DINERO: ¿Cómo trabajaron en la Comisión de Expertos?
David Rosenbloom: Trabajamos en cinco áreas temáticas: impuesto de renta corporativo, de personas naturales, incentivos tributarios para el campo, IVA y zonas francas. Éramos cinco expertos internacionales y bastantes colombianos. Fue un trabajo intenso con reuniones durante más de seis meses. También participó la Ocde, entidad que fue clave para establecer las recomendaciones. Vale la pena agregar que, entre los expertos internacionales, ninguno tenía un conocimiento particular sobre Colombia, en mi caso, pese a que tengo muchos amigos en Bogotá y he tenido muchos estudiantes colombianos en la universidad. De hecho, el anterior director de la Dian, José Andrés Romero, fue alumno mío.
DINERO: ¿En cuál de esas cinco áreas de análisis trabajó usted?
D.R.: Mi especialidad son los impuestos corporativos y la persona con la que interactuaba desde Colombia era Juan Pablo Godoy, un experto a quien yo conocía. Él me ayudó a entender los detalles del sistema tributario y en ese proceso quedé negativamente impresionado.
DINERO: ¿Qué fue lo que más le chocó de los impuestos en Colombia?
D.R.: Ustedes se están persiguiendo su propia cola tratando de compensar errores del pasado con nuevos errores. Es una historia sin fin que debe parar. Se necesita un cambio que debe ser hecho por gente que conoce del tema, no por los políticos, porque así el país va a terminar en un lugar muy malo. Tengo claro que ninguno de nosotros, los internacionales, estamos en la posición de decirles qué deben hacer. Esa es una decisión de ustedes, pero insisto en que hacerlo a través del proceso político tradicional es una fórmula muy mala.
DINERO: ¿Cómo empezar a hacer ese cambio?
D.R.: No estoy sugiriendo que borren todo y arranquen con una página en blanco. Lo que se necesita es un cambio de mentalidad. Además, es evidente que el sistema tributario no se puede llevar a niveles aceptables de la noche a la mañana, se necesita un esfuerzo sostenido para simplificarlo, hacerlo más justo, eficiente y administrable. Tampoco es solo un esfuerzo legislativo: se necesita recopilar estadísticas, una actividad crítica frente a la política tributaria. Parte del problema de evaluar los incentivos en Colombia es que faltan datos para saber qué se está haciendo bien y qué no, en vez de estar estableciendo exenciones ciegamente.
DINERO: ¿Podría adelantar algunas de las recomendaciones del Comité?
D.R.: En mi área de impuestos corporativos, generalmente a lo que se le apunta es a que sean más bajos para todos los negocios, pues ustedes tienen diferentes tarifas que interfieren con los incentivos para la inversión. Algo similar aplica para los impuestos a personas naturales. Creemos que, pese a las críticas, el sistema simple es bueno porque apunta en la dirección correcta. La gente puede entenderlo y con él se puede formalizar a muchas personas.
DINERO: ¿Cree que la crisis derivada del coronavirus da espacio para reducir impuestos?
D.R.: En las discusiones que tuvimos sabíamos que el coronavirus era un tema, pero algunas de las respuestas del país a la pandemia no tienen mucho sentido. Por ejemplo, el Congreso redujo los impuestos al turismo y eso no se puede seguir haciendo. No deben seguir decretando gravámenes diferentes para cada sector. Hay que bajar los impuestos para todos por igual. El Congreso se ha dedicado a elegir ganadores y perdedores en materia tributaria y eso no debería ocurrir.
Entiendo que el coronavirus va a poner presión y tendrán que alargar un poco la discusión en el tiempo, pero con la presencia de las vacunas, el virus no va a durar por siempre. No quisiera que la pandemia se convierta en una excusa para no adoptar las reglas que se necesitan en el largo plazo. Repito, el virus no puede ser una excusa, pues los turistas no han dejado de ir al país por los impuestos, sino por la covid-19.
DINERO: ¿Qué tan urgente es esta reforma en medio de una pandemia sin antecedentes?
D.R.: La pandemia es el momento adecuado para hacerla, brinda una gran oportunidad. En Colombia ha habido muchas misiones tributarias y me preocupaba que esta fuera una más, cuyas conclusiones se guarden en una gaveta. No obstante, trabajé para dar mi mejor consejo y el más importante radica en decirles que esto es urgente. El sistema tributario colombiano está en muy mala forma y es uno de los peores que he conocido. Ustedes se metieron en una espiral complicada y alguien tiene que decir: ‘paremos y vamos a la raíz del problema’. Ahí es donde está la urgencia.