Como un hito, pero que preocupa a los colombianos, calificó el director del Dane, Juan Daniel Oviedo, el dato de inflación de Colombia, en su variación anual a julio, que se ubicó en 10,21 %, cifra similar a la que se tuvo en abril de 2000, cuando el país llegó a un 10 %. Es decir, es la inflación más alta que se registra en este siglo.
Los alimentos siguen siendo el grupo de bienes y servicios que más presiona los precios, no solo con las compras que hacen los hogares en los supermercados, sino en el gasto que realizan en los restaurantes, donde el corrientazo tuvo un fuerte aporte.
En los doce meses seguidos la inflación de la comida fue de 24,61 %, en parte, por la situación que tiene Colombia, de importar muchos productos, lo que se da la mano con una tasa de cambio al alza. No en vano, gran parte de la presión en el costo de alimentos la puso el grupo de procesados.
Los restaurantes y hoteles tuvieron una inflación de 15,20 % en el dato anual; mientras que muebles y artículos para el hogar mostraron una variación en los precios de 13,58 %. El transporte subió en 9,12 %, según los datos presentados por el Dane.
Si la lenteja está cara...
Es claro que -tradicionalmente- un alimento de combate ha sido la lenteja, que cabe en cualquier gusto gastronómico y había conservado un precio moderado. En el precio de alimentos como legumbres secas, en particular las lentejas, se ve reflejada la situación que tiene Colombia con las importaciones de alimentos, en un contexto global de dificultades para el flujo de bienes y servicios en el comercio exterior. De hecho, productos como la papa, que son más de producción nacional, ya están logrando una corrección en el precio, aún con el mantenimiento de la guerra entre Rusia y Ucrania, lo que presiona el costo de insumos como fertilizantes.
El precio del vestuario también puso mucho a una inflación que, para muchos, es histórica, pues Colombia había tenido este indicador en niveles bajos o moderados por más de dos décadas.
Particular atención hay que poner en la electricidad y en la carne de res y derivados, que también aportaron mucho al resultado total.
Por el contrario, lo que puso las menores contribuciones al Índice de Precios al Consumidor fueron: servicios de comunicación fija y móvil y provisión a internet; inscripciones y matrículas en carreras técnicas, tecnológicas y universitarias, y aparatos de procesamiento de información y hardware.
De nuevo, más golpeados los pobres
Si la inflación anual es de 10,21 %, las diferencias por estrato socioeconómico son visibles y confirman el hecho de que los más golpeados con el costo de vida son los pobres y vulnerables.
De acuerdo con los datos del Dane, mientras la inflación en los estratos altos estuvo muy por debajo del promedio nacional, al ubicarse en 8,75 %, en los niveles de la pirámide pobres y vulnerables fue de 11,74 %. Entre tanto, la clase media también sufrió una presión inflacionaria superior a la del promedio nacional, con 10,35 %.
Solo en julio
Entre tanto, de manera individual, solo en el mes de julio, el indicador se ubicó en 0,81 %, una cifra que estuvo muy por encima de los pronósticos de los analistas, que esperaban un 0,62 %, según las últimas encuestas. En julio de 2021, la inflación total en Colombia era de 0,32 %, con lo cual, se sube casi tres veces en comparación con el resultado de ahora.
El pollo, la carne de res y las hortalizas explican dos terceras partes de la variación mensual. El arrendamiento también fue clave para el resultado de julio. Y ni qué decir del vestuario, que tuvo incrementos de 3,6 %, en parte, porque el Día sin IVA fue en junio, jornada que contribuye a la baja en precios de estos productos que están dentro de las 7 categorías exentas del IVA del 19 % que se aplica en esas jornadas.
Mientras tanto, en los siete meses corridos el dato fue de 7,96 %, en comparación con el 3,47 % que se registraba en el mismo periodo del año pasado.
Ojo con el precio de la electricidad
El tema de la electricidad merece especial atención por lo sucedido en julio. Si bien los colombianos vienen experimentando un incremento en el costo de las facturas por los servicios públicos domiciliarios, el de la electricidad es un caso aparte. En el séptimo mes del año, la variación mensual de la electricidad fue 2,91 %, cifra que es comparable a lo que sucedía en enero de 2016.
Por ciudades, Santa Marta fue la que tuvo el mayor incremento en este componente: 5 %. En el lado contrario se ubicó Ibagué con una variación de 0,60 % y se destaca Bogotá, que tuvo una inflación de la electricidad de 2 %.
Bogotá, con el menor indicador en el mes
Solo en julio, cuando se mira el tema de inflación por ciudades, Bogotá fue la que registró la menor variación, con un 0,61 %, mientras que en el extremo opuesto, con el mayor indicador, se ubicó Neiva, con 1,60 %. También Sincelejo se destaca entre las que mayores presiones inflacionarias tuvo en el séptimo mes del año: 1,53 %.
En parte, lo que explica el dato de la capital del país es el menor costo en la electricidad y en productos de limpieza y aseo, que estuvieron en 20 puntos básicos por debajo del promedio nacional, según expresó Oviedo.