Es claro que el programa Ingreso Solidario ha sido decisivo para muchas familias colombianas y ahora, con las transformaciones que anunció el presidente Iván Duque y la directora de Prosperidad Social, el subsidio que se entrega a través de este programa tiene un incremento de casi el 19 % (18,75 %), lo que representa un incremento de cerca al doble de lo que subió el salario mínimo en Colombia (10,07 %). Sin embargo, hay varios puntos que no se pueden perder de vista.
El primero de ellos salió a relucir durante las intervenciones en el seminario de Anif, en donde varios de los panelistas pusieron en el foco el hecho de que Colombia está subsidiando al 60 % de la población, tema que no podría ser sostenible en el largo plazo, para un país que desplegó una inversión del 11 % del PIB a punta de tomar deuda cara, porque ya no hay grado de inversión que respalde los préstamos al país con bajos intereses.
Los subsidios son un apoyo necesario, pero no pueden ser de carácter permanente, tanto por temas de financiación como por asuntos de independencia de quien recibe el subsidio. En otras palabras, la gente lo que necesita es empleo, para que pueda tener más seguridad en la toma de decisiones, no solo en su vida financiera y para su bienestar, sino en tópicos electorales, por ejemplo.
El segundo punto alrededor de la buena noticia de un incremento en el monto de ingreso solidario (pasa de $160.000 a $190.000), es que, pese al visible aumento, está en el horizonte la inflación, que llegó a niveles cercanos al 7 % en enero, de manera que si el subsidio no alcanzaba para mucho, pero marcaba la diferencia entre comer algo y no comer, ahora con los precios por las nubes lograr estirar la cifra se complica aún más.
La expectativa por conocer las cifras nuevas de pobreza monetaria en Colombia son totales. Por lo general, este tipo de programas sociales tienen un impacto positivo en la reducción de las tasas de pobreza y pobreza extrema. La realidad que están viviendo los colombianos en general, según el resultado de la Encuesta Pulso Social del Dane, con las dificultades en el acceso a los alimentos son preocupantes. En enero de 2021, a un 25,4 % de los colombianos les alcanzó para dos comidas, lo que mostró una mejora, pues en igual mes de 2021 la cifra era mayor, del 28,5 %. Entre tanto, sí aumentó el porcentaje de ciudadanos que solo tomaban una comida al día: era del 2 % en el primer mes del año pasado, y pasó a 2,1 % en enero de este año. Los que llevan 3 comidas a la mesa son el 72,4 %, cifra que antes de la pandemia era cercana al 90 % (89,9 %).
La inflación golpea más a los vulnerables
Mauricio Santamaría, presidente de Anif, organizador del seminario que se pregunta si podrá seguir la reactivación en Colombia, puso el dedo en la llaga al señalar que, si la inflación total en enero se acercó al 7 %, la de los alimentos llegó casi al 20 % (19,94 %), lo que afecta más a esa población vulnerable que recibe subsidios. “Los pobres y vulnerables gastan el 24 % de su ingreso en alimentos, mientras que los más ricos solo el 8 %. Esta inflación le va a pegar mucho más duro a los hogares de menores ingresos”.
Con el subsidio Ingreso Solidario los voceros del Gobierno han mencionado que se trata solo de una ayuda, lo que ha llevado a algunos políticos en campaña a hablar de renta básica. En esas discusiones siguen temas estructurales en materia social que llevan años y que se profundizaron en pandemia, por lo que requerirán medidas contundentes, ya no de alivio temporal, sino estructurales.