En el marco del evento “Lupa a las pensiones”, la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) expuso los fallos que encuentra en el sistema pensional, los cuales indicó que se deben tener en cuenta frente a la ejecución de la reforma pensional.
La entidad mostró el panorama del sistema pensional. En primer lugar, indicó que uno de los gastos públicos más altos de la Nación corresponde al de las pensiones del Régimen de Prima Media (RPM). Según sus cifras, este equivale a $ 79.2 billones de pesos, lo que es igual al 5,3 % del PIB.
En todo el gasto, la entidad de Colpensiones en su modalidad de recursos propios es responsable del $ 29.7 billones, siendo la que más cuenta en este sistema. Le siguen Colpensiones PGN ($ 18.4B), FOPEP – Cajanal ($ 8.9B), FOPEP – Resto ($ 3.9B), Asignaciones FFA ($ 9.3B) y Fomag ($ 8.5B).
No obstante, el problema que encuentra la Asociación es que el gasto destinado financia la pensión de tan solo 2.5 millones de ciudadanos. Según la asociación, el dinero que equivale debería beneficiar a más personas, considerando que es insuficiente el número de colombianos que reciben pensión. En correlación, el estudio encontró que la cantidad de recursos no tiene ninguna connotación significante en la pobreza y desigualdad.
Por un lado, el índice de pobreza sin contar las pensiones es de 40.4, pero contando esta variable solo se reduce 1.1 puntos porcentuales, situándose en 39.3. Frente a la desigualdad, el índice de Gini exceptuando las pensiones es de 0.512 y teniéndolas en cuenta, se queda en 0.523. Para Anif, estos aumentos no significan mucho.
Este contraste es respondido por varios elementos. Uno es la cobertura, la cual solo acoge el 23,9 % de los adultos mayores aptos para pensión. Además, los pensionados son ciudadanos de ingresos medios y altos, por lo que la posibilidad en los hogares catalogados en pobreza y pobreza extrema es bastante baja. Tanto así que, en 2021, el 5,2 % de las casas pobres y el 0,8 % de los que están en condición extrema fueron los que tuvieron acceso. Cifras mínimas. Asimismo, los hogares no pobres con al menos un individuo con estos ingresos fue de 38,3 %, menos de la mitad.
Otro de los elementos que plantea el informe es que en el RPM hay un alto porcentaje de subsidio que beneficia al 20 % más rico de la población, siendo beneficiados del 77 % del dinero. Por lo tanto, la conclusión es que hay una alta brecha frente al modo que se distribuyen los recursos.
Sobre esa visión, Anif indica que será en vano efectuar cualquier ajuste en materia fiscal, debido a que ahí no está el inconveniente, sino en la cobertura pensional. “Los recursos se focalizan en las personas de mayores ingresos”, expone.
Aparte de este panorama, otro detonante del desequilibrio del sistema es la realidad de los trabajadores. En primer lugar, se explica que el Sistema General de Participación excluye a más de la mitad de los ocupados del país, quienes son las personas que ganan menos del salario mínimo, una condición que no les permite cotizar a pensión. Para 2022, por ejemplo, el 22,2 % de los ciudadanos ocupados eran los únicos que ganaban un salario mínimo, al resto no le alcanzó.
Por otro lado, para quienes pueden cotizar, el estudio explica que es casi imposible que cumplan con los demás requisitos. Con base a las cifras de la Asociación, la mayoría de las personas no logran completar los parámetros. Primeramente, se toman en cuenta los siguientes tipos de poblaciones:
Mujeres con primaria completa.
Hombres con primaria completa.
Mujeres con bachillerato incompleto.
Hombres con bachillerato incompleto.
Mujeres con bachillerato completo.
Hombres con bachillerato completo.
Mujeres con universidad incompleta.
Hombres con universidad incompleta.
Mujeres con universidad completa y más estudios.
Hombres con universidad completa y más estudios.
¿Cuál fue el resultado? De todos los grupos sociales, solamente los hombres con universidad completa y más estudios es la única que completa las semanas obligatorias para pensionarse. El resto se queda en el camino. Es por ello que Anif concluye que la mayoría de los cotizantes no se logra pensionar y reciben una devolución de saldos.
La conclusión de este punto es que los requisitos del sistema pensional no son acordes a la realidad del mercado laboral colombiano. En total, los tres aspectos que Anif encontró que afectan el sistema pensional son: la cobertura baja, los altos subsidios y el ineficiente gasto público.
En ese orden de ideas, la entidad expone que la reforma pensional debe cimentarse sobre: el aumento de cobertura, lograr un sistema incluyente y equitativo y sostenibilidad financiera. Además, debe incentivar el ahorro y reducir la complejidad del sistema. Para resolver los problemas, la Asociación considera que el proyecto de ley debe estar guiado bajo dos enfoques.
Por un lado, hay que incluir a las personas que históricamente han estado excluidos del sistema pensional, aumentando la cobertura. Y el otro debe resolver el problema de la mala focalización de los subsidios en el RPM para que el sistema sea equitativo y sostenible.