La guerra en Ucrania tiene efectos similares a “ondas sísmicas que emanan del epicentro de un terremoto” y oscurece las perspectivas de la economía mundial, advirtió este 19 de abril Pierre-Olivier Gourinchas, nuevo economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI).

El FMI, que publica sus previsiones actualizadas antes de sus reuniones de primavera boreal, espera un crecimiento de la economía mundial de 3,6 % este año frente al 4,4 % pronosticado en enero.

“El conflicto y las sanciones afectan directamente a Ucrania, Rusia y Bielorrusia”, explica además el FMI en su reporte de perspectivas World Economic Outlook (WEO). “Pero las consecuencias internacionales se propagan mucho más allá, especialmente en Europa, a través de los precios de los productos básicos, los vínculos comerciales y financieros, el aprovisionamiento (de alimentos y energía) y el impacto humanitario”.

Y es que Ucrania y Rusia son productoras de cereales. Rusia, en tanto, es una fuente importante de energía para Europa.

En este contexto, el FMI ha revisado a la baja las previsiones para la mayoría de los países, incluso Estados Unidos cuyo crecimiento se reduce hasta el 3,7 % (-0,3 puntos), teniendo en cuenta “la retirada más rápida de lo esperado del apoyo monetario (por parte del banco central) para contener la inflación” y el impacto del menor crecimiento de sus aliados comerciales.

Por su parte, la economía china sufre por la política de tolerancia cero ante la pandemia, que ha provocado numerosos confinamientos, incluso en la capital económica, Shanghái. Esto hará caer el crecimiento al 4,4 % (-0,4 puntos) en comparación con el 8,1 % del año pasado.

Inflación en aumento

El impacto global de la guerra es aún más fuerte debido a que se produjo antes de que la economía se recuperara por completo de la pandemia. El conflicto agudizó la subida de precios. El FMI espera una inflación del 5,7 % este año para los países desarrollados (+1,8 puntos) y del 8,7 % (+2,8 puntos) para las economías emergentes y en desarrollo.

La inflación debería tocar su máximo este año pero incluso en 2023 estará por encima de los objetivos de los bancos centrales en los países desarrollados y seguirá siendo muy alta en los emergentes y en desarrollo (6,5 %).

El FMI, que también rebajó las perspectivas de crecimiento mundial para 2023 (+3,6 %, -0,2 puntos), divisa nubarrones en el horizonte. “En general, los riesgos son (...) comparables a la situación del comienzo de la pandemia”, estima.

El principal es que la guerra dure, lo cual aumentaría la crisis humanitaria.

Además, el aumento de los precios puede provocar protestas sociales que podrían exacerbarse en los países que acogen a muchos refugiados. Y “los niveles récord de endeudamiento inducidos por la pandemia” hacen que las economías de mercados emergentes y en desarrollo sean más vulnerables a las subidas de tasas de interés, afirma el FMI, que tampoco descarta un resurgimiento de la pandemia.

Presión sobre América Latina

Para América Latina y el Caribe, una región con menos vínculos directos con Europa, el FMI eleva apenas el crecimiento, a 2,5 % (+0,1 puntos). Pero advierte que la situación internacional variable hace que las previsiones “sean aún más inciertas de lo habitual”.

Para Brasil, la mayor economía regional, el FMI vaticina un crecimiento de 0,8 % en 2022 (+0,5 puntos sobre enero) y de 1,4 % en 2023 (-0,2 puntos), mientras que México, segundo PIB regional, crecería 2 % este año (-0,8 puntos) y 2,5% el que viene (-0,2 puntos).

Algunos bancos centrales de los mercados emergentes, como los de América Latina, “ya estaban bajo presión antes la guerra” y con el conflicto se “amplificarán en gran medida esas presiones, en particular a través de aumentos en el precio de la energía, los metales y los alimentos”. Varios bancos centrales latinoamericanos suben sus tasas de referencia en un intento por conjurar la inflación.