Las dificultades económicas de este inicio de año han afectado fuertemente las arcas financieras de la nación. Múltiples sectores han presenciado una desaceleración importante en su consumo y producción, lo que ha generado que el reimpulso económico que se espera y necesita para la nación sea más complicado de lo que se había pensado.
El comercio exterior no ha podido escapar de los efectos generados por estas coyunturas, unidas a otras de carácter social alrededor del mundo, que han afectado las posibilidades de lidiar contra las situaciones negativas propias de la nación.
Entre estas coyunturas externas resaltan especialmente los casos de China y Estados Unidos, dos de los aliados comerciales más relevantes para la nación y el mundo. Esto, a causa del lento reinicio de la economía china tras las fuertes medidas pandémicas y de la deuda americana con el Departamento del Tesoro, que ha generado daños en la confianza norteamericana en materia financiera y de inversión.
Lo anterior ha producido que las dinámicas de mercado para Colombia se hayan vuelto más complicadas, tanto para exportaciones como en materia de importación.
De hecho, según datos de la compañía francesa Natixis Investment Managers, que se dedica a la gestión de activos y fondos de inversión, las exportaciones latinoamericanas hacia China pasaron de un 1 % en 2000 a 14 % en 2020, con intensificaciones en préstamos bilaterales, sobre todo en el sector de las telecomunicaciones.
Ante este escenario de afectaciones, el ministro de Comercio, Industria y Turismo, Germán Umaña, ha tenido que realizar una tarea de gran dificultad con el fin de poder fortalecer las relaciones internacionales y redinamizar el comercio exterior vital en el proceso de activación nacional económica.
Un punto fuerte de esta búsqueda de soluciones ha sido la revisión, no solo de los tratados de libre comercio, sino de los Acuerdos de Promoción y Protección Recíproca de Inversiones (APPRI) que posee la nación. Ello, con el fin de que puedan ser renegociados a causa de algunas dificultades que genera para la economía, como expresó Umaña esta semana desde Francia:
“No podemos seguir siendo condenados ni los países desarrollados, ni los países en desarrollo. En esos Acuerdo de Protección de Inversiones se firmaron una serie de cláusulas que crearon desequilibrios jurídicos. Buscamos equilibrar el papel de los estados con el de los agentes productivos y las multinacionales”, dijo Umaña.
Umaña resaltó que estos temas han sido materia de discusión durante las reuniones protocolares que ha sostenido con entidades internacionales, como fue la establecida durante la semana pasada con su homóloga de Suiza, Helene Budliger.
A su vez, Umaña asegura que este proceso de fortalecimiento para el comercio exterior de la nación también ha sido expuesto ante la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unión Europea, temas que estaban siendo pasados por alto a pesar de su gran relevancia:
“Teníamos un pequeño problema y era que nos estaban definiendo la agenda y el formato de cómo se iba a hacer la reunión, sin que incluyeran los intereses de los países latinoamericanos. Lo que hicimos fue reunirnos con todos los embajadores latinoamericanos en la Unión Europea, dialogamos con nuestras cancillerías y con los gobiernos de cada país para manejar varios puntos, entre ellos el tema comercial”, aseguró Umaña.
De esta manera, el ministro expresó que, si bien Colombia busca posicionarse a la par de la Unión Europea y el mundo, con temas como la transición energética, la salud y la lucha contra la deforestación, el país necesita un trabajo profundo en materia económica y de procesos, por lo que todo llevará un tiempo importante.
Se espera que con la exposición de esta temática frente a los aliados internacionales, el país pueda recibir mayor apoyo económico y general del mundo para las actividades comerciales que en el país por ahora vienen andando con el freno de mano.