Los precios mayoristas volvieron a subir en Estados Unidos en septiembre, 0,4 % sobre agosto, muestra de que las presiones inflacionarias no ceden, según los datos publicados por el Departamento de Trabajo.
El índice de precios al productor o PPI aumentó el mes pasado con relación a agosto, luego de dos meses consecutivos de retroceso. Los analistas esperaban un incremento, pero de menor magnitud, en torno al 0,2 %.
El alza se registra en todas las categorías medidas: los precios de los alimentos subieron 1,2 %; los de la energía 0,7 %. Alimentos y energía constituyen dos de los productos con precios más volátiles de las categorías medidas.
Si se excluyen energía y alimentos, el alza de precios en septiembre, de 0,4 % sobre agosto, también es superior al incremento entre agosto y julio, que marcó 0,2 %. En la comparación con septiembre de 2021, el alza de precios mayoristas marca 8,5 % frente a 8,7 % en agosto. Excluyendo alimentación y energía, el incremento se mantiene en 5,6 %.
Estos datos muestran que “las presiones sobre los precios siguen altas y volátiles, en particular para alimentos y gas, considerando la guerra en curso en Ucrania y las continuas perturbaciones de la cadena de suministros”, comentó Matthew Martin, economista de Oxford Economics.
Las cifras de la inflación en septiembre en Estados Unidos serán publicadas el jueves 13 de octubre a medio día. Los analistas anticipan que el aumento mes a mes sea de 0,3 % con relación a 0,1 % entre agosto y julio, en tanto aguardan un índice de 8,1 % frente a 8,3 % en la medición a 12 meses, según el consenso de MarketWatch.
El Fondo Monetario Internacional lanza aviso ante la inflación que vive el mundo
“Los Estados enfrentan un dilema cada vez más urgente y doloroso”, explicó el director del departamento de Finanzas Públicas del FMI, Vitor Gaspar, con motivo de la publicación del informe sobre políticas presupuestales “Fiscal Monitor” del organismo.
“En un contexto de crisis del costo de vida, es esencial proteger a los más vulnerables, ya sea que se trate de hogares de menores ingresos o de Estados más pobres”, añadió.
En un panorama de múltiples shocks desde inicios de año, los países que ya aumentaron sus gastos para enfrentar la pandemia no tienen necesariamente los márgenes fiscales suficientes para combatir la inflación. Según el informe, los países deben ser prudentes con sus políticas de ayuda, y mantener un nivel de gastos sostenible.
“Recomendamos a los gobiernos mostrarse más generosos en sus dispositivos de ayuda ante los precios de la alimentación. Es una cuestión básica de subsistencia. Sobre la energía, conviene tener un abordaje más enfocado”, dijo en conferencia de prensa el director adjunto del departamento, Paolo Mauro. En cambio, intentar responder a este problema con controles de precios, subsidios o recortes de impuestos “será muy costoso fiscalmente hablando y, al final de cuentas, poco eficaz”, advierte el Fondo.
En el caso de los países más pobres, no podrán prescindir de ayuda humanitaria y financiamientos de emergencia. “Abrimos una ventana especial de financiamiento rápido ante necesidades alimentarias y otras medidas para limitar esta crisis. Países como Tanzania o Georgia los utilizaron”, detalló Gaspar.
*Con información de AFP.