En Colombia, sin duda alguna, sigue el nerviosismo sobre la situación energética en el país y el camino a la transición energética que propone el gobierno de Gustavo Petro. Para comprender este tema, primero hay que ir por partes y hacer un contexto de lo sucedido.
En el Foro Económico Mundial que dio lugar en Davos a comienzos de este año, la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, dijo: “No vamos a conceder nuevos contratos de exploración de gas y de petróleo”. La jefe de cartera aseguró que los importadores de carbón muy pronto “ya no van a estar importando” y de esta manera el Gobierno necesitará generar una economía alternativa.
Ese anunció desató polémica en el país. Por su parte, el presidente de la Asociación de Petróleo y Gas dijo que considera que el Gobierno nacional se escuda en diferentes excusas inconsistentes para justificar que Colombia no necesita nuevos contratos, de una manera que no es técnica y sí es forzada.
El presidente gremial sustentó lo dicho refiriéndose al informe presentado por el Ministerio de Minas y Energía en diciembre de 2022, titulado Balance de contratos de hidrocarburos y recursos disponibles para la Transición Energética Justa, asegurando que el Gobierno está mezclando conceptos para decir que hay reservas de petróleo y gas hasta 2037.
Lloreda explicó que las reservas se dividen en tres tipos, reservas probadas, cuando: “Hay una probabilidad de extraer el hidrocarburo en 90 %”, las probables, cuando: “Es 50 % sí, 50 % no”, y las posibles, cuando: “La probabilidad es del 10 %, esas son las reservas”.
Y agregó: “A nivel internacional las únicas reservas que cuentan son las reservas probadas y cosa distinta son los recursos contingentes; es cuando tienes una información que te permite saber qué petróleo y qué gas hay, pero no lo has logrado cuantificar ni has logrado ver su calidad, ni técnicamente, ni económicamente es factible extraer en este momento, entonces pareciera que el presidente termina juntando recursos de reservas: probadas, probables, posibles y recursos contingentes para decirle al país que tenemos por ejemplo gas hasta el año 2037″.
Ante esta lluvia de críticas, Vélez explicó que el informe presentado en diciembre se basaba en revisar los recursos que tiene Colombia para que se conviertan en reservas. “Nunca se presentaron datos erróneos, ninguna metodología que tenga ambigüedades”, aseguró la alta funcionaria.
Vélez también dijo que este documento “no es informe de reservas, nunca se dijo que lo fuera (...). Aquí no le estamos mintiendo a nadie y desinformar de esa manera como si así lo estuviéramos haciendo es una irresponsabilidad con el país”.
También reiteró que el análisis distingue los recursos prospectivos de los contingentes y las reservas. “No se están combinando datos, no se está mintiendo en las cifras”, agregó.
Es de recordar también que sobre las reservas de hidrocarburos con las que actualmente cuenta la nación, el presidente Gustavo Petro entregó una proyección hace pocos días, en la que dijo que Colombia cuenta con el petróleo y gas necesarios para poder avanzar en el proceso de transición energética sin causar mayores traumatismos al suministro de energía, ni al crecimiento económico.
El mandatario añadió que las operaciones adelantadas por su gobierno han llevado a que las reservas de gas alcancen “para el consumo interno en un período entre 2037 y 2042″ y criticó a quienes han señalado que la transición energética del país debe ser más larga, argumentando que “están en contra de la ciencia” o tienen intereses para evitar que este proceso de desarrollo sostenible avance como se debe.
En este sentido, el mandatario confía en que el país cuenta con el tiempo y los recursos suficientes para encarrilar al país en un nuevo modelo de energías limpias que le permitan menos dependencia de los hidrocarburos y lo lleven a otro plano económicamente hablando. “Esta transición nos va a llevar a una economía superior”, señaló Petro.