Critpo se volvió un prefijo común y ya acompaña hasta el delito. La plataforma Chainalysis, dedicada al análisis del blockchain, realizó el informe de Cripto Crimen 2023 y los hallazgos son impresionantes.
La investigación abarca los países de América Latina y presenta información relevante sobre los distintos tipos de crimen basado en criptoactivos.
Tras ese preámbulo, hay que señalar que, aunque el volumen total de transacciones con criptodivisas disminuyó, las que si aumentaron fueron las transacciones ilícitas.
En el continente, se tranzaron 20.100 millones de dólares en criptomonedas. El componente ilícito pasó de 0,12 % en 2021 a 0,24 % en 2022, lo que, aunque parezca un número pequeño, en realidad es enorme si se tiene en cuenta que las criptomonedas, si bien se han multiplicado por diez en los dos últimos años, no alcanzan a compararse con las monedas tradicionales.
A nivel global, el Banco Mundial estableció que el auge global de los criptoactivos fue tal, que rebasó los 2 billones de dólares con corte a septiembre.
El organismo de la banca multilateral, también puso sobre el tapete los desafíos que plantea el uso de esta moneda, pues, la mayoría de las transacciones se realizan entre entidades que operan principalmente en centros financieros offshore. Es decir, no se pueden supervisar por las autoridades de cada país, con la debida celeridad.
En consecuencia, “podrían hacerse más graves las amenazas para la política fiscal, dado el potencial de los criptoactivos para facilitar la evasión fiscal”, indicó el Banco Mundial.
Hallazgos del estudio
Lavado de dinero en criptomonedas: aunque esta modalidad, dentro de lo ilícito, es aún pequeño, el estudio destaca que es una actividad muy concentrada. Muestra de ello es que, “solo 4 direcciones de depósito recibieron un total combinado de 1.100 millones de dólares en fondos ilícitos en 2022, y solo 21 direcciones de depósito representan el 50 % de todos los fondos enviados desde ransomware a rampas de salida fiat”.
Hackeos. De acuerdo con el informe, 2022 fue el año con mayor hackeo en criptomonedas. 3.800 millones de dólares fueron robados, principalmente de protocolos DeFi (Finanzas descentralizadas) y por atacantes vinculados a Corea del Norte.
Darknet y tiendas fraudulentas: la darknet o red oscura, es utilizada para mantener el anonimato en Internet, por lo tanto, también es propicia para el uso de transacciones ilegales con criptomonedas.
De acuerdo con el informe, en 2022, si bien se produjo un descenso de los ingresos frente a los años anteriores, de los mercados de la darknet, los ingresos totales se situaron en 1.300 millones de dólares (en 2021 la cifra fue de 2.600 millones de dólares). “Cuatro de los cinco mercados de la darknet con mayores ingresos en 2022 fueron mercados convencionales, centrados en las drogas, mientras que solo uno, fue una tienda de fraudes”, señala la investigación.
Estafas. El informe establece que las diez principales estafas de 2022 fueron de inversión. Sin embargo, no faltaron las estafas amorosas, que se llevaron un depósito medio de las víctimas de casi 16.000 dólares.
Sanciones. Tema crucial, pues, en la medida en que existan sanciones, habrá mayor temor a realizar actividades ilícitas. El informe de Chainalysis recuerda el caso ocurrido en 2022, cuando la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, aplicó una millonaria multa a 10 empresas que operan con criptomonedas, tras encontrarles relación con delitos de lavado de dinero, narcomenudeo y ciberdelitos.
“Garantex, una bolsa con sede en Rusia, señalada en abril por blanquear fondos de ransomware”, es el caso expuesto. Recibió la sanción más alta entre las 10 multadas, al tener que pagar 15.700 millones de dólares.
¿Qué pasa en Colombia?
En Colombia, donde se han establecido al menos 600 sitios en los que se pueden comprar y vender criptomonedas, la Dian activó controles, de manera que se pueda detectar cuando los contribuyentes no anotan en las declaraciones de renta, los ingresos obtenidos por criptoactivos.
No obstante, el Banco Mundial señala en sus informes que no es tan fácil la fiscalización de estas transacciones, pues requieren de intercambio de información.