Una recuperación más rápida de lo previsto está teniendo la economía estadounidense. La recesión causada por la pandemia la golpeó al igual que al resto de naciones del mundo y, en la recta final del Gobierno de Donalg Trump, todas las apuestas eran pesimistas.

Sin embargo, aunque algunos sectores se mantienen en picada, el Fondo Monetario Internacional estima que el PIB de Estados Unidos aumentará un 5,1 % este año, tras contraerse en un 3,5 % en 2020, cuando la pandemia obligó la parálisis en muchos frentes.

Los pronósticos del FMI, pese a que se realizan con base en las cifras oficiales, generalmente son más austeros, por lo que, con Estados Unidos, los economistas creen que la tasa de crecimiento podría subir aún más de lo que prevé el organismo internacional.

¿Qué ha hecho Estados Unidos?

El consenso entre los expertos en economía es que, para que el crecimiento se acelere, hay que poner plata en los bolsillos de la gente, pero de manera directa, de forma que no se caiga el consumo, el cual, en cualquier economía sana o con regular salud, es el que apuntala la producción.

Estados Unidos lo hizo así. Puso casi tres billones de dólares en programas de estímulo del gobierno en el 2020, incluida una medida de 900.000 millones en diciembre. A la gente le llegaba el cheque a la casa, sin mucho trámite.

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Esa irrigación es la que ahora se ve como uno de los motores de una recuperación de la economía más rápida.

Nueva inyección

Menguar en el esfuerzo, cuando ya la locomotora está andando, sería volver a apagar. Por ello, en la actualidad, el Congreso avanza hacia la aprobación del paquete de rescate de 1,9 billones del presidente Joe Biden, que brindará más apoyo a empresas y familias, y empleos estatales y locales.

Con los signos que muestran las cifras, el presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, ya se anticipó a afirmar que el crecimiento podría alcanzar el 6 %, mientras que analistas como Gregory Daco, de Oxford Economics, citados por AFP, estimaron que podría superar el 7 %.

La amenaza que aparece en el horizonte es que, con una recuperación más rápida, podría darse un alza en los precios, lo que no sería nada bueno para la velocidad de crucero que lleva la inflación.

En ese sentido, Powell minimizó esos temores, diciendo que es poco probable que duren los picos inflacionarios en los próximos meses. La Fed se comprometió a mantener bajas las tasas de interés durante algún tiempo, hasta que el empleo se recupere y la inflación supere el 2 %.

La otra arista es el empleo, que en la mayoría de países del mundo es la papa más caliente. En Estados Unidos ya se ha recuperado la mitad de los 20 millones de empleos perdidos en las primeras semanas de la pandemia. Se logró con la apertura de la economía y la adaptación a la nueva realidad en la que, al menos hasta que se inmunice a la mayor parte de la población mundial, la humanidad tendrá que aceptarse a la presencia del coronavirus.

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Pero aún queda el reto de recuperar los otros 10 millones de empleos perdidos, lo que no será tan fácil, pues los puestos de trabajo se ubican en sectores de servicios más afectados, como hoteles y restaurantes, que no será tan rápido que puedan volver a una productividad aceptable.

En la actualidad, la tasa de desempleo (enero) es del 6,3 %, una cifra que por poco dobla a la del mismo mes del 2019, que era de 3,5 %. El mayor problema está en la clase trabajadora negra e hispana, en donde la desocupación es del 9,2 %. Las empresas y empleadores que los contrataban redujeron horas de trabajo y gastos (caso de cuidadores de niños) y no parecen animarse a reactivar hasta que la vacuna proteja a la mayor parte.

En ese contexto, las ayudas son lo fundamental mientras vuelve el dinamismo de la construcción, la manufactura y sectores similares.

¿Colombia podría..?

En Colombia, el Ministerio de Hacienda está en mora de presentar la actualización del Plan Financiero 2021. Allí se podrán ver los ajustes a los gastos que hará el Gobierno con la plata que le aprobó el Congreso de la República en el Presupuesto General, para enfrentar las necesidades de la pandemia y de la economía, que ya en enero llegó a registra un desempleo del 17,3 %.

Si bien ya el país ha adquirido una deuda alta (del 60 % del PIB), la clave está en seguir los pasos de Estados Unidos: que la gente, ni las empresas, estén sin plata en el bolsillo.

Análisis con información de agencias