En entrevista con SEMANA, el analista para América Latina de Fitch Ratings, Richard Francis, habló sobre las implicaciones de la recién aprobada Ley de Inversión Social (reforma tributaria) en la economía colombiana.
En principio, Francis destacó que el Gobierno haya sido capaz de sacar adelante una reforma tributaria que ayudará, por lo menos de manera leve, a ajustar un poco las cuentas del país.
“Esta reforma es algo bueno porque significa un ajuste. Sin embargo, este ajuste se dará solamente a partir de 2023 y no es suficiente para estabilizar la deuda en términos de PIB”. dijo Francis.
El analista resaltó los cambios a la Regla Fiscal que se incluyeron en el proyecto, pues considera que, de cumplirse la regla, esta sí ayudará a hacer el ajuste necesario para las finanzas del país.
“Lo más importante de esta reforma fue el cambio de la Regla Fiscal porque la nueva es más alcanzable y si se cumple podemos ver la deuda bajando en términos de PIB y eso es positivo para la calificación en el mediano plazo”, dijo.
A pesar de estos avances, y teniendo en cuenta que la reforma no es estructural, la iniciativa se quedó corta en el objetivo de recuperar el grado de inversión, el cual se perdió tras el retiro de la reforma tributaria presentada por el exministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla.
“La reforma no es suficiente para recuperar el grado de inversión. Solamente vamos a ver ingresos nuevos en 2023 y el déficit fiscal va a ser bastante alto el año que viene. Además la deuda en términos de PIB va a subir este y el otro año”, explicó Francis.
Al igual que el Gobierno, Fitch considera necesario que el Gobierno que llegue al poder en 2022 presente una nueva reforma tributaria, aunque la calificadora estima que sus efectos no se empezarían a ver sino desde 2024.
“Colombia va a necesitar otra reforma para obtener los ingresos necesarios para empezar a bajar la deuda en términos de PIB. Todo el mundo sabe que hay elecciones el año que viene. Probablemente veremos unos primeros pasos de la reforma a finales de 2022, aunque lo veo difícil. Probablemente sea en 2023, pero la reforma estaría empezando en 2024, por lo que tendremos que esperar dos o tres años para ver una nueva reforma”, afirmó Francis.
Para recuperar el grado de inversión, no solo es necesario llevar a cabo otra reforma tributaria más estructural, sino que también se necesitarán medidas que fomenten el crecimiento y la competitividad.
“La manera de recuperar el grado de inversión sería un ajuste fiscal lo suficiente para no solo estabilizar la deuda en términos de PIB, sino empezar a bajarla. También el tema de crecimiento es muy importante, pues el crecimiento entre 3 % y 3,5 % está bien, pero se requeriría un crecimiento del PIB por encima del 4 %”, dijo Francis.
¿Cómo incrementar ese crecimiento potencial más allá del 4 %? El analista de Fitch considera que reformas estructurales en otros campos, como lo laboral, podrían ayudar a ese objetivo.
“Subir el crecimiento potencial es complejo. Un mejor clima de negocios podría ayudar, al igual que una flexibilización del mercado laboral que ayude a bajar la informalidad y a reducir el desempleo. Probablemente tendrían que ser un paquete de medidas y no solo una o dos reformas”, dijo.
Sobre el futuro de la calificación de Colombia, Francis dijo que la política económica del nuevo Gobierno será la que marque la tendencia que tendrá la nota soberana del país.
“Normalmente, nosotros tenemos dos comités de calificación por año, y el próximo será en enero (2022). Con la calificación de BB+ y una perspectiva estable yo no veo presiones ni para arriba ni para abajo. Por ahora, la calificación de Colombia es bien estable y puede aguantar mucho ruido político”, dijo.