No es una percepción. Las personas van a los supermercados y la plata no les alcanza para comprar lo que necesitan. El asunto no está relacionado solo con el incremento en los precios (inflación), sino con la pérdida del poder adquisitivo de los salarios, un tema que será crucial en Colombia, de cara a la negociación del incremento en el salario mínimo.

América Latina y los países del Caribe salen de la crisis de la covid-19 –si es que se puede hablar de salida, ahora con la nueva variante ómicron– con una economía debilitada.

Los ingresos de las familias son inferiores en casi la mitad de los hogares. En los países del continente ahora hay el doble de inseguridad alimentaria.

Eso es lo que hallaron el Banco Mundial y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) a través de una encuesta aplicada, cuyo resultado fue presentado este lunes (29 de noviembre).

Mejoró la economía, pero ¿y la gente?

La situación de la economía ha mejorado a medida que los países relajaron las medidas de confinamiento y avanzaron las campañas de vacunación.

Sin embargo, la tasa de empleo regional es 11 puntos porcentuales inferior a la prepandémica, con el 62 % de la población en edad de trabajar actualmente empleada. Es decir, hay un 38 % de personas económicamente activas, sin una oportunidad. Se sabe que el empleo es la mejor manera de medir la temperatura a la situación socioeconómica.

Los casos de Colombia, Brasil y Ecuador fueron puestos por el Banco Mundial y el PNUD en el visor, pues en estas naciones la gente se ha visto muy afectada en términos de mercado laboral.

En contraste, la tasa de empleo respecto a los niveles prepandemia ha subido en Guatemala, Nicaragua y El Salvador, pero a costa de un deterioro del mercado laboral, con más informalidad y menos horas trabajadas.

¡Ojo! Colombia después de Haití

Casi una de cada cuatro personas empleadas antes de la pandemia afirma que ya no trabaja. El país con más pérdida de empleo es Haití, seguido de Colombia (35 %).

La pérdida de empleo ha tenido repercusiones directas en las familias, ya que cerca de la mitad de los hogares no ha recuperado el nivel de ingresos anterior a la pandemia.

Los ingresos parecen subir en Guatemala, Honduras y El Salvador, en comparación con mediados de 2020, pero en Bolivia, Paraguay, Ecuador y Colombia, más del 60 % de los hogares “aún no han mostrado signos de recuperación”. Y esto, pese a los subsidios gubernamentales y las ayudas de emergencia “que benefician en conjunto al 46 % de los hogares de la región”, añade el Banco Mundial.

Durante la pandemia, la inseguridad alimentaria casi se duplicó, especialmente en los países con mayor desigualdad y pobreza.

Lo peor es la profundización de la desigualdad

Como un león dormido, la desigualdad estaba ahí, pero luego de la pandemia dejó escuchar sus rugidos. La covid-19 evidenció las desigualdades preexistentes, afirma Luis Felipe López-Calva, director regional del PNUD para América Latina y el Caribe, quien asegura que “esta encuesta permite tomarle el pulso a la región y proponer soluciones basadas en evidencia”.

El acceso a los servicios sanitarios ha vuelto a los niveles prepandemia, pero preocupa el nivel de vacunación en el Caribe, afirman los expertos.

Insisten en reformas

Por último, la encuesta resalta que la pandemia ha aumentado las transacciones digitales, tanto la banca móvil como el comercio electrónico.

Para salir fortalecida de la crisis, la región debe llevar a cabo reformas “ya conocidas, pero pendientes”, estima Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.

Entre estas reformas, Jaramillo enumera: mejorar la calidad de la educación, facilitar la inversión privada para generar empleo, invertir en las energías renovables y destinar fondos a la movilidad urbana (calidad del aire, reemplazo del parque de vehículos públicos y privados).

Con información de la AFP.