Nada que inquiete más que una crisis del sistema financiero, pues se tiene el antecedente de lo ocurrido en 2008, cuando se produjo un colapso de la burbuja inmobiliaria en los Estados Unidos y provocó la debacle en la economía, que fue conocida como la gran recesión.
Por esa razón, el hecho de que en Estados Unidos se haya anunciado la quiebra del Silicon Valley Bank y los cierres de Silvergate Bank y Signature Bank, tiene en estrés a las economías emergentes.
En ese contexto, la prestigiosa calificadora Moody’s emitió un parte de tranquilidad, al señalar que “en medio de un entorno de incertidumbre global en el sector bancario, el efecto contagio del colapso de bancos estadounidenses será limitado para los bancos de América Latina”.
Las razones expuestas por Moody’s, para expresar esa proyección optimista es que las instituciones financieras de la región son sólidas y, además, no tienen una relación tan directa a bancos afectados en Estados Unidos, lo que les permite estar más protegidos.
A ello se le agrega, según destaca Moody’s, que hay una regulación estricta en este sector, y las entidades que forman parte del sector financiero mantienen una amplia liquidez con depósitos estables.
Marianna Waltz, director de Moody’s Investors Service, señaló que “la mayoría de los sistemas bancarios de América Latina se concentran en bancos grandes, sólidos y altamente diversificados. En consecuencia, la concentración por segmento hacia una sola industria es relativamente limitada, lo que ayuda a proteger los sistemas bancarios en la región”.
Saben manejar el riesgo
En lo que tiene que ver con la fuerte regulación del sistema bancario, Moody’s agregó que “los bancos de la región han enfrentado con frecuencia períodos prolongados de altas tasas de interés e inflación, lo que ha ayudado a sus equipos de gestión a construir marcos sólidos para controlar los riesgos de mercado”.
Pero lo más importante es que hay una estrecha relación de activos líquidos con respecto a los activos tangibles para bancos calificados por Moody’s en la región, nota que fue de 32,2 %. Eso significa que “hay un volumen más representativo de activos líquidos registrados a valor razonable, lo que podría llevar a recortes más pequeños en su valor de mercado si se necesita una venta de estos para pagar a los depositantes”, indicó la calificadora.
Por donde se le mire hay defensa
En el informe de la calificadora se evidencia que los bancos tienen un acceso constante a depósitos como fuente de financiamiento, puesto que dependen de los mercados institucionales locales, en lugar de los internacionales.
Por consiguiente, eso reduce su exposición a quedarse sin efectivo, que es el gran riesgo. Pero no es todo. Moody’s destacó que “la limitada sofisticación de los mercados financieros locales y las altas tasas de interés, en general, también han respaldado la estabilidad de los depósitos como fuente de financiamiento”.
Pocos con filiales en EE. UU.
Moody’s recordó que solo dos instituciones financieras de América Latina: el Banco Bradesco de Brasil y el Banco de Crédito e Inversiones de Chile, tienen filiales bancarias en Estados Unidos.
No obstante, también en esos casos “los riesgos para esos bancos están relativamente contenidos dado el enfoque operacional en transacciones pequeñas”.
Aun así, el monitoreo sobre lo sucedido con el sector financiero en Estados Unidos, continuará, en esta calificadora que, por ahora, envía señales de calma en América Latina.