El aumento del costo de vida al parecer ya les está pasando factura a los hogares colombianos, donde las cabezas están teniendo que modificar sus dinámicas de consumo para lograr que el dinero alcance, especialmente en lo que respecta a la canasta familiar, que ha sufrido grandes golpes por cuenta de este flagelo.
Como un hito, pero que preocupa a los colombianos, calificó el entonces director del Dane, Juan Daniel Oviedo, el dato de inflación de Colombia, en su variación anual a julio, que se ubicó en 10,21 %, cifra similar a la que se tuvo en abril de 2000, cuando el país llegó a 10 %. Es decir, es la inflación más alta que se registra en este siglo.
Los alimentos siguen siendo el grupo de bienes y servicios que más presiona los precios, no solo con las compras que hacen los hogares en los supermercados, sino en el gasto que realizan en los restaurantes, donde el corrientazo tuvo un fuerte aporte. No obstante, cabe resaltar que las expectativas del Gobierno nacional ubican este indicador en el 8,5 % para fin de año, por lo que se espera que pronto empiece a bajar.
Pese a que el Banco de la República ha hecho grandes esfuerzos con las subidas de las tasas de interés, la inflación sigue disparada, claro está que no solo en Colombia, sino en todo el mundo, especialmente en Estados Unidos, donde muchos expertos temen una posible recesión económica, pese a las señales de recuperación.
Ahora bien, todo esto ya está afectando no solo el bolsillo, sino la capacidad de compra de las familias en el país. Según el reporte de consumo de la firma Raddar para el mes de julio, el gasto en los hogares colombianos sigue en terreno positivo, pero empieza a dar señales de desaceleración, si se comparan con los mismos periodos de años anteriores.
“El gasto de los hogares en Colombia en julio de 2022 fue de 88,2 billones de pesos, y en los últimos 12 meses fue de 888,7 billones de pesos. Este gasto presentó un crecimiento anual corriente del 12,6 % y real del 2,1 %”, dice el informe, en el que también se destaca que desde el mes pasado, el país viene dando señales de contracción económica.
Al comparar este crecimiento con los de años anteriores se puede observar que en julio de 2017 fue del 20,5 %, en 2018 del 22,1 %, en 2019 del 21,9 %, en 2020 se ubicó en 20,7 % y en 2021 reportó 19,6 %. Así las cosas, se puede apreciar que este es uno de los crecimientos más pequeños de los últimos años, originado en gran medida por la disparada en la inflación.
“Otra consecuencia que trajo consigo la inflación de este mes es que nuevamente la variación del salario mínimo fue negativa, lo que refleja la pérdida del poder adquisitivo de los hogares. Así mismo, con excepción de Bogotá, Pasto y Manizales, en las ciudades principales se evidenció una pérdida de la capacidad de compra, siendo Cúcuta la ciudad más afectada”, agrega este informe.
Por otra parte, según Raddar, la confianza de los consumidores volvió a caer para el séptimo mes de este año, principalmente gracias a la caída en los índices de condiciones económicas. Esto quiere decir que la gente de a pie no percibe un buen futuro para el país en el mediano y corto plazo, ya que sienten que la economía seguirá cayendo.
“Para el mes de julio, el 79,4 % de los hogares de ingresos bajos declararon una menor percepción de compra frente al mes anterior. Esto se da en medio de los altos precios, impactando principalmente la canasta de alimentos, la cual representa más del 40 % de su gasto mensual”, señaló Raddar en este informe.
Estas cifras van en concordancia con lo dicho recientemente por el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, quien sostuvo que si bien el país atraviesa por un buen momento en materia de crecimiento y recuperación tras la pandemia, hay muchas problemáticas que requieren acciones urgentes, como la inflación, el precio de los combustibles y la desaceleración de la economía nacional, que ya se está percibiendo en algunos indicadores.
“Las cifras espectaculares que estamos viendo de más del 10 %, por ejemplo, que vamos a ver después del segundo trimestre, es porque lo estamos comparando con el segundo trimestre del año pasado, que fue el paro nacional; entonces, da un crecimiento muy alto que en realidad, reitero, cuando uno toma en conjunto los cuatro años, el crecimiento es del 3 % anual”, dijo el ministro de Hacienda.
Así las cosas, de acuerdo con el ministro, Colombia debe enfocarse en recuperar la fuerza que traía consigo el crecimiento económico después de la pandemia y frenar cuanto antes la inflación, para que no se siga viendo afectado el poder adquisitivo de las familias más vulnerables y se incrementen los niveles de pobreza.