Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la bioeconomía se define como una “economía basada en el consumo y la producción de bienes y servicios derivados del uso directo y la transformación sostenibles de recursos biológicos, incluyendo los desechos de biomasa generados en los procesos de trasformación, producción y consumo”.
Allí se pretenden explotar algunos ecosistemas, a través de un modelo sostenible, y que en vez de generarle un detrimento, busca potenciar sus capacidades, siendo esto un desarrollo clave para los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y que podría salvar las economías, que en este momento sienten la desaceleración, o peor aún, están al borde de la recesión.
Este tipo de actividades para Colombia serían esenciales, y que le permitirían a diversos sectores activar nuevas líneas de negocio, convirtiéndose así en un importante recuperador de la economía, y que entre otras cosas, sería uno de los pilares de la denominada “transición energética”, planteada por el Gobierno de Gustavo Petro.
Al respecto, la Federación Nacional de Maderas, asegura que las cadenas de valor, y los grupos empresariales (o clúster), que se pueden generar con la bioeconomía, podría generar un aporte del 10 % a la economía colombiana.
“El impulso a clústeres que el país puede desarrollar, son hoy el motivo de inspiración del programa “Colombia, país forestal: segundo proveedor de madera de la región con cero deforestación del bosque natural” de la Federación Nacional de Industriales de la Madera (...) los clústeres regionales de bioeconomía serán instrumentos de mesoeconomía para construir la reindustrialización desde las regiones mediante alianzas público-privadas-populares, enfocadas al desarrollo de bienes y servicios bioeconómicos”, destaca el director ejecutivo de Fedemaderas, Juan Miguel Vásquez.
La agremiación estima que a través de la bioeconomía, se pueden crear unos 2,5 millones de puestos de trabajo, y para el año 2030, impactaría considerablemente en el Producto Interno Bruto. De hecho, podría tener la misma participación que tuvo en el PIB la industria manufacturera, hacia el año 2021.
Bioeconomía, un tema “nuevo” en Colombia. Estos serían sus alcances
Si bien en la retórica todo puede sonar interesante, en realidad, en Colombia hasta ahora poco se ha explorado este tipo de actividad. A nivel estatal, más o menos desde el 2020 se está hablando de este tipo de economía.
Según esos cálculos oficiales, presentados por el Ministerio de Ciencias, se reconoce el potencial que tiene el país para avanzar en este tipo de actividades, ya que el 50 % del territorio es marino, además que se cuentan con una gran fauna, al menos 58.312 especies registradas.
El 53 % del territorio continental, está cubierto por bosques, y se tiene considerado como área protegida a unas 31 millones de hectáreas, esto último representa el 15 % del territorio nacional.
Pero la pregunta es, ¿qué se puede hacer con eso?, Fedemaderas explica que con la biomasa forestal, se pueden generar productos y procesos para desarrollar bioenergía.
“Si consideramos que su aporte a la matriz de generación eléctrica en nuestro país, no alcanza aún el 1%. Solo en biomasa residual vegetal, Colombia tiene un potencial de generar más de 43 millones de toneladas al año. Encontrar su valor y retirar estereotipos para dejar de calificarla como un desperdicio, fomenta el desarrollo de productos y procesos potenciales, como catalizadores biológicos, biofactorías y biorefinerías, bioenergía, combustibles, y química verde”.
Si bien se ha sugerido que Colombia debería explotar la bioeconomía, lo que lo podría poner como un referente a nivel mundial, en la actualidad hay que trabajar en la implementación de un marco regulatorio, además que cada vez más empresas comiencen a trabajar con este tipo de procesos.