Desde hace poco menos de un mes, en Colombia empezaron las discusiones y propuestas sobre el aumento del salario mínimo para 2025, una de las pujas más importantes que se realiza cada año por esta época y en la que el Gobierno nacional trata de llegar a un acuerdo con gremios de trabajadores y sindicatos.
Los primeros en hacer su apuesta fueron los comerciantes, que dijeron que el incremento debía estar sobre un 5 %. Luego de ello, las centrales obreras también se pronunciaron en voz de la CUT, asegurando que esperaban un incremento de dos dígitos. Es decir, un aumento superior al 10 %.
El último en hacerlo fue el mismo ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, que en una rueda de prensa aseguró que la base del incremento debía ser de 6,2 % y no debía sobrepasar el 10 %. La declaración no cayó muy bien en los sindicatos, pues estos guardaban las esperanzas de que el incremento fuera sustancial.
Es importante recordar que dicho aumento se debe realizar con mucha cautela y analizando cuidadosamente las finanzas del país, pues si este es elevado, podrían correr el riesgo de aumentar la inflación.
Gustavo Bolívar y su propuesta para aumentar el salario mínimo
El director de Prosperidad Social (DPS), Gustavo Bolívar, fue uno de los funcionarios activistas del Gobierno que en el pasado exigía un buen aumento para los trabajadores. Sin embargo, hace algunos días, en una entrevista con El Tiempo, el funcionario reveló su propuesta de aumento, que no sería tan bien recibida por los sindicatos.
Bolívar dijo en el citado medio que su propuesta de incremento sería del 6,5 %, lo que significaría un aumento al salario de $ 84.500. Con esta modificación, el salario total de los trabajadores quedaría en $ 1.384.500. Dicha propuesta va muy en línea con la que hizo el Ministerio de Hacienda, teniendo en cuenta que las proyecciones de inflación al cierre del año se ubican en un 5,2 %, más la suma de la productividad, que cerraría en un 1 %.
Es importante tener en cuenta que aún no se han instalado oficialmente las mesas, pues las discusiones formales empezarán desde el martes 3 de diciembre, cuando se conozcan las cifras de productividad oficiales. El 12 de diciembre, tras conocer la cifra de inflación y el PIB de las cuentas nacionales, arrancaría la concertación. Sin embargo, hasta el 11 de diciembre se recibirán las propuestas. Es preciso recordar —además— que la fecha límite para expedir el salario mínimo es el próximo 30 de diciembre.
Entre los efectos nocivos que tendría el aumento desmedido del salario mínimo se encuentra:
- Impacto en las pequeñas y medianas empresas (pymes): muchas empresas, especialmente las pymes, podrían tener dificultades para pagar salarios más altos, lo que podría llevarlas a reducir su plantilla laboral o incluso cerrar.
- Desempleo juvenil y no calificado: los empleadores pueden optar por contratar trabajadores más calificados o automatizar procesos, dejando a los trabajadores jóvenes o con menos habilidades en desventaja.
- Economía informal: si las empresas no pueden cumplir con los nuevos costos laborales, es probable que más trabajadores sean empleados de manera informal, sin acceso a seguridad social ni beneficios legales.
- Efecto en los precios: un aumento generalizado de los salarios puede llevar a un incremento en los costos de producción, que a menudo se trasladan a los consumidores mediante precios más altos.
- Espiral inflacionaria: si los precios suben, el poder adquisitivo del aumento salarial puede disminuir rápidamente, anulando los beneficios para los trabajadores.
- Deterioro en exportaciones: las empresas colombianas podrían volverse menos competitivas en mercados internacionales si el aumento salarial eleva significativamente los costos de producción.
- Deterioro en inversión extranjera: inversionistas pueden percibir a Colombia como un destino menos atractivo debido al incremento en los costos laborales.