Pese a que desde hace 30 años el país cambió su sistema pensional, creando un esquema privado y uno público que compiten entre sí, aún muchos colombianos aspiran a pensionarse en las mismas condiciones que sus padres, a quienes, primero el Seguro Social y luego Colpensiones, les dio una mesada acorde con sus ingresos antes de jubilarse.

El sistema privado, a cargo de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), y que tiene el objetivo de que cada persona ahorre el dinero para pensionarse y así evitarle esa carga al Estado, evidenció que esa aspiración de jubilarse como los papás, los tíos o los abuelos no es sencilla si no se cuenta con subsidio estatal. Mensualmente, cada trabajador cotiza para su pensión 16 pesos de cada 100 que se gana y por más que ahorre 25 años sin parar y por más rentables que hayan sido las inversiones realizadas por las AFP, es imposible que esos 16 pesos al final se vuelvan 100, ni siquiera 80, ni 50. Para poder acercarse a los 100 se necesitaría haber ahorrado mucho más y esa es la razón por la que miles de personas que están en las AFP deciden trasladarse a Colpensiones. Allí no importa cuánto dinero se haya ahorrado, sino la cantidad de semanas cotizadas, pues el Estado subsidia las pensiones. Así en Colpensiones, en promedio, por cada 100 pesos de ingresos se pueden obtener 65 de mesada.

Ese subsidio es claramente inequitativo, pues les da más a quienes cotizaron con ingresos más altos. No es lo mismo subvencionar el 65 por ciento de una pensión de un millón de pesos, que el de una de 10 millones, pero otra cosa piensan profesionales, asalariados o independientes, que cumplidamente han hecho sus aportes dentro de las exigencias de ley y que tras una carrera consolidada aspiran a que su pensión les reconozca su esfuerzo.

Si ese grupo se pensionara como se estableció en la Ley 100, en el caso de alguien que gana 5 millones de pesos, con el 65 por ciento (lo que técnicamente se conoce como tasa de remplazo), su mesada sería de 3,25 millones. Ese monto no lo podrían obtener en una AFP, sino en Colpensiones, pero ahora con la propuesta de reforma pensional tampoco podrían aspirar a esa cifra. El plan del Gobierno es solo subsidiar los primeros tres salarios mínimos de cada persona y que, quien gane más, ahorre el resto en las AFP y así completaría su pensión.

La traba está en que en las AFP, por el bajo monto que se ahorra, no es posible obtener sumas altas, entonces la persona de los 5 millones de pesos recibiría máximo 2 millones de Colpensiones (vale pena recordar que, como lo explicó recientemente el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, la mesada no es de tres salarios mínimos, sino del 65 por ciento de ese valor) y por mucho 500.000 pesos más del fondo privado, así su pensión bajaría de 3,5 a 2,5 millones de pesos. En otras palabras, la tasa de reemplazo se reduciría del 65 al 50 por ciento y mientras más alto sea el ingreso del cotizante, más baja sería la tasa de remplazo.

Si bien se corrige parte de la inequidad, para algunos sindicatos y analistas eso implicaría nivelar por lo bajo o precarizar las pensiones.

Misael Triana, gerente de Abogados Triana y miembro del Colegio de Abogados del Derecho del Trabajo de Colombia,

Misael Triana, gerente de Abogados Triana y miembro del Colegio de Abogados del Derecho del Trabajo de Colombia, dice que el problema del sistema pensional es que no desarrolló un esquema de financiamiento sostenible en el tiempo, pero que los trabajadores no tienen la culpa de eso y que así como no es justo que se subsidie más al que más cotiza, tampoco es justo que quienes más aportan al sistema se les castigue reduciéndoles considerablemente su pensión, pues eso va en contra del principio de proporcionalidad.

“No se le puede decir a una persona que devenga 10 o 15 millones de pesos, que se capacitó y logró tener un buen salario, que su pensión va a ser de entre 18 y 25 por ciento de ese monto, pues es una persona que tiene gastos acordes con ese nivel de ingresos y es ahí en donde entra la discusión del mínimo vital, que no es igual para todos”, insiste el abogado y agrega que justamente ese grupo de personas es el que más aportes hace al sistema de seguridad social y debería recibir una mesada proporcional a su aporte. Hoy, quienes durante los últimos diez años antes de jubilarse cotizaron con un promedio de 15 millones de pesos, reciben por lo menos el 55 por ciento de ese valor (unos 8,2 millones), que si bien es una cifra que tiene subsidio, también está acorde con los aportes de ese trabajador.

El sistema reduce los ingresos de la persona al momento de pensionarse, pues se asume que en esa edad ya ha criado a sus hijos y ya pagó su vivienda, pero es una situación que no se puede generalizar, y que podría empeorar con la propuesta de la reforma pensional, que mezclaría los aportes a Colpensiones y a las AFP para crear una sola mesada.

El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, explicó esta semana ante el Congreso que con la reforma pensional se les pone un límite a los subsidios que paga el Estado por cada mesada, pues este máximo pagaría a cada trabajador el equivalente a 1,8 salarios mínimos, lo que a precios de hoy son 2 millones de pesos. | Foto: GUILLERMO TORRES

En el caso de una persona que cotiza 15 millones de pesos, la mesada le quedaría en 5,4 millones, lo que equivale al 31 por ciento del ingreso por el que se cotizó. “El régimen de ahorro de las AFP solo les sirve a quienes ganan hasta 2 millones de pesos, de ahí en adelante viola el principio de proporcionalidad y si la reforma queda así se va a desincentivar al resto de trabajadores para seguir aportando de forma juiciosa”, insiste Triana.

Otra es la opinión del consultor en seguridad social Mario Cruz, quien cree que el problema pensional es de expectativas erradas, debido a que los colombianos están acostumbrados a tener mesadas que no tienen relación con los aportes que se hicieron al sistema. “Y en eso hay que acudir a un criterio de justicia actuarial y es la que indica que cada pensión debería ajustarse a los ahorros que se alcancen. También puede haber otros criterios de justicia social como el de asegurar un salario mínimo, que puede ser discutible, pero diría yo que mientras más cerca esté uno de esa justicia actuarial, se tiene un mejor sistema de pensiones”, asegura y agrega que si tal como se propone, el Gobierno solo subsidia mesadas basadas en aportes de hasta tres salarios mínimos, eso no implica que se acaben los subsidios, pues para pagar los 2 millones que corresponderían hoy a esa parte de la pensión, se requiere un subsidio implícito cercano a 250 millones de pesos.

Para Cruz, que se logre reducir los subsidios a cargo del Estado les sirve a las finanzas públicas y a los trabajadores para asegurar un ingreso digno. De ahí para adelante que sea con el esfuerzo de cada uno. Recuerda que, en los países de la Ocde, la tasa de remplazo de las pensiones está entre 20 y 25 por ciento.

“Hay un cambio cultural del que se habla poco y es necesario. Con una esperanza de vida cada vez más larga y una rentabilidad real del ahorro más baja, es inevitable el ajuste”, reitera.

De acuerdo con la ponencia de la reforma, estos cambios no aplicarían para quienes tengan más de 1.000 semanas cotizadas, que seguirían bajo el esquema actual de subsidios. Los congresistas de la Comisión Séptima de Senado, donde fue radicada la reforma, tendrán por ahora la última palabra.