El dato de inflación revelado esta semana por el Dane encendió las alarmas entre expertos y analistas de la economía nacional, puesto que además de romper los pronósticos de baja que se tenían en el Gobierno Nacional, se ubicó nuevamente en uno de sus puntos más altos de la historia y puso sobre la mesa la posibilidad de nuevos aumentos drásticos de tasas de interés por parte del Banco de la República.
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas, Dane, los alimentos, el alojamiento y el transporte son los ítems que más están presionando el bolsillo de los colombianos, quienes están teniendo que inventar nuevas estrategias para lograr que el dinero alcance, modificando incluso sus hábitos de consumo, ya sea en cantidades o las marcas que normalmente llevaban.
Adicional a esto, la reforma tributaria que ya pasó en primer debate del Congreso y promete meter la mano en el bolsillo a las personas más ricas y a las empresas, creando nuevos impuestos y eliminando un gran número de exenciones tributarias; está siendo visto por muchos como un palo en la rueda, en tiempos en los que el poder adquisitivo de las personas se ha mermado considerablemente.
Gremios como la Andi han advertido que estos cambios tributarios son inconvenientes en tiempos en los que la inflación y las tasas de interés ya tienen contra las cuerdas al sector empresarial, y terminarán desacelerando aún más la economía nacional y aumentando las cifras de desempleo. Sostienen que es muy alto el nivel de recursos que les quieren sacar desde el próximo año.
Ahora bien, todo este conjunto de novedades ha llevado a muchos a pensar en que tal vez el 2023 no sea un buen año y, por el contrario, muchos tengan que apretarse el cinturón, ya que no se descarta una recesión económica. Ante esto han bajado sus perspectivas de crecimiento para Colombia, que dejaría de ser un referente en América Latina y el mundo.
Uno de estos es la Fundación para la Educación Superior y el Desarrollo, Fedesarrollo, la cual redujo sus proyecciones en esta materia para el país a partir del próximo mes de enero, mientras que para este año aumentaron sus pronósticos de crecimiento, advirtiendo que esto es algo que se debe aprovechar.
Según este centro de pensamiento, en las cifras presentadas en septiembre, su visión de crecimiento para el año entrante será del 2,1 %, cifra que es mucho menor que el 3,2 % que se tenía en el mes de agosto. Así mismo, las expectativas de inflación para fin de mes y fin de año se ubicaron en 11,20 % y 11,18 %, respectivamente.
Para Fedesarrollo, en 2023 la inflación seguirá alta en el país y esto obligará al Banco de la República a seguir subiendo las tasas de interés, situación que se traducirá en una desaceleración de la economía. Con esto empezará Colombia a vivir una temporada de ‘vacas flacas’ para la que los expertos indican que es necesario irse preparando, con el fin de evitar que la crisis sea mucho mayor.
El empleo está en riesgo
Según las Minutas del Banco de la República, luego del reciente aumento de tasas, la argumentación del único integrante de la junta directiva del Banco de la República que votó de manera distinta es preocupante. Lo que avisora es un riesgo -ahora más grande- de llegar a “una desaceleración profunda de la actividad productiva y, por tanto, del empleo”, dice el documento.
Otra de las razones del miembro de la junta es que “los aumentos de la tasa de interés de política llevados a cabo en el último año no han logrado contener aún el incremento de la inflación ni el de sus expectativas, por el hecho de que el origen dominante del fenómeno inflacionario obedece a choques de oferta”, expresó.
Así las cosas, después de un año en el que las tasas pasaron de 1,75 % a 10 %, según el más reciente incremento aplicado por el equipo técnico del Banco, la inflación va en 10,84 % y los colombianos están en vilo, a la espera de la cifra de septiembre, que será destapada por el Dane el 5 de octubre, Las perspectivas de crecimiento del Emisor bajaron del 1,1 % al 0,7 %.