Gustavo Petro nuevamente vuelve a generar polémica entre la opinión pública, debido a las propuestas que realiza en medio de las campañas presidenciales que los candidatos vienen realizando.
Hace unos días el político de izquierda aseguró que una de sus ideas es que Colombia deje de depender de la producción de petróleo y de carbón, para que la economía del país se base en la agricultura, la agroindustria y la industria. Además, propuso cesar la contratación de exploración de petróleo en los suelos colombianos.
Esto desató una gran oleada de críticas que llegaron a tildarlo de populista. Especialistas mostraron su preocupación ante la propuesta y las consecuencias que podría tener en el bolsillo de los colombianos. Uno de ellos, el ministro de Minas y Energía, Diego Mesa, quien le compartió en entrevista con SEMANA su disconformidad con lo dicho por Petro.
“Acabar de manera súbita con la exploración, y eventualmente con la explotación de hidrocarburos, representaría un golpe muy fuerte para el bolsillo de los colombianos, porque el precio de las facturas de gas se podría incrementar en cinco o seis veces al tener que depender del gas importado. Ocho de cada diez familias colombianas consumen gas en sus hogares. En resumen, sería imposible reemplazar, de un día para otro, los aportes del sector en las cuentas fiscales, la balanza comercial, el mercado de divisas y el portafolio de inversiones internacionales”, aseguró Mesa.
Según el funcionario del Gobierno, de llegar a ser realidad la propuesta del candidato, Colombia al ser productor de gas y petróleo, debería en un futuro importarlo, generando un costo adicional para los usuarios en el territorio nacional. Agregó que este tipo de declaraciones son imprudentes y poco convenientes para el país, teniendo en cuenta la coyuntura en la que se encuentra la economía mundial.
“Esa posición es populista e irresponsable. Si se deja de buscar petróleo, por obvias razones tendrá que acabarse el petróleo en Colombia. En varios escenarios ha mencionado que las reservas las podría alargar hasta 2034, lo que solo se lograría dejando de exportar crudo. Eso significaría reventar la economía colombiana. Y lo peor es que, si se revienta la economía de esa manera, en nada modificaría el problema del calentamiento global y en nada se contribuiría con la transición energética”, dijo el ministro.
Otro que se manifestó en contra fue el presidente de la Asociación Colombiana de Petróleo, Francisco Lloreda, quien fue enfático y hasta enumeró lo que serían las nueve condenas a las cuales los colombianos terminarían sometidos de ser esa la decisión del candidato de la izquierda. En una de ellas menciona la afectación que tendrían los usuarios de gas líquido propano en el país.
“Suspender la exploración es condenar al país a declinar su producción de petróleo y gas hasta perder la autosuficiencia, y tener que importar petróleo para cargar las refinerías y gas para abastecer el consumo”. Condenar a once millones de hogares en Colombia a pagar un gas natural más costoso y a las industrias que utilizan el gas como fuente de energía”. Condenar a 3,5 millones de hogares que usan gas líquido propano (GLP), un derivado del petróleo, a pagar un gas más costoso”, sentenció Lloreda.
El ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, también expuso los puntos por los que esta propuesta llevaría a Colombia a una crisis económica y que pagarían en un futuro los colombianos.
“Se afectaría algo que puede representar poco más de 50 % de las exportaciones, cerca de 40 % de la inversión extranjera directa del país, estamos hablando de un porcentaje que puede llegar a ser del orden de 1,8 % del PIB en ingresos fiscales. Estamos hablando de una cifra que no es menor”, detalló el jefe de la cartera de Hacienda.
La Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) en un documento oficial afirmó que el petróleo es el primer producto de exportación con 55,4 % del total de las exportaciones y el principal contribuyente a las finanzas del Estado.