La inflación en Estados Unidos volvió a ralentizarse en el mes de agosto y fue de 8,3 % anual, es decir, teniendo en cuenta el comportamiento de los precios durante los últimos 12 meses que finalizaron en agosto. Esto significa que los estadounidenses comienzan a ver un alivio en el costo de vida que en julio subió 8,5 %, el más alto de los últimos 41 años.

Frente a la inflación mensual, es decir, solo el comportamiento de los precios durante el mes de agosto, la inflación subió 0,1 % desde julio contra 0,0 % entre julio y junio, según el Índice de Precios al Consumo (CPI) publicado este martes por la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos. Los analistas esperaban una caída del -0,1 %.

Los aumentos en los precios de vivienda, alimentos y atención médica fueron los que más contribuyeron al incremento mensual, que fue contrarrestado, en su mayoría, por una disminución del 10,6 % en el precio de la gasolina.

Durante agosto también siguió aumentando el precio de los alimentos, con un alza del 0,8 % durante el mes, mientras que el índice de alimentos en el hogar aumentó un 0,7 %.

Los estadounidenses también comenzaron a ver un respiro en el precio de la energía, que registró una caída del 5 % durante el mes, debido a que la gasolina también disminuyó, pero la electricidad y gas natural aumentaron.

Al revisar los datos anuales, la inflación de la energía registró un aumentó un 23,8 %, menor al 32,9 % que se reportó para el periodo que terminó en julio. Por su parte, los precios de los alimentos han aumentado 11,4 % durante el último año, el mayor aumento anual desde el período que finalizó en mayo de 1979, hace 43 años.

Los aumentos en los precios de vivienda, alimentos y atención médica fueron los que más contribuyeron al incremento mensual de la inflación. | Foto: Getty Images

El presidente Joe Biden, que hizo de la inflación su principal prioridad económica, atraviesa dos meses cruciales antes de las elecciones de medio mandato en noviembre. La oposición republicana le reprocha regularmente por una política de ayudas económicas que, considera, contribuyó a la espiral inflacionaria.

“La inflación es demasiado alta y es esencial reducirla”, reiteró el pasado domingo en CNN la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, quien reconoció además que existe “un riesgo de recesión”, debido a las subidas de tasas decididas por la Reserva Federal para tratar de enfriar la economía y contener las subas de precios.

La Fed ya indicó que continuará con su política de subida de tasas directrices, encareciendo así el crédito a particulares y empresas. El banco central prefiere otro indicador de precios, el índice PCE, que en julio también se moderó a 6,3 % en 12 meses. Su objetivo es una inflación de 2 % anual.

La Fed aseguró que seguirá subiendo las tasas de interés para hacer que la inflación baje. | Foto: Getty Images

El mercado laboral estadounidense, clave por ser el sostén del consumo, sigue bajo presión, con escasez de mano de obra. La tasas de desempleo aumentó ligeramente en agosto, a 3,7 %, cerca del mínimo histórico de 3,5 %.

La semana pasada la vicepresidenta de la Reserva Federal, Lael Brainard, aseguró que se mantendrá la agresiva lucha contra la inflación “tanto (tiempo) como sea necesario” para bajar los precios. También destacó que la FED no tiene planes de cambiar pronto el curso de acción que la ha llevado a subir sus tasas en cada una de sus reuniones de política monetaria.

La FED ha subido cuatro veces sus tasas este año, incluyendo dos fuertes incrementos de 0,75 puntos porcentuales y tiene otro similar en vistas este mes, según el consenso del mercado. Actualmente, las tasas están en un rango de entre 2,25 y 2,50 %. La próxima reunión está agendada para los próximos 20 y 21 de septiembre.

La tasa de referencia “necesitará subir más” y “la política necesitará ser restrictiva por algún tiempo para dar confianza de que la inflación está bajando hacia la meta” de 2 % que tiene el banco central, indicó.

*Con información de la Agencia AFP