Pese a la debilidad fiscal que muestra actualmente el país, al mayor precio del dólar y la persistente caída de sectores claves como la industria, el presente año terminará con un crecimiento mayor al de 2023. Así lo estima el consenso de los analistas y, en particular, en el departamento de investigaciones del Banco BBVA creen que el PIB terminará 2024 con un avance de 2% para luego subir a 2,5% en 2025 y posteriormente a 3,2% en 2026.
En esos pronósticos están incluidas las expectativas de lo que pueda ocurrir con distintas variables internas y externas. Entre estas últimas se destacan las medidas que podría tomar Donald Trump en su segundo mandato entre tres frentes particulares: aumento de aranceles, reducción de impuestos y temas migratorios. Aunque el futuro jefe de Estado ha amenazado con fuertes incrementos a los impuestos por importaciones, en particular de las que vienen de China, Alejandro Reyes economista principal de BBVA Research para Colombia, no cree que vayan a ser tan altos, pero sí piensa que definitivamente va a haber un aumento para demostrar que se cumplen las promesas. Eso tendría un impacto inflacionario en 2025 y podría llevar a la Reserva Federal a no seguir bajando sus tasas de interés, fortaleciendo, de paso, al dólar a nivel mundial.
Reyes tampoco ve viable la promesa de Trump de deportaciones masivas, aunque sí se podrían frenar nuevos flujos migratorios. De todas maneras, es tan grande la migración colombiana a Estados Unidos, que este experto prevé que, con todo y los cambios que plantee la nueva administración, las remesas seguirán creciendo.
En el frente internacional también va a afectar la posición defensiva que está tomando China ante una posible guerra comercial con Estados Unidos, razón que ha hecho que actualmente esté acelerando sus exportaciones antes de que Trump se posesione el 20 de enero de 2025.
Factores locales
Juana Téllez, economista jefe de BBVA Research para Colombia, explicó que la demanda interna le está dando una mano a la economía nacional y que, pese al mal desempeño de años anteriores, la inversión ya empezó a crecer, aunque aun a nivel insuficiente. Hoy lo que más está impulsado a la inversión es la adquisición de maquinaria, así como la construcción no residencial y las obras civiles. Por el contrario, la inversión en vivienda sigue en negativo y solo se recuperaría en la segunda parte de 2025, lo que seguirá generando presiones en los precios de los arriendos.
Para 2025 su expectativa es que la inversión mantenga el ritmo actual de crecimiento de 4% y explica que no sería mayor por factores como la incertidumbre política que se vive hoy en el mundo y en Colombia. “La inversión no crece más porque no hay claridad sobre lo que puede pasar con reformas como la laboral o la de salud, en la medida en que la incertidumbre baje habrá más empresas y personas interesadas en invertir”, reitera.
Otro factor clave para el crecimiento es el consumo privado y el público. El primero está creciendo, en especial en bienes durables (como carros) y en servicios (en particular entretenimiento), mientras que el segundo le está aportando menos a la economía por todos los problemas que tienen las finanzas públicas.
Tras crecer 1,6% en 2024, en BBVA estiman que el consumo avance 3,1% en 2025 y 2,9% en 2026.
Crece el empleo y se estabiliza la desocupación
En el frente del empleo, los expertos del banco español destacan que se siguen creando puestos de trabajo pese a las dificultades de la economía nacional, al tiempo que los salarios han recuperado su capacidad de compra por la caída de la inflación. Esta tendencia se mantendría, pues se pasaría de un aumento de 1,5% en el número de empleados en 2024 a uno de 1,7% en 2025. La tasa de desocupación se mantendría alrededor de 10% de aquí hasta 2026.
Finalmente, la expectativa en el frente de la inflación es que cierre este año en 5,1% y en 2025 baje a 3,6%. En esa cuenta están incluidos posibles aumentos en el precio del diésel, mayores precios de energía y gas, así como el incremento del salario mínimo de 2025. En el BBVA creen que este será por encima de la inflación prevista para 2024 (5,1%) más un dato de productividad, que en este momento es motivo de polémica (ellos lo calculan en 1% y en el Dane 1,73%), para llegar un alza de alrededor de 6,5%.