El ritmo de recuperación de la economía mundial se ha moderado, según advirtió la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, en una reunión con los ministros de Finanzas y los banqueros centrales del G20, a los que invitó a luchar contra la inflación “sin perjudicar la recuperación”.
En este sentido, la economista búlgara señaló que, además de la pandemia, muchos países tendrán que enfrentarse también a un ciclo monetario más restrictivo, al tiempo que la sostenibilidad fiscal debe recibir cada vez mayor atención, después de que las medidas implementadas durante la crisis elevaran la deuda, tanto pública como privada, a 226 billones de dólares.
“Debemos luchar contra la inflación sin perjudicar la recuperación”, afirmó Georgieva. La búlgara resaltó que, si bien muchos países se enfrentan una deuda más alta, se debe priorizar la ayuda a aquellos países que necesitan una reestructuración de la deuda.
“Los indicadores económicos apuntan a un impulso de crecimiento más débil en 2022 debido a la aparición de la variante ómicron y las interrupciones de la cadena de suministro que son más persistentes de lo previsto anteriormente”, aseguró Georgieva. La directiva agregó que la inflación sigue siendo alta en muchos países, los mercados financieros son más volátiles y las tensiones geopolíticas han aumentado considerablemente.
De este modo, la directora del FMI considera que una fuerte cooperación internacional y una extraordinaria agilidad de las políticas serán cruciales para sortear la compleja “carrera de obstáculos” durante 2022.
En primer lugar, Georgieva reclamó más esfuerzos para combatir la “covid económica persistente”, con una previsión de pérdidas para 2024 vinculadas a la pandemia de 13,8 billones de dólares (12,1 billones de euros). “Mantener estas herramientas actualizadas a medida que evoluciona el virus requerirá una inversión continua en investigación médica, vigilancia de enfermedades y sistemas de salud que ayuden a los países a llegar a ‘la última milla’ en cada comunidad”, agregó.
Asimismo, ante el cambio de ciclo monetario en varios países, la experta advirtió de que las políticas macroeconómicas deben calibrarse cuidadosamente según las circunstancias de cada país, mientras que también es necesario gestionar el riesgo de posibles efectos indirectos, especialmente para los mercados emergentes y los países en desarrollo.
Mensaje para los países emergentes
El Fondo Monetario Internacional (FMI), organismo encargado de garantizar la estabilidad del sistema monetario internacional, también ha instado a las economías emergentes a prepararse de forma anticipada para el posible impacto que pueda tener en sus países un endurecimiento de la política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed).
En una entrada de su blog publicada hace poco, el FMI explicó que el aumento mayor de lo esperado de los precios en Estados Unidos, el ajustado mercado laboral y la variante ómicron del coronavirus han provocado que las perspectivas para los mercados emergentes “sean más inciertas”.
La principal previsión del FMI es que la inflación se modere según avance el año y desaparezcan las tensiones de oferta y la “contracción fiscal” afecte a la demanda.
“En caso de que los tipos suban y la inflación se modere como esperamos, la historia demuestra que los efectos para los mercados emergentes sean probablemente benignos si el endurecimiento es gradual, bien comunicado y en respuesta a una recuperación al alza”, han indicado los economistas del FMI Stephan Danninger, Kenneth Kang y Hélène Poirson. En este escenario, las divisas de dichos países se depreciarían, pero la demanda externa compensaría el impacto de unos mayores costes de financiación.
“Las alzas de los tipos de la Fed podrían echar un jarro de agua fría sobre lo que ya es una lenta recuperación en algunas áreas”, agregó Georgieva durante un coloquio virtual organizado por el Foro Económico Mundial.
*Con información de Europa Press.