La importación de gas, ya no solo para atender a las termoeléctricas, sino también para las necesidades de hogares, industrias y vehículos, tiene encendidas las alarmas. Pese a que el Gobierno insiste en dar un parte de tranquilidad frente a la situación, los gremios del sector continúan advirtiendo sobre los peligros de esta, no solo porque se afecta la soberanía energética, sino porque el combustible del exterior puede incrementar los precios internos del gas.

Esta vez el turno es para la Asociación Colombiana de Ingenieros de Petróleos, Energía y Tecnologías Afines (Acipet), que en un comunicado advirtieron que la importación de 40 GBTU/día, que se realizó el pasado primero de diciembre y que equivale a un 4 % de la demanda interna, “evidencia la pérdida de autosuficiencia del país en materia de gas, es una muestra más de la estrechez entre oferta y demanda y marca el inicio del consumo de gas importado en hogares, industrias y vehículos durante los próximos años”.

El gremio agregó que, por la caída en la producción y reservas de gas, todas las empresas del sector tienen contemplada la importación a partir de 2025 y que esta condición se mantendrá hasta que ingrese el gas de los nuevos yacimientos, como el de Sirius, ubicado en aguas profundas del mar Caribe colombiano y que empezaría a producir en tres años.

“Esto implica que los precios del gas en Colombia van a tender a crecer de acuerdo con los precios internacionales, los volúmenes finalmente importados y los costos de transporte”, sostienen en Acipet. Un mayor incremento del gas no solo implica un golpe al bolsillo de los colombianos, sino que podría generar presiones inflacionarias, justo en este momento en que se está buscando bajar el costo de vida en el país.

Óscar Rincón, director ejecutivo de Acipet, en el marco del XXI Congreso del Petróleo, Gas y Energía. | Foto: ACIPET

Las explicaciones

Los ingenieros asociados en Acipet consideran que la necesidad de importar gas se deriva de una caída constante en las reservas y en la producción de gas, que se ha venido presentado desde hace diez años, lo cual no ha podido ser contrarrestado con nuevos descubrimientos, optimizaciones en producción y/o mediante el desarrollo y puesta en producción de descubrimientos recientes. Es más, muchos de los descubrimientos recientes tienen pendiente superar contingencias de índole legal, ambiental, social, de orden público o económico.

“Adicionalmente, la no realización de los proyectos piloto de investigación en yacimientos no convencionales (fracking), por motivos diferentes a lo técnico, nos ha impedido validar y cuantificar no solo el potencial, sino las verdaderas afectaciones y magnitudes en términos ambientales, sociales, hídricos y de salud de las personas, lo cual nos permitiría como país tomar las mejores decisiones respecto a la explotación de estos yacimientos”, sostienen en el comunicado.

El 'fracking' ha tenido una fuerte oposición en el país, en especial por parte de la bancada de Gobierno. | Foto: Cortesía

Su recomendación para garantizar la soberanía y la seguridad energética del país es que se superen lo más pronto posible las contingencias que hoy impiden tener más oferta de gas, a partir de análisis rigurosos, en donde prime lo técnico y por supuesto, con el cumplimiento de la normatividad ambiental y el respeto de las comunidades, pero “sin sobreponer la ideología o la política a la ciencia y a los requerimientos de país”.

Cinco recomendaciones

Para superar los peligros que implica la importación de gas, desde Acipet hicieron las siguientes recomendaciones:

1. Retomar la discusión del fracking desde lo técnico, con la reglamentación vigente y con la altura y compromiso que exige el país. La idea es que se puedan hacer los proyectos piloto de investigación en yacimientos no convencionales.

2. Volver una prioridad la exploración de los activos actuales o, si es necesario, evaluar la apertura de nuevas áreas. De lo contrario, en siete años el país enfrentaría una caída significativa en los volúmenes de reservas y producción.

3. Hay que buscar tanto gas como petróleo. Ambos generan regalías, impuestos, ingresos, dividendos y exportaciones, necesarios para la economía nacional.

4. Agilizar los procesos de consulta previa y obtención de licencias ambientales, sin comprometer la rigurosidad necesaria, fomentando así un entorno propicio para la inversión y el desarrollo energético.

5. Mejorar la coordinación de todas las partes involucradas, que hoy se hace a través del comité interinstitucional convocado por la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH).