Una de las polémicas que desató la aprobación de la reforma tributaria en las comisiones económicas del Congreso la primera semana de octubre fue la inclusión de los denominados impuestos saludables, con los que se gravarán las bebidas azucaradas y los alimentos ultraprocesados. Aunque la iniciativa fue bien recibida por algunos, hubo otros que la rechazaron.

¿En qué consiste el impuesto saludable y de qué manera puede afectar su bolsillo? En este artículo, SEMANA lo explica.

¿Qué son los impuestos saludables?

Los impuestos saludables, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, “son aquellos que gravan los productos no saludables (por ejemplo, tabaco, alcohol, bebidas azucaradas), cuyo consumo es un factor de riesgo importante para múltiples enfermedades no transmisibles, incluidas enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias y diabetes”.

En ese sentido, lo que se busca con ellos, es reducir su consumo en la población con el aumento en su precio. En el caso colombiano, es decir, en la reforma tributaria que propone el Gobierno de Gustavo Petro, la apuesta es gravar a las bebidas azucaradas y los alimentos ultraprocesados.

Por fuera de la lista, como lo dio a conocer Carolina Giraldo, representante a la Cámara, se quedaron productos como los cigarrillos y los vapeadores, pese al inconformismo de algunos congresistas.

El presidente del Senado, Roy Barreras, sustentó: “El que quiera matarse, el que quiera envenenarse, pues que se envenene a solas, pero que pague impuestos para que el sistema de salud pueda aliviar a las víctimas del humo y también de los vapeadores. La reforma tributaria debe servir para sanar a la gente, impuesto a lo que hace daño”.

¿Cómo afectarán su bolsillo estos impuestos?

Aunque los impuestos saludables puede traer beneficios en materia de salud pública, como su nombre lo indican, puede afectar la economía no solo de quienes insistan en consumirlos, dado que el gravamen afectará su precio final, sino de los tenderos de barrio, como lo explicó la Asociación Nacional de Industriales (Andi).

“Como industria de alimentos consideramos que esta medida afecta profundamente al consumidor, dado que este tendrá que pagar por sus alimentos un valor mucho más alto con afectación directa sobre su economía”, aseguró la Andi en diálogo con Valora Analitik.

Así mismo, Ligia Gil, una tendera que es parte de Fenaltiendas, el brazo gremial de tenderos de Fenalco, recordó al ministro Ocampo que en el 98 % de la microempresa del país está el comercio que impulsan los tenderos. Pese a ello, hasta el momento, los impuestos saludables se mantienen.

Las tarifas a las bebidas y los ultraprocesados

Las tarifas para las bebidas azucaradas, de acuerdo con lo explicado por Juanita Gómez en un video para las redes sociales de SEMANA, con base en la reforma radicada en el Congreso, hasta el momento están así:

  • Si la bebida tiene menos de 6 g de azúcar por cada 100 ml, no le aplicaría impuesto durante los primeros tres años.
  • Si la bebida tiene de 6 g a 10 g de azúcar por cada 100 ml, le aplicaría un impuesto de $18 a $28.
  • Si la bebida tiene más de 10 g de azúcar por cada 100 ml, le aplicaría un impuesto de $35 a $55.

Por su parte, los alimentos ultraprocesados (incluyen embutidos, snacks, cereales, galletas, dulces, chocolates, o lo que coloquialmente se conoce como ‘mecato’), tendrían un impuesto sobre el precio final, de la siguiente manera:

  • 2023: impuesto del 10 %.
  • 2024: impuesto del 15 %.
  • 2025: impuesto del 20 %.

Para tener en cuenta: el documento, que sería discutido el jueves 6 de octubre, contempla que las panaderías y los pequeños productores estén exentos de estos impuestos, aunque no hay detalle de cómo se les haría seguimiento.