El aumento del costo de vida ocasionado por la inflación y distintas coyunturas sociales en la economía nacional, han generado grandes preocupaciones durante este inicio de año, ante unos precios que son cada vez más apremiantes para el bolsillo de los colombianos.
Los precios en elementos como arriendos y servicios han generado medidas gubernamentales y sociales, para evitar que el impacto generado dentro de estas coyunturas afecten de manera altamente problemática las finanzas de los ciudadanos. Sin embargo, hay un elemento que ha aumentado gravemente su precio y ha generado dolores de cabeza para la población: los alimentos.
Cabe destacar que esta problemática se ha presentado a lo largo de todo el continente e incluso el mundo, las preocupaciones son globales a causa de las consecuencias económicas que implicó la pandemia, y que han ocasionado fuertes presiones para los mandatarios en todas las regiones.
De hecho, según un estudio realizado por la firma Kantar, estos efectos son compartidos en países como El Salvador, México, Chile, Perú, Argentina y más naciones que fueron analizadas de acuerdo a las tendencias sociales que se vienen presenciando en estas regiones.
Los precios de alimentos en América Latina han registrado un aumento de hasta el 43,9 % en promedio, no obstante, el estudio resalta que las personas con menores ingresos, se mantienen como uno de los grupos que más compran alimentos.
En este orden de ideas, es clave resaltar el papel de algunas coyunturas adicionales que han generado mayores afectaciones a las economías mundiales, como es el caso de las políticas económicas, donde resaltan que los países analizados, han registrado algunas afectaciones en materia de creación de empleo, confianza de consumidores e inversores, estos elementos en concreto, han conllevado que el impulso financiero que requieren los países, se esté dando de una forma más desacelerada de lo que se había esperado con anterioridad.
En lo que respecta a la pobreza, resaltan que este elemento se ha incrementado después de la pandemia e incluso más a causa de la inflación y de las políticas como el aumento a las tasas de interés, asegurando -además- que el nivel de pobreza para la región es el más alto de los últimos 20 años.
Un factor que también ha sido clave dentro de estas problemáticas es el desempleo, el cual se prevé que aumente durante este año, debido a la desaceleración económica y de consumo que han generado pérdidas para algunas empresas, forzando al recorte de personal, situación la cual dentro del estudio resaltan junto al aumento en informalidad y disminución en empleo juvenil que han sido evidenciados en lo laboral.
Esta clase de situaciones son denominadas como macrofuerzas, las cuales acaban generando impactos secundarios dentro de las dinámicas económicas y afectando los costos y el manejo de fondos requerido para los individuos que forman parte de una comunidad.
De esta manera, también lo explicó Camila Muñoz, Innovation Manager de Kantar: “Los motivadores de cambio desatan macrofuerzas globales que entran a definir el mundo futuro, y por ende la forma en que decidimos, priorizamos, vivimos, consumimos y nos relacionamos”.
Se espera que esta coyuntura pueda encontrar una mejoría con el paso del tiempo a pesar de las situaciones externas que pueden seguir estirando estas dificultades, como la guerra entre Rusia y Ucrania, la deuda estadounidense, o las dificultades de China para poder reimpulsar sus actividades comerciales y financieras.