Los vientos de tormenta han ido creciendo en el mundo entero y la recesión asusta en varias latitudes. ¿Cómo impacta al país? SEMANA le preguntó a quién será el ministro de Hacienda del nuevo gobierno, José Antonio Ocampo.
El economista, quien ha sido por años profesor en los Estados Unidos, explicó con detalle cómo ve el panorama. “No es una recesión, pero sí vamos a tener una desaceleración fuerte mundial. Es muy probable que varios países europeos entren en recesión. Estados Unidos para mí es menos claro. Y China es un tema totalmente diferente porque la desaceleración tan fuerte del segundo trimestre fue por las medidas de aislamiento”, dijo.
Pero auguró buenas noticias para el país, aun en medio de ese ambiente no tan favorable. “Obviamente, el segundo trimestre va a ser muy bueno porque el del año pasado fue muy malo. Es como cuando se dijo el año pasado que la economía había tenido el crecimiento más alto de la historia. Yo puse un tuit: sí, porque venía después del peor año de la historia. El lado positivo es que la recuperación sí ha sido muy buena desde mediados del año pasado. Pero de aquí en adelante vamos a tener una base de comparación más alta y el crecimiento va a ser mucho menor y no es por el nuevo gobierno, sino por la base de comparación y por las tendencias internacionales”, aclaró.
Ante las expectativas de que el país crezca al 6%, Ocampo dijo que “este año, como año, vamos a llegar”. Sin embargo, no es la cifra de la que se habla para 2023. Ahí, el nuevo ministro es más prudente. “Espero que sea mejor que 2 por ciento. De hecho, las previsiones son de 3,5 y 4, pero digamos un poco más del tres por ciento. Vamos a apostarle a que sea lo máximo posible como es obvio”, agregó.
El nuevo ministro también explicó que ese escenario internacional ha traído consecuencias y que puede que estas no cesen. Una de las más preocupantes, la subida de las tasas de interés.
“Entiendo el problema del Banco de la República. Estuve como miembro independiente de la junta y presidiéndola. Entiendo la coyuntura inflacionaria que es muy difícil. Internacionalmente, todos los bancos centrales están subiendo las tasas de interés; es muy difícil no estar en esa tendencia porque genera otros problemas, por ejemplo, de flujos de capital, si uno no sigue la tendencia”, dijo.
Pero agregó que esa no es la única arista, pues también es importante analizar “la capacidad del aumento de tasas de interés de controlar esta inflación es limitada, porque su origen son problemas de oferta, no de demanda. Sin embargo, como lo ha dicho el gerente del banco, el número de productos que están subiendo por encima de la meta de inflación es muy grande”.
¿Estados Unidos entrará en recesión?
La pregunta se la hacen decenas de economistas alrededor del globo. Pero por ahora, hay calma. El presidente estadounidense, Joe Biden, afirmó el lunes que no prevé que la economía de su país entre en recesión, a días de conocerse, el jueves, los datos del PIB local para el segundo trimestre.
“No entraremos en recesión, en mi opinión”, dijo Biden a periodistas, después de que las cifras del primer trimestre mostraran una contracción del PIB. El mandatario citó la fortaleza del mercado laboral y sostuvo: “Iremos de este crecimiento rápido a un crecimiento sostenido”.
La secretaria del Tesoro de Biden, Janet Yellen, señaló el domingo que la economía estadounidense se “desacelera”, pero sostuvo que los datos no anuncian una recesión.
“No digo que evitaremos definitivamente una recesión, pero creo que existe una vía para mantener el vigor del mercado laboral y bajar la inflación”, destacó.
El crecimiento del PIB de Estados Unidos en el segundo trimestre se conocerá el jueves y se espera una ligera alza, luego de un primer trimestre negativo (-1,6 % en proyección anual, la medición preferida en el país, que proyecta el crecimiento a 12 meses en las condiciones al momento de realizarse el estudio).
Si se produjera una contracción, Estados Unidos estaría técnicamente en una recesión, al registrar dos trimestres en negativo. Pero para Yellen, una recesión “es una contracción generalizada de la economía, e incluso si (el PIB del segundo trimestre muestra cifras) negativas, no estaremos en recesión actualmente”, insistió.
La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed, banco central) se reúne esta semana para proceder a un nuevo incremento de tasas, con la mira puesta en enfriar la economía para contener la inflación y al mismo tiempo intentar evitar una recesión, un ejercicio de equilibrio delicado.
“Quieren lograr lo que llaman ‘un aterrizaje suave’, tratando de evitar una recesión”, explicó Julie Smith, profesora de economía de la universidad Lafayette, de Pensilvania. “La pregunta es si pueden lograrlo. Es difícil saberlo en este momento”, añadió.
El comité monetario de la Fed se reunirá martes y miércoles y procederá a un nuevo incremento de tasas de interés de referencia. Actualmente, los tipos de interés se mantienen entre 1,50 y 1,75 % luego de dos años de tasas prácticamente en cero.
El organismo debe tratar de que una desaceleración voluntaria de la actividad económica no sea demasiado fuerte, para no golpear al mercado laboral, actualmente muy sólido. La hipótesis de un alza de tres cuartos de puntos porcentuales es la preferida por los mercados. En junio, un incremento de esta magnitud fue el más alto hasta ese momento desde 1994.
“Pienso que subirán las tasas 75 puntos básicos. Pero siempre podemos vernos sorprendidos por la Fed”, anticipa Julie Smith.
Uno de los gobernadores de la Fed, Christopher Waller, recientemente abrió la puerta a un alza de un punto porcentual. Los miembros del comité monetario “discutirán probablemente” esta hipótesis, según Smith, “simplemente porque las cifras de inflación son bastante malas”.
Pero “los otros parámetros (...) indican que los aumentos de tasas anteriores probablemente comenzaron a funcionar, al menos para frenar la demanda (en) el mercado inmobiliario”, matiza la analista. El mercado inmobiliario registró una fuerte merma de operaciones a causa de los precios exorbitantes de las viviendas y de las tasas de interés que suben.
Por el contrario, miles de ofertas de trabajo no encuentran candidatos, y el consumo se mantiene a pesar de precios inflados. “Los datos económicos recientes sostienen un alza de tasas de 75 puntos básicos, aunque podría considerarse un aumento de 100 puntos básicos”, señala Kathy Bostjancic, economista jefe de Oxford Economics, en una nota de análisis.
Ante precios crecientes de los alimentos, de los alquileres y de los autos, que no cesan de trepar en Estados Unidos, la Fed sube desde marzo progresivamente sus tasas directrices.
La inflación volvió a marcar niveles históricos en junio, de 9,1 % a 12 meses, según el índice CPI de precios al consumo. Un alza de tasas encarece el crédito y actúa, por lo tanto, sobre el consumo de los particulares y sobre la inversión de las empresas, y libera presión sobre los precios.
La inflación también llevó a que el Banco Central Europeo (BCE) subiera sus tasas el jueves pasado, por primera vez en 10 años, en este caso en medio punto porcentual
Como en la economía aplica ese proverbio de que el aletear de una mariposa en un lado del mundo genera un tsunami en el otro extremo, las alarmas del planeta están encendidas.
*Con información de AFP.