Hace un año, la inflación anual superaba el 13 % y entraba en la recta final para alcanzar el punto más alto de su cuesta en este siglo, al registrar en marzo 13,34 %. Las alarmas estaban encendidas.
Pero para este año, las cosas han cambiado. En el pasado mes de enero, la inflación anual disminuyó 93 puntos básicos al registrar 8,34 %, el nivel más bajo desde febrero de 2022. La cifra estuvo alineada con las expectativas de los analistas del mercado, que esperaban una inflación anual de 8,35 %. En diciembre había quedado en 9,28 %, retomando la senda de un dígito.
La inflación de alimentos se ubicó en 2,96 % en la variación anual, descendiendo 205 puntos básicos frente al dato de cierre de 2023. Es el menor nivel desde febrero de 2019.
Este resultado se explica principalmente –según BBVA Research– por la canasta de perecederos, que disminuyó en 432 puntos básicos frente al mes anterior, impulsada en buena medida por un efecto base de comparación, frente a enero de 2023, que presentaba niveles superiores. Además, los productos procesados también registraron disminuciones relevantes en la variación anual.
La inflación anual sin alimentos se ubicó en 9,69 %, disminuyendo en 64 puntos básicos frente al dato del mes anterior, y alcanzando la cifra más baja desde noviembre de 2022. También estuvo favorecida en gran medida por efectos base.
De acuerdo con un análisis de Anif, la canasta de inflación núcleo registra una variación anual menor a la de enero de 2023 y es señal de una moderación en la demanda interna que se ha extendido desde mediados del año pasado.
Las banderas rojas
“Es un buen resultado que en enero de 2024 la inflación anual se ubicó en 8,35 %, según el Dane, el cual debe favorecer el proceso de reducción de tasas de interés por parte del Banco de la República y es esencial para el proceso de reactivación económica que necesita el país. No obstante, al revisar el detalle, los precios de los alimentos vuelven a presentar incrementos y los precios de la electricidad registran aumentos por cuarto mes consecutivo, por lo que es necesario mantener la cautela y las medidas para contrarrestar el impacto del fenómeno de El Niño que se agudizaría en las próximas semanas, afectando cultivos y suministro de agua potable”, dijo María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara Colombo Americana, AmCham Colombia.
Desde el análisis mensual, para Anif, la división de alimentos que durante diciembre de 2023 había presentado una variación negativa vuelve a generar presiones y contribuye a la inflación mensual en 0,3 %, lo cual indica que el fenómeno de El Niño empieza a generar consecuencias en el abastecimiento.
Destacó también este centro de pensamiento el comportamiento de la división de transporte, ya que luego de que en diciembre no hubiese incrementos en el precio de la gasolina, nuevamente se generan presiones al ser retomados en enero. “La presión generada por estos dos rubros se imprime en el efecto regresivo que se podrá materializar durante los siguientes meses. Sin embargo, para el mes de enero, tanto la variación mensual como anual del nivel de precios sigue afectando de manera más que proporcional a los hogares de ingresos más altos como lo vimos hacia el final de 2023″, advierte Anif.
Además, levanta algunas banderas rojas. Por ejemplo, en un contexto de incertidumbre, y con un gran número de reformas sobre la mesa, se comienzan a evidenciar las consecuencias especialmente en la división de la salud, con una variación de 1,1 % en el mes de enero. “El resultado podría asociarse a efectos de indexación sin dejar de recordar la falta de abastecimiento de medicamentos que se ha presentado en los últimos meses; por lo tanto, debe mantenerse bajo monitoreo”, dice Anif.
En términos anuales, Corficolombiana establece que los alimentos, los bienes, los servicios y los regulados explicaron la desinflación del último mes. Los servicios exhibieron la desaceleración más pronunciada del último año: variación mensual de 0,96 % vs. 1,27 % un año atrás y anual de 8,63 %, 56 puntos básicos por debajo del máximo histórico registrado en julio de 2023. Los aportes más relevantes fueron de comidas fuera del hogar y arriendos.
Por el lado de los regulados, la inflación mensual fue de 1,91 % vs. 2,64 % hace un año y anual de 16,40 %, 83 básicos menos respecto a diciembre. Resultado principalmente de aumentos en los precios de combustibles, transporte urbano y electricidad.
Mientras tanto, los alimentos registraron una variación mensual de 0,47 %, en tanto que un año atrás fue de 2,46% y la inflación anual bajó a 2,97 %. En perecederos, las mayores presiones se observaron en frutas frescas, plátanos y papa. En el precio de los alimentos procesados el incremento provino de carnes preparadas y gaseosas.
Y en bienes, registró 0,24 % comparado con 1,48 % hace un año. La inflación anual se desaceleró de forma notable a 5,80 % (es decir, -131 puntos básicos mensuales) impulsada a la baja por vehículos.
¿Qué pasará en febrero? Corficolombiana, en uno de sus análisis, considera que en la inflación mensual pueden incorporarse presiones alcistas por distintos factores. Por ejemplo, el aumento en las tarifas de educación preescolar, primaria y secundaria; la indexación a la inflación de 2023 de comidas fuera del hogar y arriendos, entre otros, y las tarifas de electricidad.
En la otra cara de la moneda, la firma anticipa que la caída en los precios de vehículos seguirá soportando una desaceleración en bienes, mientras que los perecederos soportarán un menor ritmo de avance en alimentos.
“El fenómeno de El Niño y posibles incrementos del ACPM son riesgos al alza para la inflación de alimentos y regulados”, dice Corficolombiana, al tiempo que señala que los tiene incorporados en su escenario base con una intensidad moderada.
En ACPM, el Gobierno aún no ha tomado una decisión, que se esperaba para la primera semana de este año en las mesas de concertación con los transportadores. De hecho, el Gobierno ha estimado que el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Fepc), por el lado de combustible diésel en 2023, habría cerrado entre 15 y 16 billones de pesos.
Por el lado del fenómeno de El Niño, Corficolombiana estimó que la actividad económica del sector agropecuario creció en promedio 0,5 puntos porcentuales menos en períodos del fenómeno de El Niño moderado. “Sin embargo, estimamos que ante episodios de El Niño fuerte el efecto es casi del doble. Nuestros cálculos revelan que el PIB del sector agro crece 0,9 puntos porcentuales menos anualmente durante estos períodos. El efecto es especialmente mayor en las subramas de cultivos agrícolas, la silvicultura y la pesca”, explica un análisis.
Según la firma, para los períodos de El Niño débil-moderado, la inflación de alimentos ha sido 1 punto porcentual más alta y en intensidad fuerte ha sido 3,9 puntos porcentuales más elevada. Los alimentos perecederos con mayor impacto en su oferta disponible –leche, arroz, plátano y papa– pesan cerca del 17 % de la canasta de alimentos de consumo de los hogares. “Pese a la magnitud del choque, posteriormente se evidencia una creciente desaceleración en la inflación de alimentos. La cantidad de meses para retomar la inflación registrada antes del choque después de finalizado el fenómeno de El Niño en períodos de intensidad fuerte históricamente ha sido de siete meses en promedio (intensidad débil y moderada: 4 meses)”, advierte el informe de Corficolombiana.
En el caso de la energía, los cálculos de Corficolombiana establecen que el sector evidencia una expansión 0,8 puntos porcentuales menor frente al escenario climático neutro. “Con ello, estimamos que en 2024 el sector crecerá 0,3 puntos porcentuales menos que en un escenario climático neutro. Además, El Niño genera presiones alcistas en los precios de la energía en bolsa, mayoritariamente, y de forma residual en los precios pactados en los contratos de compra de energía de largo plazo. No obstante, los movimientos del precio de energía en bolsa a la fecha no reflejan condiciones de estrés hídrico”, agrega el estudio.
Para Corficolombiana, su expectativa de inflación para el cierre de 2024 se mantiene en 5,1 %. “La cesta de servicios mostró en enero señales de desaceleración que esperamos continúen el resto del año por una menor indexación que en 2023. Además, si bien hay riesgos al alza por el fenómeno de El Niño en alimentos, estos han sido compensados por la reducción en los costos de las materias primas importadas”, asegura.
Por su parte, desde BBVA Research esperan que la inflación presente reducciones durante los siguientes meses, que, sin embargo, mantendrán presiones importantes asociadas a factores de indexación. “Las reducciones seguirán favorecidas en el primer trimestre por efectos base, aunque las variaciones mensuales se pueden mantener por encima del promedio, particularmente en las subclases asociadas a productos indexados. Así, esperamos que la inflación cierre 2024 cerca del 5,4 %”, concluye el análisis de la firma.