Han sido 14 meses largos desde la llegada del coronavirus al país. Lo que empezó como un tema de salud pública tuvo un efecto dominó en el sector económico y terminó convertido en una avalancha que arrasó con parte de los empleos y la economía nacional, que ya venía golpeada. La cereza del postre ha sido el largo mes de incertidumbre y traumatismos provocados por el paro nacional, detonado precisamente por la propuesta de una ambiciosa reforma tributaria presentada por el ahora exministro Alberto Carrasquilla.

Esta combinación hace que el camino hacia la reactivación no se vea muy claro aún. Sin embargo, en medio del largo y oscuro túnel, muchas voces comienzan a encender luces que guíen hacia la salida. El Ministerio de Salud, por ejemplo, anunció que el primero de junio arranca la apertura total de la economía.

El balance económico no es bueno. El más reciente Pulso Empresarial del Dane muestra que a marzo de este año operaban, de manera parcial, 38,1 por ciento de las empresas formales de actividades deportivas, recreativas y de esparcimiento; 27,3 por ciento de las del ramo creativo, artístico y de entretenimiento; 14,5 de las hoteleras y 16,4 por ciento de comida y bares. Estas ocupaciones son las más rezagadas en el retorno a una operación normal, que promueva no solo empleos, sino esparcimiento para la población.

Para los micronegocios, muy cercanos a la informalidad, el balance tampoco es alentador tras el cierre de aproximadamente 8 por ciento de ellos entre 2019 y 2020. Lo anterior pone a este segmento entre los más necesitados de oportunidades para resurgir durante el levantamiento de las restricciones que estimulen la demanda de servicios por parte de los habitantes de las principales ciudades.

En medio de la crisis, Víctor Muñoz, director del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre), es optimista. Asegura que la clave es que las decisiones para la reactivación a partir de este martes primero de junio se tomen con base en el análisis situacional del comité asesor del Ministerio de Salud, y de manera concertada con los entes territoriales. Esto implica que haya estrategias que mitiguen el riesgo en las condiciones específicas de cada ciudad o departamento.

El objetivo es que a medida que mejoren los indicadores locales y se apliquen los nuevos protocolos, las actividades artísticas, deportivas, de entretenimiento, y los servicios de alojamiento y comida tomen un impulso importante. La meta es recuperar 300.000 empleos que se perdieron, ya que el país pasó de 3,7 millones de personas ocupadas en el primer trimestre de 2020 en esos sectores a 3,4 millones en el mismo periodo de 2021.

Víctor Muñoz, Director del Dapre.

Barranquilla y Leticia, duramente golpeadas por el coronavirus y que, según el ministro de Salud, Fernando Ruiz, ya superaron el tercer pico de pandemia, fueron escogidas como las dos ciudades piloto en el Plan de Bienestar para la Reactivación. Esto significa que habrá, en cuanto lo permitan la ocupación de las unidades de cuidados intensivos (ucis) y el aumento de la vacunación, un proceso masivo y acelerado de apertura de actividades educativas, económicas, culturales y de entretenimiento.

En Barranquilla, a pesar de los casi 171.000 casos positivos de covid-19 y los 4.848 fallecidos por el virus, las autoridades hacen un buen balance del manejo de la crisis sanitaria. El alcalde Jaime Pumarejo celebró la inclusión de la ciudad en el plan piloto de reactivación.

Jaime Pumarejo, Alcalde de Barranquilla. | Foto: Juan Carlos Sierra

Según el mandatario, esta es una gran oportunidad para “pasar la página” y trazar la hoja de ruta de la ciudad en los próximos años. En ese orden de ideas, plantea retomar la reapertura de eventos deportivos y culturales con aforos específicos, y luego pasar al sector de ferias y entretenimiento.

Bogotá también puso el acelerador. Esta semana, después de una ausencia obligada por contagiarse del virus, la alcaldesa Claudia López regresó con un discurso reflexivo y anunció un giro en su plan de gobierno, con la intención de activar el rescate económico y social de la capital.

Claudia lópez Alcaldesa de Bogotá | Foto: Juan Carlos Sierra

Por eso, presentará al Concejo Distrital un proyecto que la autorice para destinar 2 billones de pesos del presupuesto de este año a programas de educación y empleo de emergencia para jóvenes y mujeres, y una renta básica para las familias que cayeron en pobreza extrema. Ese dinero incluiría inversión en atención humanitaria, nutrición, educación escolar y pasar de 20.000 a 50.000 los cupos de educación superior gratis para jóvenes.

Así mismo, en el Pacífico, Cali y Buenaventura sufren las penurias de la pandemia y la extensión del paro nacional; un agravante para la capital del departamento del Valle, en donde, de acuerdo con la propia Secretaría de Desarrollo Económico, casi el 49 por ciento de los 2,2 millones de habitantes trabaja en la informalidad y unos 180.000 de ellos están buscando empleo. Los limitantes impuestos al comercio y a la industria este último año pusieron en evidencia el gran problema socioeconómico del principal centro urbano de la región, o, como dice el exalcalde Maurice Armitage, “sirvieron de caldo de cultivo para el estallido social”.

En el Valle, según un balance publicado por el Comité Intergremial y Empresarial, cada día del paro deja pérdidas por 100.000 millones de pesos, y la parálisis tiene en riesgo a 200.000 puestos de trabajo más. Para lograr la recuperación de Cali, el alcalde anunció la firma de un pacto económico con los gremios de la ciudad, que busca entregar beneficios tributarios temporales.

Entre estos, el descuento en los intereses de mora para los impuestos predial y de industria y comercio, así como alivios por pronto pago para los comerciantes que tuvieron una reducción en sus ingresos de más del 20 por ciento en 2020.

Por su parte, Medellín tiene varios proyectos o anclas para la reactivación, por ejemplo, la construcción del metro de la 80 (con el que la administración municipal espera generar más de 2.500 empleos directos y unos 13.000 indirectos) y la renovación urbanística que se contempla alrededor de la obra.

El alcalde de la capital de Antioquia, Daniel Quintero, anunció que el lunes 31 de mayo presentará un paquete de medidas para sacar del marasmo a las empresas paisas.

“Ya hay acciones: Medellín fue la primera ciudad en establecer matrícula cero para cerca de 28.000 estudiantes, lo que ha ayudado a muchas familias. Bajamos a 50 por ciento la deserción universitaria y muchos jóvenes pudieron seguir estudiando. Dentro de un mes estaremos inaugurando la universidad de la cuarta revolución industrial. Contaremos entonces con un paquete de reactivación económica que tiene que ver con empleo y ayudas”.

Bucaramanga y su área metropolitana han ido activando de manera paulatina sectores como la construcción, la manufactura y centros comerciales, y ha venido avanzando en la apertura de restaurantes.

Aunque la capital santandereana reporta un buen balance en el manejo de la crisis sanitaria, el tercer pico tiene en alerta a las autoridades locales. Una de las medidas constantes ha sido evitar los cierres absolutos los fines de semana, justamente para impedir que los comerciantes reciban golpes más fuertes.

El alcalde de la ciudad, Juan Carlos Cárdenas, no descarta una reactivación total luego de que se avance con el plan de vacunación para las personas mayores de 50 años, que, según dijo el mandatario, podrán y querrán disfrutar de estos espacios y actividades de ocio, bajo las medidas de bioseguridad necesarias.

Eso sí, para evitar temores entre quienes creen que el país podría exponerse a una cuarta ola del virus con la apertura, Muñoz insiste en que si bien se busca abrir de manera progresiva el segmento del entretenimiento con control de aforos y actividades deportivas y culturales en espacios abiertos, también se reforzarán las medidas de autocuidado. La ocupación de camas ucis, la tasa de crecimiento de contagios, la positividad y el avance en vacunación seguirán siendo indicadores claves en las decisiones locales.

Aunque el panorama aún no está claro, la crisis no da espera. Empezar a dar pasos rápidos hacia la reactivación parece ser el camino obligado.