Uno de los platos fuertes de las conversaciones ‘Por Colombia’, propiciadas por el Consejo Gremial, es el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, quien a su llegada al evento, respondió a los medios de comunicación sobre el tema álgido del incremento en el precio del diésel.
Durante las horas de la mañana, el funcionario se encontró con los gremios de transportadores, y confirmó que el precio del diésel no puede seguir congelado.
Es más, señaló que tendría que subir en los próximos dos años (2024 y 2025), pues el hueco fiscal que deja el subsidio de este combustible no puede continuar.
Aún no hay acuerdo
Previo a las respuestas que dio Bonilla, salió a relucir que se baraja la propuesta de que el incremento se aplicaría en 3.000 pesos en agosto de este año y otros 3.000 en el próximo año. Esos 6.000 pesos llevarían al diésel al precio de paridad internacional, como ocurrió con la gasolina, combustible del cual ya se cerró la brecha.
“Si gremios dicen no, el Gobierno tendrá que actuar”
Al respecto, el ministro de Hacienda, tras la reunión que sostuvo con los gremios de transportadores de carga, señaló que no se trata aún de un acuerdo. Pero no se puede olvidar que, a diferencia de lo que ocurrió con gasolina, el alza en el diésel no se podría hacer mensualmente, por los fletes que aplican el transporte de carga. “Hay que tomar decisiones. Si los gremios dicen que no, el Gobierno tendrá que actuar”, enfatizó Bonilla.
La demora en el incremento en el precio del diésel tiene dos variantes, una, que es la preocupación que ha sonado, según la cual, en la medida en que el sector de transporte de carga es el que traslada de un lado a otro los alimentos, podría causar un impacto en la inflación, que se ha tardado más tiempo del de los países vecinos, en bajar de manera más rápida, o por lo menos, para llegar pronto al rango meta que tiene el Banco de la República (entre 2 y 4 %).
No obstante, la segunda variante es la presión del sector de transporte de carga, pues ya se tiene conocimiento de los efectos que produce un paro de camiones en el país.
Entre 2022 y 2023, el diésel representó 62,6 % del déficit del Fepc (Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles). Por ello, la decisión con el ajuste aplicado ya en el precio de la gasolina, que duró 15 meses, fue “doloroso, con un costo político alto”, recordó Bonilla.
Ese sería el camino que deberá seguir ahora también con el ACPM.
Ya subieron una parte
Hay que poner en contexto que ya se aplicó un primer incremento en el precio del diésel, y fue para los grandes consumidores, entre los cuales hay algunos sectores tocados y, en la rama de la agricultura, que es la que más preocupa, solo salpica a los cañeros (los que refinan azúcar).
Luego de ese primer paso, ahora sería inminente continuar con los incrementos, ahora, para el sector del transporte público y de carga.
Resultado de la reunión con los transportadores
Según contó Bonilla, con los transportadores se habló de tres temas. Además de la discusión sobre el incremento en el precio del diésel, también trataron sobre la renovación del parque automotor, pues hay exceso de vehículos, ese parque está sobredimensionado y, además, es viejo, muchos con más de 20 años y solo un pequeño número de parque es moderno.