El presidente del Grupo Banco Mundial, David Malpass, y la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, sostendrán desde este lunes 10 de abril hasta el día 16 del mismo mes las denominadas “Reuniones de Primavera”, donde conversarán sobre los desafíos que enfrenta la economía mundial en este 2023.
Este encuentro de alto nivel, que se llevará a cabo en la ciudad de Washington, se desarrollará en medio de la incertidumbre que actualmente ronda en el panorama económico de los Estados Unidos, donde la recesión sigue causando preocupación y cuyas probabilidades se han intensificado tras la crisis bancaria ocasionada por la quiebra del Silicon Valley Bank y el Signature Bank. A lo que se le suma la inflación persistente, el aumento en el costo de la vida, el alza de los precios de los alimentos y los ajustes a las tasas de interés, donde todos estos ingredientes están impactando en gran medida a los más vulnerables.
Lo anterior será, junto con la deuda externa de los países en desarrollo, los efectos del cambio climático, la guerra de Rusia-Ucrania y demás tensiones de la geopolítica existentes, los temas que enmarcarán estos ocho días de sesiones de trabajo entre ambos organismos internacionales, donde los acuerdos a los que se lleguen establecerán una hoja de ruta para enfrentar cada uno de estos escenarios complejos.
Como antesala a esta reunión, el expresidente colombiano Juan Manuel Santos dedicó unas palabras en torno a la relevancia que tiene este encuentro, asegurando que las instituciones que presiden tanto Malpass como Georgieva “deben restaurar la confianza en el multilateralismo estableciendo un alto nivel de ambición para las instituciones financieras internacionales (IFI) para potenciar su trabajo al abordar algunos de los mayores desafíos del mundo”.
Así lo manifestó en su columna de opinión de este domingo, 9 de abril, publicada en el Financial Times, en la que el también Premio Nobel de Paz (2016) se refirió a los cambios o reformas que vienen adelantando estos organismos internacionales, en especial el Banco Mundial, y que será clave para continuar apoyando a los países en desarrollo en los desafíos que amenazan no solo sus economías, sino a sus habitantes, destacando que “el 60 % de los países de bajos ingresos se encuentran en, o cerca de, sobreendeudamiento” y que los impactos de la pandemia y de la guerra de Rusia-Ucrania “exacerban la desigualdad”.
“La magnitud de la necesidad exige un cambio de paradigma. La respuesta internacional debe ser mucho mayor. Necesitamos más capital privado invertido en los países en desarrollo y más dinero público internacional para facilitar esa inversión y complementar los recursos nacionales. Pero el costo del capital para la mayoría de los países en desarrollo es demasiado alto, el sistema internacional para ayudar a quienes tienen problemas de deuda no funciona y las naciones más ricas no quieren invertir suficiente dinero para resolver los problemas que en parte han causado”, apuntó el también miembro de The Elder, grupo al que hacen parte líderes mundiales que trabajan por la paz, la justicia y los derechos humanos.
Santos expresó además que las IFI “son la forma más eficiente de financiar tanto el desarrollo nacional como los bienes públicos globales”. Sin embargo, son conservadores y no están dispuestos a innovar a escala, por lo que sostiene que es necesario que de parte de esas entidades haya más apoyo “movilizando tantos recursos adicionales como sea posible y protegiendo a los pobres”. Pero, considera que para que estas puedan dar ese respaldo se requiere un mejor uso del capital existente de las mismas, “aumentos de capital, más financiación en condiciones favorables, más inversión privada, uso creativo de los derechos especiales de giro del FMI para reducir las tasas de interés e impuestos innovadores para quienes se benefician más de los combustibles fósiles”.
“La tarea ahora es generar confianza en que se puede negociar un acuerdo ambicioso. Los anuncios de estas reuniones de primavera serán un pequeño paso. El nombramiento de un nuevo presidente del Banco Mundial este año será una oportunidad para cambiar la conversación sobre pasos más grandes”, sostuvo Santos, donde también abogó por acuerdos globales que contribuyan a satisfacer las preocupaciones de todos los países.
“Con otras instituciones multilaterales tambaleándose y las rivalidades de las grandes potencias poniendo en peligro tanto, necesitamos que las IFI ayuden a resolver los problemas económicos del mundo más que nunca, y la voluntad política para (impedir) que crezcan dramáticamente”, concluye la columna del exmandatario nacional en el Financial Times, en la que conmina a los líderes mundiales a construir una alianza global para generar prosperidad para las personas y el planeta.