Hace exactamente 30 años (el 7 de febrero de 1993) los colombianos pusieron fin a una de las eras más representativas de la década de los 90, con la que vivieron entre racionamientos y apagones por más de 11 meses, como resultado de la suma de varios factores que incidieron en una crisis de generación de energía y obligaron al Gobierno Nacional a tomar medidas drásticas para superar esta contingencia, como decretar una hora obligatoria de cortes en el suministro, que incluso se extendió hasta la Navidad.
Se trata de la crisis energética de 1992, la cual se dio durante el gobierno del expresidente César Gavira. Arrancó el 2 de marzo de ese año y se extendió hasta el 7 de febrero de 1993. Este impase se dio por culpa del Fenómeno de El Niño que azotó al país con fuertes olas de calor y sequías en todo el territorio y afectó los niveles de embalses generadores de energía hidroeléctrica, lo que derivó en serios problemas para la empresa de servicios públicos del Estado, llamada Interconexión Eléctrica S.A.
Debido a esto, se decretaron medidas especiales como un racionamiento obligatorio, que para el caso de ciudades como Bogotá llegó a ser de 9 horas al día, mientras que en San Andrés y Providencia, los cortes del servicio se interrumpieron por más de medio día. De todo esto, los colombianos acuñaron un término que aún sigue vigente en la memoria de miles de personas y es “la hora Gaviria”, como se le conocía al lapso en el que no contaban con este servicio.
José Camilo Manzur, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Distribuidores de Energía Eléctrica (Asocodis), recuerda esa época como un periodo en el que el país aprendió sobre la importancia de estar preparados para este tipo de emergencias y destacó que desde ese entonces la industria ha dado grandes pasos para fortalecer la generación de energía, con el fin de que este tipo de sucesos no se repitan.
“Hace 30 años Colombia dejó atrás uno de los momentos más importantes de su historia, por culpa de los racionamientos que dejaron serias afectaciones en la industria y la economía. Ello motivó -sin duda- a las grandes transformaciones y hacer un revolcón, una reestructuración del sector eléctrico, que -sin duda- se ha traducido en grandes beneficios para el país porque, por un lado, se maximizó la asignación de recursos fiscales y por el otro, se lograron grandes avances en materia de confianza”, dijo este vocero.
El director ejecutivo de Asocodis agregó que “desde ese entonces se han realizado unas grandes inversiones para el beneficio de todos los colombianos, que esperamos que se puedan continuar (...) Hoy en día existe una normativa sólida, a la que si bien se le pueden hacer unos ajustes para mejorar, ha sido fundamental para generar un crecimiento del sector y garantizar una seguridad energética en el país”.
Frente a las causas de esta emergencia, Manzur recordó que gran parte de la misma se originó en la falta de preparación de cara a eventos como la fuerte sequía que se presentó y terminó golpeando considerablemente los embalses y la capacidad de generación de energía en las diferentes hidroeléctricas que había en ese entonces en todo el territorio nacional.
“Básicamente fue un problema de capacidad de generación en su momento, por múltiples motivos que ya están bastante documentados, como la indisponibilidad de recursos, la falta de disponibilidad de mantenimiento y nuevas expansiones, que al final terminaron llevando al país a adelantar unas reformas que hoy en día son la columna vertebral del sector y en su momento habilitaron al gobierno para aumentar la capacidad de generación”, explicó este experto.
Si bien el vocero de las empresas aseguradoras de energía sostiene que Colombia hoy en día no corre riesgos de desabastecimiento y apagones, advierte que “se ven ciertos nubarrones, dado pues que muchos proyectos no han podido entrar a operar por temas de consultas previas, hablamos de proyectos eólicos y fotovoltáicos que se contrataron recientemente y han tenido dificultades por el tema de la línea colectora, que va desde La Guajira al resto del país, o el de Hidroituango, que definitivamente no están operando en la capacidad que se preveía”.
Respecto a la coyuntura actual que vive el país por cuenta de las declaraciones del Gobierno Nacional y los cambios que se buscan con el Plan Nacional de Desarrollo, José Camilo Manzur, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Distribuidores de Energía Eléctrica, indicó que lo más importante es que siempre se mantenga el diálogo y que cualquier medida que se adopte sea concertada con todos los miembros del sector.