En Colombia, la categoría conocida como “jóvenes NINI” hace referencia a aquellos jóvenes (de 15 a 28 años) que no se encuentran estudiando ni trabajando, es decir, no están involucrados en actividades educativas ni laborales. Esta situación puede tener implicaciones significativas en la economía y en la sociedad del país. Los jóvenes NINI representan una preocupación en varios niveles, ya que su estado puede tener repercusiones negativas en su propio desarrollo personal y en la economía en general.
Este es un fenómeno que, desde una perspectiva económica, deja claro que este sector poblacional representa una pérdida de capital humano y productividad, ya que su falta de educación y empleo limita su contribución al crecimiento económico y a la generación de ingresos que son necesarios para financiar programas gubernamentales y servicios. Esto puede debilitar la capacidad del país para competir a nivel internacional y afectar su posición en el escenario global.
Además de las consecuencias económicas, el fenómeno de los jóvenes NINI también tiene un impacto social significativo, debido a que la falta de oportunidades educativas y laborales puede exponer a estos jóvenes al riesgo de pobreza y exclusión social. Así mismo, la falta de acceso a servicios básicos y oportunidades puede contribuir a la desigualdad y afectar la cohesión social en el país. Además, existe una preocupación por la seguridad, ya que los jóvenes NINI pueden ser más susceptibles a involucrarse en actividades delictivas debido a la falta de alternativas legítimas para generar ingresos.
De acuerdo con datos del Dane correspondientes al trimestre entre abril y junio de 2023, la población de jóvenes entre 15 y 28 años que no estudiaba ni trabajaba alcanzó los 2,64 millones, lo que representa el 23,5 % de las personas en edad de trabajar en ese rango. Este número ha disminuido en comparación con el año anterior.
Estas cifras no distan mucho de las entregadas hace unos meses por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), que muestran un panorama preocupante en cuanto a la categoría de ‘ninis’ en Colombia, puesto que con un 27,1 % de los jóvenes en esta categoría, el país ocupa el segundo lugar en esta medición a nivel global, superado solamente por Turquía que registra un 28,7 %.
Resulta significativo que dentro de las naciones con los mayores porcentajes de jóvenes ‘ninis’, cuatro pertenezcan a América Latina, subrayando una preocupante tendencia en la región. Tras los líderes, figuran países como Italia con un 26 %, Costa Rica con un 25,9 % y Chile con un 23,9 %, completando el grupo de las cinco naciones con mayores proporciones de jóvenes fuera de las esferas educativas y laborales.
Expertos concuerdan en que esta es una situación que tiene implicaciones a largo plazo en términos demográficos, puesto que si una cantidad considerable de jóvenes no participa en la educación y el empleo, esto podría afectar negativamente la composición de la fuerza laboral y contribuir al envejecimiento de la población. La falta de jóvenes capacitados y activos podría influir en la sostenibilidad de los sistemas de seguridad social y pensiones.
¿Cómo está el desempleo juvenil?
Si bien la cifra de jóvenes que actualmente no hacen parte de la fuerza productiva del país es alta, igual que la de aquellos que no hacen parte del sistema educativo, hay que destacar que la cifra de personas en este rango de edad que consiguieron trabajo recientemente da esperanzas, puesto que muestra una fuerte mejoría respecto al año pasado.
De acuerdo con el más reciente reporte entregado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane), en el contexto de la economía colombiana, la tasa de desempleo entre los jóvenes de 15 a 28 años ha experimentado una disminución en el trimestre entre abril y junio de 2023. De acuerdo con datos oficiales, esta tasa se ubicó en un 17,1 %, en comparación con el 18,4 % registrado en el mismo período del año anterior. Esta tendencia a la baja en la tasa de desempleo juvenil puede ser vista como una señal alentadora para la situación laboral de los jóvenes en el país.
Sin embargo, cabe destacar que la variabilidad en las tasas de desempleo a nivel regional es significativa. Ciudades como Quibdó e Ibagué experimentaron las tasas de desempleo más altas, alcanzando el 35,1 % y el 25,6 %, respectivamente. Por otro lado, Bucaramanga A.M, Bogotá D.C. y Popayán presentaron tasas de desempleo más bajas, situándose en el 15,1 %. Estas disparidades regionales resaltan la importancia de implementar estrategias específicas para abordar las problemáticas laborales en diferentes áreas del país y garantizar oportunidades adecuadas para los jóvenes en todo el territorio nacional.