Los precios de los alimentos siguen bajando en junio, por tercer mes consecutivo, con una primera disminución en los precios del trigo, pese a que continúan siendo elevados, anunció este viernes 8 de julio la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Tras batir un récord en marzo, debido a la guerra en Ucrania, el índice de precios de los alimentos de la FAO, que sigue la variación mensual de los precios internacionales de una canasta de productos alimenticios, se contrajo 2,3 %. La mayor parte de los índices (cereales, aceites vegetales, azúcar) registró una bajada en junio.

El índice FAO de los precios de los cereales disminuyó en junio 4,1 %, y el del trigo se contrajo 5,7 %, tras haber alcanzado un nivel prácticamente sin precedentes en mayo.

Esto se debe a “la disponibilidad estacional de las nuevas cosechas en el hemisferio norte, a la mejora de la situación de los cultivos en algunos de los principales países productores y a las perspectivas de aumento de la producción en la Federación de Rusia”.

Pero pese a esta bajada en junio, el índice de precios de los alimentos de la FAO “sigue cerca del récord sin precedentes alcanzado en marzo de este año”, matizó Máximo Torero Cullen, economista jefe de la institución.

El precio de los alimentos ha sido uno de los ítems que más ha influido en la disparada de la inflación en todo el mundo, ya sea por la compra de materias primas para los productores o el producto final para los consumidores; todo está subiendo y presiona cada vez más el costo de vida.

El aumento del costo de vida, por ejemplo, para Estados Unidos, ha incidido en una pérdida de poder adquisitivo entre la gente y posteriormente en la caída de los índices de producción de las industrias en este país, situaciones que se han visto reflejadas en una reducción del Producto Interno Bruto (PIB).

Recesión: un temor exagerado en EE. UU.

La preocupación de que la economía de Estados Unidos sufra una recesión tras el fuerte aumento de las tasas de interés es “exagerada”, afirmó este jueves un funcionario de la Reserva Federal (Fed).

La economía más grande del mundo todavía tiene un mercado laboral “espectacular” y hay señales de que las presiones sobre los precios comienzan a remitir, dijo el gobernador Christopher Waller.

En junio, el banco central llevó a cabo el mayor aumento de la tasa de interés en casi 30 años e indicó que podría seguir subiéndola para controlar la inflación. Esto disparó los pronósticos de que la economía estadounidense se derrumbaría.

“Personalmente, creo que algunos de los temores a una recesión son un poco exagerados”, opinó Waller durante una charla con la Asociación Nacional de Economía Empresarial (Nabe). Estados Unidos se enfrenta a la mayor subida de precios en más de 40 años, sobre todo en los alimentos, el combustible y la vivienda, y la situación ha empeorado por la guerra en Ucrania. Waller insistió en que reducir la inflación es prioritario, aunque implique que la economía se desacelere.

Él aboga por otro fuerte aumento de la tasa directriz de préstamo a finales de este mes y de nuevo en septiembre para seguir con subidas más pequeñas dependiendo de cómo evolucionen la inflación y la economía.

El comité de políticas de la Fed “está determinado a controlar la inflación” para evitar que se repita la década de 1970, dijo, refiriéndose al período en el que el crecimiento se estancó en medio de una espiral inflacionaria, al tiempo que resaltó que “no vamos a dejar que eso suceda”.

“Es posible que tengamos que correr el riesgo de causar algún daño económico”, reconoció, pero dada la fortaleza del mercado laboral, es improbable que las medidas provoquen “una recesión realmente dura”.

Con información de AFP.