El ministro de Transporte, William Fernando Camargo Triana, se reunió con líderes locales y empresarios en la región de la Orinoquía y este jueves —7 de septiembre— presentó un Plan de Acción destinado a restablecer la movilidad en la vía que conecta el centro del país con los Llanos Orientales, una vía vital para el transporte de carga. Este anuncio llega después de más de un mes de constantes cierres debido a derrumbes ocasionados por fuertes lluvias.
La región de la Orinoquía se ha visto gravemente afectada por una serie de deslizamientos de tierra y derrumbes que han dañado la infraestructura vial, haciendo que la vía sea prácticamente intransitable en algunos tramos. Mientras, el Gobierno señala que la región presenta condiciones geológicas desafiantes, incluyendo montañas inestables, fallas geológicas activas y sismicidad asociada a la Cordillera Oriental, lo que la hace vulnerable a este tipo de eventos climáticos extremos.
Una de las medidas inmediatas anunciadas por el ministro es la reapertura de la circulación de vehículos livianos y de carga por el corredor Bogotá-Villavicencio a partir de este viernes 8 de septiembre. Sin embargo, se impondrán restricciones para los vehículos de transporte intermunicipal durante la noche para garantizar la seguridad de los colombianos.
En el corto plazo, desde el Ministerio de Transporte se destinaron importantes recursos para garantizar la conectividad inmediata entre la región de la Orinoquía y el centro del país, especialmente para el transporte de carga. En el caso del corredor Bogotá-Villavicencio, se están invirtiendo $ 232.886 millones para atender los daños en puntos críticos, incluyendo la reconstrucción de puentes y la estabilización de la banca en varios kilómetros.
Sin embargo, a pesar de estas inversiones, se ha identificado un déficit en el presupuesto, ya que se requieren alrededor de $ 1,2 billones para atender los 53 puntos críticos en este corredor. Además, se están llevando a cabo trabajos de reparación y mantenimiento en otros corredores afectados, como la transversal del Sisga, donde se registran siete puntos con afectaciones prioritarias y 11 puentes que necesitan reposición.
Estas inversiones inmediatas tienen como objetivo restablecer la circulación en las vías afectadas y garantizar la movilidad de mercancías y personas por esta parte del país, dando un respiro también a las familias que dependen de esta economía.
La región de la Orinoquía es una de las áreas más importantes para la economía colombiana debido a su papel en el transporte de carga, particularmente de productos agrícolas y ganaderos. El cierre de la vía al Llano ha tenido un impacto significativo en la cadena de suministro y en la economía local, lo que ha generado preocupaciones tanto en el sector empresarial como en la población en general.
En el largo plazo, el Ministerio de Transporte ha presentado un ambicioso plan que involucra una inversión significativa de $ 8,41 billones para la ejecución de 38 proyectos en vías primarias y la mejora de la transitabilidad en 1.053 km de vías rurales. Estos proyectos se llevarán a cabo a través del Instituto Nacional de Vías y buscan no solo reparar la infraestructura dañada, sino también fortalecer la capacidad de las vías para resistir condiciones climáticas adversas en el futuro.
Adicionalmente, la Agencia Nacional de Infraestructura tiene planeada una inversión de $ 8,32 billones para finalizar la construcción de proyectos viales cruciales, como la IP Chirajara-Fundadores y la transversal del Sisga. Estas obras, que ya cuentan con un 92,3 % de avance promedio, contribuirán significativamente a mejorar la conectividad en la región.
También se está trabajando en la expansión de la oferta aeroportuaria, con inversiones en 13 aeropuertos distribuidos en varios departamentos, incluyendo Villavicencio, que desempeña un papel fundamental en la demanda aérea de la región.
Uno de los desafíos clave identificados por el ministro es la necesidad de contar con sistemas de monitoreo geológico que permitan la detección temprana de posibles deslizamientos y derrumbes. Esto se suma a la inversión necesaria para abordar los puntos críticos en la infraestructura vial y garantizar la conectividad de la región en el futuro.
El ministro destacó la importancia de trabajar en colaboración con el sector privado y los gobiernos locales para abordar estos desafíos y asegurar que la región de la Orinoquía pueda recuperarse de esta crisis. Además, se espera que la inversión en infraestructura y transporte en la región genere un impulso económico y contribuya al crecimiento sostenible en el largo plazo.