Después de marcar un nivel récord en el mes de junio de 9,1 %, la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos reveló que en julio la inflación anual en ese país comenzó a ceder y bajó a 8,5 %, principalmente, por la caída del precio de la gasolina.
El precio de la gasolina se redujo un 7,7 % durante el mes pasado y compensó alzas en los precios de los alimentos y vivienda, lo que da como resultado que el índice de todos los artículos no cambie durante el mes. El índice de energía cayó 4,6 % durante el mes, a medida que los precios de la gasolina y el gas natural disminuyeron, pero el costo de la electricidad aumentó.
El alivio de la subida de los precios en julio respondió a la moderación del encarecimiento de la energía al 32,9 % desde el 41,6 % de junio, mientras que en el caso de los alimentos la escalada de los precios se aceleró al 10,9 % desde el 10,4 % de junio, el mayor aumento desde mayo de 1979.
Sin tener en cuenta el impacto de los alimentos y de la energía, la tasa de inflación subyacente de Estados Unidos en julio fue del 5,9 %, en línea con el dato del mes anterior. En comparación con el mes de junio, la tasa mensual de inflación se mantuvo estable, después de que el mes pasado registrase un incremento mensual del 1,3 %.
Aunque la inflación de Estados Unidos bajó a 8,5 %, sigue siendo la más alta desde 1981 (41 años) y esto podría impulsar a la Reserva Federal (Fed) a subir fuertemente las tasas de interés otra vez, tras un alza de 0,75 puntos porcentuales en julio, para llevarlas entre 2,25 % y 2,50 %.
Además, este dato puede influir en la de Colombia, ya que Estados Unidos es uno de sus principales socios comerciales del país, que es más importador que exportador. Comprar carro, producir el campo, comprar vivienda. Todo eso también se encarece en la medida en que, o viene de fuera, o se produce en el país con insumos del exterior.
En julio, la inflación anual de Colombia alcanzó un hito, pues volvió a registrar una cifra de doble dígito después de 22 años. Se ubicó en 10,21 %, la más alta que se registra en este siglo.
Los alimentos siguen siendo el grupo de bienes y servicios que más presiona los precios, no solo con las compras que hacen los hogares en los supermercados, sino en el gasto que realizan en los restaurantes, donde el corrientazo tuvo un fuerte aporte.
En los 12 meses seguidos, la inflación de la comida fue de 24,61 %, en parte, por la situación que tiene Colombia de importar muchos productos, lo que se da la mano con una tasa de cambio al alza. No en vano, gran parte de la presión en el costo de alimentos la puso el grupo de procesados.
Los restaurantes y hoteles tuvieron una inflación de 15,20 % en el dato anual; mientras que muebles y artículos para el hogar mostraron una variación en los precios de 13,58 %. El transporte subió en 9,12 %, según los datos presentados por el Dane.
De acuerdo con los datos del Dane, mientras la inflación en los estratos altos estuvo muy por debajo del promedio nacional, al ubicarse en 8,75 %, en los niveles de la pirámide pobres y vulnerables fue de 11,74 %. Entre tanto, la clase media también sufrió una presión inflacionaria superior a la del promedio nacional, con 10,35 %.
Entre tanto, de manera individual, solo en el mes de julio el indicador se ubicó en 0,81 %, una cifra que estuvo muy por encima de los pronósticos de los analistas, que esperaban un 0,62 %, según las últimas encuestas. En julio de 2021, la inflación total en Colombia era de 0,32 %, con lo cual, se sube casi tres veces en comparación con el resultado de ahora.
*Con información de Europa Press.