Siguen los llamados y las agendas propuestas a los diferentes candidatos presidenciales del país, de cara los próximos cuatro años que le esperan a quien gane en la Casa de Nariño, para que tenga presente lo que está sucediendo y marque una hoja de ruta que reúna las necesidades de todos los colombianos.
Situaciones como la crisis en Ucrania, el covid en China y la economía de Estados Unidos tienen preocupados a los diferentes sectores de la economía, especialmente al agricultor, por cuenta de las oportunidades que se están abriendo para el país y que hasta el momento no han sido aprovechadas, según ellos, como se debe.
Esta semana, la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) publicó un documento titulado “El campo le habla al próximo presidente”, en el cual dan “tres recetas para desarrollar por fin el campo colombiano”, las cuales señalaron que serán fundamentales para el trabajo de quien se convierta en el próximo mandatario nacional.
Según Jorge Enrique Bedoya, presidente de la SAC, la política agropecuaria en Colombia se ha caracterizado a través de los años, entre otras cosas por la ausencia de una visión de largo plazo, la priorización de los temas coyunturales sobre las necesidades estructurales del sector en la agenda del ejecutivo y una evidente falta de articulación institucional.
Así mismo, se ven afectados por la politización de entidades oficiales que son estratégicas para el sector y una limitada asignación de recursos públicos para inversión que no permite saldar las deudas históricas que existen con la ruralidad.
“Sumado a lo anterior, la inseguridad en zonas rurales y la falta de una decidida provisión de bienes públicos se convierten en serios limitantes para el desarrollo y la competitividad de los productores agropecuarios colombianos”, dijo Bedoya.
Teniendo en cuenta esta situación, el presidente de este gremio agricultor sostuvo que hay tres aspectos fundamentales sobre los que se debe empezar a trabajar desde ya, si se quiere empezar a recuperar el campo, teniendo en cuenta que cuatro años serán apenas el punto de partida para la transformación agrícola que el país necesita.
El primero es la seguridad alimentaria, punto en el cual recuerdan que la pandemia, la crisis de las cadenas de suministro y la invasión de Rusia a Ucrania han resaltado aún más el valor estratégico que el sector agropecuario tiene para cualquier país y para la seguridad alimentaria de sus ciudadanos.
“Esto debe ser parte integral de la estrategia de Seguridad Nacional y es responsabilidad del Estado desarrollar los elementos habilitantes, como la seguridad jurídica de la propiedad rural, el crédito y aseguramiento agropecuario, una política nacional de insumos agropecuarios, entre otros, para garantizar la producción rentable de alimentos y su acceso por parte de la población más vulnerable económicamente”, explicó Jorge Enrique Bedoya.
La segunda prioridad del próximo presidente con el agro colombiano, según la SAC, está relacionada con la dotación de bienes públicos sectoriales y presupuesto como vías terciarias, seguridad, conectividad digital, distritos de riego, titulación de tierras y fortalecimiento de las entidades públicas, entre otros, puede ser uno de los mayores dinamizadores del sector.
“El compromiso del próximo gobierno debe ser real en materia presupuestal durante los cuatro años y debe trabajar articuladamente con autoridades regionales y locales para que también hagan de la provisión de bienes públicos una prioridad”, agregó el Presidente de la SAC.
Por último, pero no menos importante, está la creación de una política rural de largo plazo que fortalezca la institucionalidad agropecuaria. En este punto señalaron que es necesario dejar de apagar incendios cada que arrecian las lluvias o el verano y más bien enfocarse en la implementación de un sistema que permita que el campo siempre esté preparado para cualquier eventualidad, manteniendo siempre un dinamismo.
Así mismo resaltaron que es imprescindible diseñar e implementar los mecanismos legales y espacios de participación para que de la mano de la institucionalidad gremial agropecuaria, se garantice la construcción, puesta en marcha y seguimiento a la ejecución de la política pública rural.
“El enfoque de esta política debe incorporar la realidad de cada uno de los sectores de la producción así como de las diferentes regiones en las que se desarrollan las actividades agropecuarias de nuestro país”, concluyó Jorge Enrique Bedoya.
La Sociedad de Agricultores de Colombia manifestaron que el país tiene todo lo necesario para convertirse en una potencia agrícola en la región, razón por la cual el próximo gobierno deberá impulsar medidas para que la implementación del Plan Nacional de Conectividad Rural se realice no solo en zonas PDET, sino para todas las zonas rurales del país.