El sorpresivo balance anual que dejó la inflación en Colombia para 2022, sin duda, ocasionó que muchas de las proyecciones que tenían para el inicio de 2023 comiencen a ser corregidas, debido a que el panorama que se prevé para los primeros meses del año resulta ser todo, menos alentador.

Una inflación de 13,12 %, considerada la más alta en los últimos 20 años y que sobrepasó todos los pronósticos de los analistas y expertos, hace suponer decisiones de política económica mucho más restrictivas que puedan controlar la disparada de los precios, en especial, el de los alimentos, que fue lo que más incidió en la trepada en el costo de vida de los hogares colombianos.

De acuerdo con expertos consultados por SEMANA, lo más lógico que sucederá a raíz de esta situación es que se adopten ajustes mucho más pronunciados sobre la tasa de interés, esto como medida para desincentivar el consumo de los hogares, a partir de un menor acceso a los créditos bancarios.

En su último reporte sobre el IPC del 2022, las cifras del Dane muestran que el aumento de la inflación en el país estuvo, en gran medida, explicada por el alza de los alimentos, que al cierre del año registraron una variación anual por encima del 27%.

Camilo Pérez, director de Investigaciones Económicas y Análisis de Mercados de Banco de Bogotá, señala al ubicarse la inflación en los máximos niveles históricos del siglo, se estima que el Emisor, en su primera decisión del año aumente las tasa de interés en 100 puntos básicos, por lo que pasaría de 12 a 13 %.

“Tenemos la sorpresa del alza en los precios de los alimentos, que no cede en comparación con 1994 que fue donde se registró un comportamiento similar. Además, el aumento de la gasolina va a ser del doble que en diciembre, y hay presiones por la reactivación de impuestos en algunos sectores, al igual que las presiones típicas de inicio de año. En general, el panorama de la inflación no es muy favorable y esto va a llevar a que el Banco de la República continúe con sus aumentos en la tasa de interés, llevándola, probablemente, al 13 % en enero y quizá continuando esta tendencia en los siguientes meses hasta marzo”, explicó.

El aumento progresivo en la devaluación del peso colombiano y la volatilidad del dólar, es para los expertos, uno de los aspectos que ha contribuido en la disparada de la inflación en el 2022, con tendencia a que se mantenga este mismo escenario en los primeros meses del 2023. | Foto: Getty Images

Andrés Langebaek, director de Estudios Económicos de Davivienda, expresa que Colombia viene registrando un comportamiento “atípico” en la inflación, con respecto a otras economías de la región y del mundo, que desde finales del año pasado ya mostraban disminuciones paulatinas al respecto, como es el caso de Costa Rica, Panamá, Brasil, Estados Unidos y algunos países europeos.

Aunque no son claras las razones del por qué no cede la inflación en el país, factores como la volatilidad del dólar, la devaluación del peso, los precios de los alimentos y de los insumos, y la “ralentización” en el crecimiento de la economía, estarían incidiendo en el desmejoramiento de la calidad de vida.

Por ello, manifiesta que estas coyunturas tendrán sus repercusiones sobre el ajuste en las tasas de interés, que al igual que lo señalado por Pérez, se reflejaría en un alza de 100 puntos básicos para el primer mes de 2023. “Ese sería el escenario base, en lo que respecta al Banco de la República, en consideración a lo que está ocurriendo”, dijo.

“Además, preocupa cómo se comportará la inflación de enero. Va a ser muy complejo porque, junto con febrero, son los meses de mayor inflación en el año, por lo que vamos a tener un inicio de año muy fuerte con respecto a la inflación”, apuntó.

La inflación al cierre del 2022 se ubicó en 13,12%, considerada por los expertos, la más alta en los últimos 20 años. Esta situación ha impactado con mayor fuerza a las familias más vulnerables, y que generalmente, derivan su sustento de la informalidad. | Foto: GUILLERMO TORRES

Ambos expertos coinciden que la inflación seguirá transitando sobre la senda de los dos dígitos en los siguientes meses de 2023, donde los picos más significativos se estaría presentando en enero y febrero, y ya en marzo se estima que podría iniciarse una curva descendente, la cual, en el mejor de los escenarios, podría hacerse más evidente después del primer semestre.

Indicaron además que si las coyunturas actuales no se recrudecen, este año sería el año de la “desinflación”, en gran parte, porque se prevé un menor ritmo de crecimiento en la economía, tanto nacional como internacional. Esto contribuiría a que la inflación pueda volver a estar en un dígito, donde las proyecciones apuntan a que se estaría dando en septiembre o para el inicio del último trimestre de 2023.