novena Cumbre de las Américas, es parte de un esfuerzo de colaboración entre CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, el Banco de Desarrollo del Caribe (BDC) y el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).

El ambicioso objetivo del BID de alcanzar un 40 % de financiamiento climático y verde para 2025, y su compromiso de alinear sus operaciones con el Acuerdo de París para 2023, lo convierten en un líder de la acción climática entre los bancos de desarrollo regionales. Solo en 2021, el BID y su brazo del sector privado, BID Invest, entregaron un total récord de US$6.000 millones en financiamiento climático.

“Estamos entusiasmados de continuar llevando a cabo el trabajo que anunciamos en la COP26 el año pasado, lo que incluye nuestro compromiso de liderar con US$24.000 millones en financiamiento climático y verde para América Latina y el Caribe hasta fines de 2025″, aseguró el presidente de la entidad multilateral, Mauricio Claver-Carone.

“Esperamos liderar la ampliación de las alianzas, aumentar las ambiciones a nivel regional y mundial, y abrir las puertas a recursos privados críticos. Invertir en una transición verde ahora es invertir en el futuro”, agregó.

El objetivo del organismo multilateral es el de apoyar con la mitigación del riesgo climático y de desastres, y para asegurar que las políticas públicas aborden estas acciones.

Este año, el Banco lanzará una nueva plataforma para los ministerios de finanzas de la región, que permitirá el intercambio de conocimientos y enfoques sobre la política climática, la reforma normativa, la elaboración de presupuestos y la reforma fiscal para la acción climática.

El Banco seguirá avanzando hacia la entrega de US$1.000 millones para la Iniciativa Amazonia a petición de los países del Pacto de Leticia. Estos fondos apoyarán el uso sostenible de la tierra, la bioeconomía, el capital humano y las ciudades e infraestructuras sostenibles, al tiempo que abordarán de forma transversal la conservación de los bosques, temas de género, diversidad y fortalecimiento institucional.

La entidad aseguró que continuará con su apoyo y promoción de la sostenibilidad soberana y no soberana, y las emisiones de bonos verdes. Nuestro trabajo incluye la ampliación de nuestra galardonada Plataforma de Transparencia de Bonos Verdes, que ya cubre el 73 % de las emisiones de bonos de la región, por un valor de US$26.800 millones.

El cambio climático es un área prioritaria de la Visión 2025, la hoja de ruta del BID para lograr la recuperación y el crecimiento sostenible e inclusivo en América Latina y el Caribe.

La importancia del ‘nearshoring’ en las exportaciones de Latinoamérica

Cálculos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) mostraron que la ganancia potencial para América Latina y el Caribe de las oportunidades de nearshoring en el corto y mediano plazo podrían representar un aumento de hasta US$78.000 millones en nuevas exportaciones de bienes y servicios, con importantes oportunidades para la región en la industria automotriz, textil, farmacéutica, energías renovables, entre otras.

México y Brasil tendrían las mayores oportunidades, aunque todos los países se beneficiarían, de acuerdo con datos adelantados de un estudio a publicarse pronto. La cifra de US$78.000 millones se compone de US$64.000 millones en comercio de bienes y US$14.000 millones en comercio de servicios.

La información les fue entregada a altos representantes de gobiernos y empresas del hemisferio que se reunieron, de cara a la Cumbre de las Américas, para analizar opciones para aprovechar las oportunidades que se abren ante la reconfiguración de las cadenas globales de suministro, las tendencias en materia de sostenibilidad del comercio y cambio climático, y la creciente digitalización de la economía.

La cita ministerial, que antecedió el arranque de la Cumbre de las Américas, representó un importante esfuerzo promovido por el Banco Interamericano de Desarrollo para impulsar una recuperación económica de la región mediante la acción colectiva de los países y en cercana colaboración con el sector privado.